Cuando el adolescente con diabetes comienza a quedar con los amigos

Puede perfectamente acudir a un bar o a una cafetería sin que eso suponga incumplir el tratamiento que se le indica
Por EROSKI Consumer 8 de diciembre de 2006

Los niños y niñas que desarrollan una diabetes durante la infancia tienen que aprender a convivir con ella y adaptarse a cada situación. Pero van creciendo y llegan a la adolescencia, una época muy compleja en la que se encuentran con otros problemas que han de saber afrontar. Tienen que tener presente que su organismo no utiliza bien los azúcares de los alimentos, pero tampoco el de muchas bebidas cuyo consumo es muy habitual entre los adolescentes.

Comienza a quedar con los amigos y amigas

No puede tomar las mismas bebidas ni la misma cantidad que el resto del grupo

Durante la adolescencia los chicos y chicas comienzan a tener más autonomía y a salir con sus amigos por las tardes y por las noches prácticamente todos los fines de semana. El adolescente con diabetes puede y debe llevar una vida social activa, sin que su enfermedad suponga un impedimento para ello. Padecer diabetes no significa «privarse de todo», consiste en restringir el consumo de alimentos y bebidas con azúcar.

Se han de divertir teniendo en cuenta que no pueden tomar las mismas bebidas y en la misma cantidad que cualquiera de sus amigos y deben seleccionar muy bien las bebidas que pueden o no tomar.

Si sale a ‘tomar algo’

Infusiones, bebidas multifrutas, refrescos light, té frío sin azúcar son bebidas aptas

Durante la adolescencia es muy habitual ir al cine, tomar algo en bares y cafeterías o incluso comprar productos en la tienda y tomarlos en la calle. En cualquiera de estos casos se pueden elegir bebidas que no supongan un riesgo para el adolescente que padece diabetes. Para que no exista ningún riesgo es conveniente leer bien las etiquetas y ante cualquier duda pedir el envase del producto al responsable del establecimiento o a quien nos atiende en ese momento.

Las mejores opciones

– Agua o infusiones de cualquier tipo con edulcorante sin calorías -sacarina, aspartame, ciclamato-.

– Bebidas multifrutas.

– Zumo de frutas sin azúcar añadido. Es mejor zumo que néctar porque no lleva azúcares añadidos, aunque ahora se vende ya néctar sin azúcar.

– Refrescos light de cola, limón o naranja o tónica light. A todos ellos se les ha sustituido el azúcar por edulcorantes sin calorías.

– La mayoría de las gaseosas no contienen azúcar pero no todas, por lo que se ha de revisar bien el etiquetado.

– Té al limón o a la menta sin azúcar o té frío sin azúcar.

– Café con leche con edulcorantes sin calorías.

Esta noche salgo de fiesta

Si el alcohol no debe ser ingerido por menores, con mayor motivo los adolescentes diabéticos han de evitarlo: la cerveza sin alcohol puede ser la alternativa

Vaya por delante que lo mejor es evitar el alcohol, se sea o no diabético, pero en esta etapa de la vida, en los que la presión social es muy fuerte, más vale prevenir y no engañarse. Lo ideal sería que la fiesta no se ligara al consumo de bebidas alcohólicas pero no siempre es posible.

Es demasiado habitual que los jóvenes durante esta etapa comiencen a probar diferentes bebidas alcohólicas. Hay que tener en cuenta que las bebidas alcohólicas no se recomiendan para las personas diabéticas y menos aún si se trata de adolescentes. Por este motivo hay que tener mucha precaución en el consumo de alcohol en adolescentes diabéticos y se ha de controlar en todo momento.

Un exceso de alcohol en el adolescente diabético puede provocar hipoglucemias severas, además, la situación pueden confundir los síntomas, lo que agrava el cuadro clínico

Un exceso de alcohol en el adolescente diabético puede provocar hipoglucemias severas. Además, los efectos del alcohol pueden hacer que se noten menos los síntomas de la hipoglucemia, o que éstos se confundan con los de la embriaguez o borrachera, por lo que la situación puede ser todavía mas grave. Es necesario ser extremadamente prudentes ante el consumo de alcohol, a la vez que recomendar que no se consuman bebidas con alta gradación alcohólica -coñac, ginebra o whisky y similares-.

El contenido de alcohol de las bebidas varía según su graduación -los grados de alcohol-. Así, el vino de mesa corriente tiene entre 10 y 12 grados, es decir, 10-15 mililitros de alcohol por cada 100 mililitros, a la vez que pequeñas cantidades de azúcar. La cerveza en cambio contiene 5 grados aproximadamente. La cerveza sin alcohol es una cerveza a la que se le ha eliminado su contenido en alcohol, pero sigue manteniendo un contenido ligero de azúcares, por lo que no conviene consumirse libremente, ni en la cantidad que se desee. Por lo tanto, sean con alcohol o no, conviene no abusar de su consumo.

Jamás consumir alcohol con el estómago vacío

Si se van a consumir bebidas alcohólicas es muy importante comer previamente alimentos ricos en hidratos de carbono complejos como son el pan, la pasta, el arroz o las galletas. De esta forma, el alcohol no se ingiere con el estómago vacío y se compensa el efecto hipoglucemiante que provoca. Es mejor elegir bebidas con baja graduación alcohólica (vinos secos, sidra seca, etc.) y moderar el consumo de bebidas demasiado dulces como los licores.

También se puede recurrir a mezclar las bebidas alcohólicas con bebidas gaseosas o refrescos light, de forma que sea menor la cantidad de alcohol y de azúcares que se ingiere, y por tanto de calorías.

De cualquier manera, hay que tener presente que la edad legal para consumir bebidas alcohólicas son los 18 años. Antes, además de cometer un delito contra las leyes, se está causando males al organismo y a la salud, al desarrollo físico y al psicológico. Salir de marcha no tiene que ser sinónimo a perder el control y poner en riesgo la vida, más sensible cuando se padece diabetes.

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