El envoltorio debe estar bien cerrado. Para ello, puede usarse clara de huevo para pincelar los bordes del papel, ya que con el calor, la clara cuajará y pegará los extremos del papel. Otra forma de cerrar herméticamente el envoltorio es poner el último doble en la parte de abajo, de modo que el peso del propio papillote evita que se abra. Por otro lado, está el remedio casero de sujetar el papel con clips que han de retirarse antes de servirse.