Dientes fosilizados revelan que los homínidos de Atapuerca padecían estrés metabólico a causa de las hambrunas

La formación del esmalte de los dientes permite identificar incidencias que haya podido sufrir el individuo
Por EROSKI Consumer 22 de marzo de 2004

El estudio de los dientes fósiles localizados en la sierra burgalesa de Atapuerca evidencia que los individuos que allí vivieron hace miles de años estaban sometidos a estrés metabólico, según la investigadora María Martinón, miembro del equipo investigador de Atapuerca que trabaja en el Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). «Los dientes hallados en Atapuerca son la estrella del registro fósil» y están permitiendo conocer muchos detalles de la vida prehistórica en la sierra, afirmó María Martinón.

La científica, especializada en el estudio del aparato dental, explicó que la formación del esmalte de los dientes es como una sucesión de capas de cebolla, lo que permite establecer las fases del crecimiento e identificar incidencias que haya podido sufrir el individuo. Cualquier enfermedad queda registrada en los dientes en forma de defecto en la capa de esmalte que se formaba en ese momento, pero también se identifican las situaciones de estrés.

«El estrés nos parece algo que afecta al hombre moderno, pero en nuestro caso hablamos sobre todo de estrés psicológico, mientras que en el caso de los homínidos nos referimos fundamentalmente al estrés metabólico, provocado sobre todo por las hambrunas o épocas de escasa alimentación», precisó Martinón.

Desgaste dental

Otro detalle que aportan los dientes parte del estudio del desgaste de la corona dentaria, que en el caso de los restos localizados en Atapuerca muestra que los dientes se veían sometidos a mucha abrasión. En el caso del «Homo Heidelbergensis», cuyos restos se hallaron en la sima de los huesos, se ha calculado que la corona estaba completamente gastada entre los 35 y 40 años.

El desgaste de los dientes por abrasión se debería, según Martinón, a que se trataba de individuos omnívoros que consumían carne poco triturada y vegetales con tierra y arena que también incidían en el desgaste dental.

«No se puede asegurar que el fallecimiento se produjera a esa edad, pero lo cierto es que la supervivencia sin dientes sería muy difícil», destacó la experta.

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