Los albaricoques, típicos del verano, son una fruta deliciosa, de intenso color y muy versátil en la cocina. Su elevada cantidad de agua la convierte en una opción muy refrescante para los días de calor, ya sea como tentempié o como postre. Pero, además, su suave dulzor, menos acusado que en otras frutas, permite emplearla en numerosas preparaciones, como acompañamiento o relleno de carnes o como nota diferente en las ensaladas. En este artículo te damos algunas ideas para utilizar los albaricoques frescos.
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El albaricoque es una fruta deliciosa y nutritiva, rica en fibra, potasio y antioxidantes como los betacarotenos, lo que la hace beneficiosa para la digestión, la piel y la salud cardiovascular. Pero además destaca por sus cualidades gastronómicas: su sabor, a medio camino entre lo dulce y lo ácido, y su textura jugosa la convierten en un ingrediente muy versátil.
Los albaricoques pueden disfrutarse frescos, en mermeladas y compotas, en repostería o en combinaciones saladas con quesos, frutos secos y carnes. Y también deshidratado, una variante que concentra sus nutrientes y su aroma, y aporta un toque intenso a los platos, desde ensaladas hasta recetas de cuchara.
Ensaladas
¿Qué tal una ensalada de espinacas frescas, queso brie, albaricoques y nueces? ¿O tal vez una combinación de brócoli, brotes de soja y albaricoques troceados? También los podemos presentar con lechuga, rabanitos y habas o añadirlos a casi cualquier ensalada de hojas verdes, no sin antes saltearlos a la plancha. Incluso es posible utilizarlos para darle un toque especial al aliño, elaborando una vinagreta de albaricoque.

💡 Tres ideas:
- Rúcula, albaricoques frescos en gajos, queso de cabra desmenuzado, nueces tostadas y vinagreta de miel y limón.
- Espinacas, albaricoques asados a la plancha (o a la parrilla), aguacate en láminas, semillas de sésamo y aliño de aceite de oliva y lima.
- Tomates cherry, pepino, albaricoques troceados, hierbabuena fresca y aceite de oliva virgen extra.
Carnes
Las combinaciones agridulces funcionan muy bien y, de hecho, se usan a menudo para facilitar las digestiones, combinando las carnes con frutas. Así, se pueden emplear los albaricoques para rellenar platos de pollo, pavo, cerdo o ternera; asarlos y servirlos como guarnición; presentarlos como salsa ligera o compota de acompañamiento; y hasta servirlos con jamón, a modo de entrante.

💡 Tres ideas:
- Solomillo de cerdo con salsa de albaricoques. Haz unos medallones de cerdo a la plancha y sírvelos con una salsa de albaricoques frescos salteados, vino blanco y un toque de mostaza.
- Carne asada con salsa de albaricoques. Acompaña la carne hecha al horno (o en la barbacoa) con una salsa de albaricoques frescos picados, cebolla morada, cilantro y un chorrito de limón.
- Brochetas. Alterna cubos de ternera, cerdo o pollo con mitades de albaricoques frescos en un pincho. Asa hasta que la carne esté dorada y la fruta caramelice ligeramente. Dale un toque final con sal, pimienta y un chorrito de aceite de oliva.
Postres
La fruta fresca y de temporada es el mejor postre posible. Desde luego, también se puede usar como ingrediente para hacer platos con ella, desde una tarta fría de albaricoques hasta una coca o un refrescante batido con mango y yogur.
Dado que en estos meses hay abundancia de frutas, sabores y colores, también se pueden explorar distintas combinaciones de brochetas, que siempre son atractivas y fáciles de comer, incluso para los niños.

💡 Tres ideas:
- Helado de albaricoques. Congela unos albaricoques y tritúralos con plátano maduro y un toque de leche (o bebida vegetal).
- Albaricoques asados con miel y yogur. Pártelos por la mitad, ásalos unos minutos con un hilo de miel y sírvelos tibios sobre yogur griego natural. Puedes acompañarlos con muesli o frutos secos.
- Tarta rápida de albaricoques. Estira una masa de hojaldre, cúbrela con láminas de albaricoques frescos, espolvorea un poco de azúcar moreno y almendras laminadas; y hornea hasta que se doren.