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¿Qué es la diabetes tipo 5?
La diabetes tipo 5 es una variante poco conocida de esta enfermedad, estrechamente vinculada a la desnutrición crónica durante la infancia o la adolescencia. Predomina entre adolescentes y adultos jóvenes, delgados y que han crecido en contextos de pobreza prolongada, especialmente en países de ingresos bajos y medios del sudeste asiático y el África subsahariana. Se estima que entre 20 y 25 millones de personas podrían padecerla en todo el mundo, aunque muchos casos siguen sin detectarse debido a la falta de recursos sanitarios y criterios clínicos específicos.
Esta forma de diabetes fue identificada por primera vez a mediados del siglo XX y reconocida en 1985 por la Organización Mundial de la Salud (OMS) bajo el nombre de diabetes mellitus relacionada con la malnutrición (DMRM). Sin embargo, en 1999, la OMS retiró esta clasificación por la escasez de estudios de seguimiento y evidencia científica suficiente. En 2025, la Federación Internacional de Diabetes (FID) volvió a incluirla de manera oficial como una categoría dentro de las enfermedades metabólicas.
¿Qué provoca diabetes tipo 5 y cuáles son sus síntomas?
La diabetes tipo 5 se desarrolla como consecuencia de una desnutrición prolongada, sobre todo durante la infancia y la adolescencia. Factores como la mala nutrición materna, las infecciones frecuentes o la inseguridad alimentaria crónica pueden interferir en el desarrollo del páncreas, impidiendo que este órgano alcance su capacidad funcional para producir insulina.
Los síntomas de la diabetes 5 son similares a los de la tipo 1:
- Pérdida de peso.
- Sed excesiva.
- Micción frecuente.
- Fatiga.
- Niveles elevados de glucosa en sangre.
Las personas que padecen diabetes tipo 5 suelen tener un índice de masa corporal (IMC) inferior a 19 kg/m² y no presentan destrucción autoinmune de las células beta del páncreas, lo que permite diferenciarla con claridad de la diabetes tipo 1.

Tratamiento de la diabetes tipo 5
El manejo de la diabetes tipo 5 requiere un enfoque adaptado al contexto nutricional y socioeconómico de cada paciente. No basta con controlar los niveles de glucosa; es fundamental corregir las deficiencias nutricionales que originan la enfermedad y adaptar la administración de insulina a las necesidades individuales. Los tratamientos empleados para la diabetes tipo 1 o tipo 2 suelen ser ineficaces y, en muchos casos, agravan los síntomas.
El tratamiento para la diabetes tipo 5 suele combinar:
- Apoyo nutricional para revertir la desnutrición a largo plazo.
- Medicamentos que estimulen la secreción de insulina.
- Insulina, cuando sea necesario.
Sin una atención adecuada, aumenta el riesgo de complicaciones graves, como neuropatías, enfermedad renal o problemas de visión. Además, la esperanza de vida puede reducirse, si la enfermedad no se diagnostica ni se trata de modo correcto.
¿Es posible prevenir la diabetes tipo 5?
La diabetes tipo 5 refleja el impacto directo de la pobreza y la malnutrición en la salud. Su aparición es más frecuente en comunidades donde los déficits nutricionales se perpetúan de generación en generación. También representa un riesgo para los refugiados y migrantes que proceden de entornos con escasos recursos, incluso tras establecerse en países con mejores condiciones de vida.
La prevención de esta forma de diabetes exige abordar las causas estructurales de la desnutrición y la desigualdad en el acceso a servicios de salud. Entre las estrategias más efectivas, destacan las siguientes:
- Mejorar la nutrición materna y prevenir la desnutrición en los primeros años de vida.
- Fortalecer los programas de nutrición infantil y de salud escolar.
- Garantizar la seguridad alimentaria en comunidades vulnerables.
- Reducir la pobreza y la incidencia de infecciones que empeoran la malnutrición.
Estas medidas no solo contribuyen a prevenir la diabetes tipo 5, sino que también promueven un desarrollo más equitativo y saludable en las poblaciones más expuestas.

Cinco tipos de diabetes: conoce sus diferencias
Con su reconocimiento oficial, la diabetes tipo 5 se incorpora a las principales formas de la enfermedad. Esta nueva clasificación permite mejorar el diagnóstico y el tratamiento, y subraya la necesidad de incluir los factores nutricionales y sociales en el abordaje de la diabetes.
Tipos de diabetes
- Tipo 1. De origen autoinmune, se produce cuando el sistema inmunitario destruye las células del páncreas, responsables de fabricar insulina.
- Tipo 2. La más común, asociada a la resistencia a la insulina y al sobrepeso, donde el cuerpo no utiliza eficazmente la insulina que produce.
- Tipo 3. El término no tiene base científica, pero se emplea desde hace años para referirse a los cuidadores de las personas con diabetes. Un individuo con diabetes tipo 3 es aquella persona cuya vida se ve influida por la patología de un ser querido.
- Tipo 3c. Causada por enfermedades o daños en el páncreas, como la pancreatitis crónica o cirugías que afectan a este órgano.
- Gestacional. Surge durante el embarazo y suele desaparecer tras el parto, aunque eleva el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 en el futuro.
- Tipo 5. Vinculada a la desnutrición crónica durante la infancia o adolescencia. Se caracteriza por un desarrollo incompleto del páncreas, lo que genera un déficit severo en la producción de insulina.