Eslovenia, un puzzle de especialidades gastronómicas regionales

La cocina eslovena ofrece una gran variedad de especialidades culinarias y cada región tiene la suya propia
Por EROSKI Consumer 28 de noviembre de 2006

La República de Eslovenia es un país de Europa Central que limita con Italia, Croacia, Hungría, Austria y el mar Adriático. El territorio esloveno se caracteriza por las montañas y los extensos bosques que dispone a lo largo de toda su geografía. En concreto, más de la mitad de su extensión está cubierta de selvas y de bosques. En la frontera norte está la cadena montañosa de Karavanke, una de las más visitadas por los turistas. Otros lugares de interés son el yacimiento romano situado en Sempter, y el puerto de Koper y Piran.

Restaurantes para todos los gustos

En Eslovenia existen diversos tipos de restaurantes entre los que destacan la gostilna y el samopostrezna restauracija. Una gostilna es una posada de ambiente rústico que sirve platos de cocina tradicional, mientras que el samopostrezna restauracija es un restaurante tipo self-service que resulta bastante económico. En este país es muy común acudir a las cafeterías y degustar todo tipo de pasteles, pastas y helados, entre los que sobresale el zavitek, una de las especialidades más demandadas y que consiste en un pastelito relleno de queso fresco.

Borscht, una sopa con dos variantes

La Borscht es una sopa de vegetales con raíces de remolacha que le aportan un intenso color rojo. Hay dos variantes de esta sopa que se conocen como borscht frío y borscht caliente. El borscht caliente es el más popular de los dos y es una sopa que contiene muchos ingredientes opcionales. Se asemeja más a un cocido que a una sopa y suele comerse acompañado de carne y un poco de pan. Dependiendo de la zona puede incluir diferentes vegetales como judías, col, zanahoria, pepino, patatas, cebollas, tomate o setas y diferentes carnes como pollo, cerdo o ternera. El borscht frío se sirve como una sopa dulce y contiene rodajas de remolacha con zumo de limón, cebolla picada y algo de azúcar. Se sirve como un caldo junto con trocitos de remolacha y alguna patata cocida. Se acompaña además de una crema ácida, la cual aporta un contrapunto ácido frente al dulzor de la sopa. Esta crema no se mezcla con la sopa, se sirve en un recipiente aparte.

Que no falte la carne

En la cocina eslovena la carne y los lácteos tienen un gran protagonismo. La wiener schnitze, ternera empanada, y el pohana piska, pollo frito empanado, son dos platos muy populares en Eslovenia. Este país cuenta también con una gran tradición como productor de derivados cárnicos, de los cuales destacan el jamón y el salami.

El Mlinci, otro de los platos más populares del país, se elabora con unas tiras finas de pan en forma de pasta que se cocinan hervidas en agua junto con un poco de sal. Es costumbre que, antes de servirlo, se fría con algo de carne de pato, ganso o pavo, y se suele mezclar todo junto con una salsa. La polenta es otro de los platos típicos que puede o no llevar carne. En realidad es un potaje originario del norte de Italia y muy consumido en Eslovenia y en países vecinos. La polenta gialla o polenta amarilla, es la que más se consume en Eslovenia y se elabora a partir de harina de maíz amarillo.

En cada zona una especialidad

La cocina eslovena ofrece una gran variedad de especialidades culinarias y cada región tiene la suya propia: – En la región del nordeste el viajero encuentra una amplia gama de pasteles dulces y unos vinos blancos de gran calidad. Además de los excelentes vinos, hay que mencionar también los aguardientes elaborados con manzanas, peras, miel, bayas de arándano, ciruelas y cerezas. – La zona oeste del país se distingue por su excelente aceite de oliva. – En el sudeste de Eslovenia es muy conocido un vino rosado llamado cvicek.

– En la región alpina son conocidos los quesos, la carne ahumada y los pasteles preparados con rellenos cárnicos.

Turismo en la naturaleza

Es muy habitual en este país la práctica de deportes de aventura como el rafting, a lo largo de los rápidos del río Soca, donde el clima es más mediterráneo. La gran cantidad de cuevas existentes como las de Postojnao permiten practicar la espeleología. Gracias a sus montañas, hay un gran número de estaciones invernales que atraen cada vez más a esquiadores, como las situadas cerca de las ciudades de Bled, Planica, Kobla o la de Kranjska Gora, siendo esta última la más importante. Incluso hay estaciones en el Macizo de Potlorje con unas innovadoras instalaciones de iluminación que hasta permiten el esquí nocturno.

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