Cáncer de colon, un problema de salud pública

Es la enfermedad oncológica más frecuente entre los ciudadanos europeos
Por Clara Bassi 1 de abril de 2011
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Imagen: kozumel

El cáncer colorrectal es una enfermedad muy frecuente y la segunda causa de muerte por carcinoma en España. Se calcula que un 5% de los hombres y un 3% de las mujeres lo desarrollan antes de los 74 años. Los programas de detección precoz permiten diagnosticarlo a tiempo para aumentar las posibilidades de curarlo y evitar la muerte por esta causa. Pero a pesar de estos datos, los programas de cribado todavía no se han extendido de forma universal.

En España, cada año se diagnostican más de 25.000 casos nuevos de cáncer colorrectal, la segunda causa de muerte por enfermedad oncológica. La tasa de incidencia (o desarrollo de nuevos casos) supera los 60 diagnósticos por 100.000 habitantes y año, según indica Modesto José Varas, especialista en Aparato Digestivo del CIMA (Centro Internacional de Medicina Avanzada), del Centro Médico Teknon y del Hospital Universitario Valle de Hebrón, con motivo del Día mundial contra el cáncer de colon.

Esta jornada de información y sensibilización sobre esta patología se organiza cada 31 de marzo. El impacto de la enfermedad en la población europea justifica este tipo de iniciativas. Se calcula que el 5% de los hombres y el 3% de las mujeres desarrollarán un carcinoma colorrectal antes de cumplir 74 años. Por ello, la Unión Europea (UE) ha recomendado a todos los Estados miembros la implantación de programas de cribado entre los ciudadanos de 50 a 74 años. A pesar de la frecuencia en el diagnóstico, en la actualidad, no se llega a detectarlo de manera precoz «porque no hay una técnica universal para toda la población», explica Varas. En 2010 se diagnosticó, sobre todo, debido al desarrollo de síntomas que obligaron al paciente a acudir al médico.

Las señales de alarma principales son la presencia de sangre en las heces y un cambio en el ritmo intestinal

Entre las señales de alarma principales figuran la presencia de sangre en las heces (rectorragia) y el cambio en el ritmo intestinal habitual. La pérdida de sangre puede pasar inadvertida y provocar anemia o alarmar al afectado cuando lo percibe. En su mayoría, el sangrado ocurre porque se desarrollan hemorroides, pero aún así, ante una rectorragia, siempre debe consultarse a un especialista.

Test de sangre oculta en heces

Varas explica que «en nuestro país se han implementado algunos programas con una técnica relativamente fácil y poco costosa en el aspecto económico: la detección de sangre oculta en heces, dirigida a hombres y mujeres de entre 50 y 69 años». Pero este procedimiento se relaciona con un elevado número de falsos positivos, es decir, falsas alarmas de posibles casos de cáncer de colon.

Estas noticias pueden generar ansiedad en quienes reciben este diagnóstico de sospecha, hasta que se les somete a una prueba que lo confirme o lo descarte. Es la misma situación que experimentan las mujeres que participan en un programa de cribado de cáncer de mama. En el de colon, la detección de la sangre oculta en heces es el método universal para pensar en su posible desarrollo. Si la prueba es positiva, se propone al paciente la realización de una colonoscopia con biopsia y/o polipectomía (extracción de pólipo, tumor de forma pediculada) cuando procede.

Alemania es el único país de la UE donde se efectúan colonoscopias cada diez años a los individuos mayores de 55. La colonoscopia total con sedación y la extracción de un pólipo en el colon o en el recto, cuando es necesario, puede curar más del 10% de los casos si la tumoración benigna se ha transformado en maligna. «La mayoría de los carcinomas colorrectales se desarrollan a partir de pólipos, que son muy frecuentes, aunque solo el 3% evoluciona a enfermedad oncológica. El tiempo medio necesario para completar esta transformación supera los diez años», detalla Varas.

En España, algunas comunidades autónomas ya cuentan con un programa de cribado. Éste consiste en la práctica de un test de sangre oculta en heces y, en caso de ser necesario, otra exploración que confirme el diagnóstico o lo descarte. Según la Estrategia Contra el Cáncer del Sistema Nacional de Salud (SNS), está previsto que estos programas se extiendan a todo el SNS, es decir, a todas las comunidades autónomas. Varas recuerda que «el objetivo principal es la reducción de la tasa de mortalidad, mediante el diagnostico en fases más precoces».

CALIDAD DE VIDA Y MORTALIDAD

La tasa de mortalidad de los afectados ha disminuido en los últimos años. Su tasa de supervivencia, a los cinco años, ronda el 50%. Sin embargo, cuando se diagnostica en la fase I (o fase inicial), ésta asciende al 90%, igual que ocurre en el cáncer de mama, expone Modesto José Varas. “Esta enfermedad se diagnostica de manera prematura, aunque no tanto como quisiéramos para lograr una curación completa”, añade.

El 60% de los casos de carcinoma colorrectal son esporádicos, no familiares y afectan a individuos mayores de 50 años (de ahí la importancia de la prevención, ya que cualquier persona puede desarrollarlo). El 30% de los casos son familiares, lo que significa que el afectado tiene algún antecedente en su familia. Por último, la forma hereditaria supone menos del 10% de los casos, una minoría. Para su detección, se realizan análisis genéticos de diagnóstico, especifica Varas.

Una vez detectado, se realiza una endoscopia o una ecografía endoscópica, que evalúa el grado de infiltración tumoral (estadio) para establecer un tratamiento individualizado y mejorar los resultados. La ecografía se efectúa bien en el mismo acto endoscópico (colonoscopia) con “minisondas” o en una segunda exploración, con equipos más sofisticados. Después, se trata con radioterapia, quimioterapia y cirugía personalizada, en función del estadio de la enfermedad. Otros tratamientos, como los anticuerpos monoclonales, todavía se hallan en fase de investigación. Avances médicos diagnósticos y terapéuticos como los descritos han propiciado la disminución de los fallecimientos y el aumento de la tasa de supervivencia. En paralelo a esto, se ha registrado una mejora de la calidad de vida, ya que cada vez menos pacientes tienen que someterse a una colostomía, que implica una abertura que se efectúa para permitir la salida de las heces.

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