El tipo de leche artificial influye en el aumento de peso del bebé

Este hallazgo tiene implicaciones en el riesgo infantil de desarrollo de obesidad, diabetes y otras enfermedades
Por EROSKI Consumer 28 de diciembre de 2010

El aumento de peso en los bebés que se alimentan con leche artificial está influido por el tipo de leche que toman, según un estudio del Centro de los Sentidos Químicos Monell en Filadelfia (Estados Unidos), que se publica en la edición digital de la revista «Pediatrics». Este descubrimiento tiene implicaciones asociadas con el riesgo infantil de desarrollo de obesidad, diabetes y otras enfermedades.

«Sabemos que los bebés alimentados con leche artificial ganan más peso que los que toman leche materna. Pero no sabíamos si esto era así en el caso de todos los tipos de leche artificial», explicó Julie Mennella, responsable del estudio. Aunque la mayoría de leches infantiles se basan en la leche de la vaca, existen otras opciones que incluyen la soja o las proteínas hidrolizadas. Las fórmulas con proteínas hidrolizadas contienen proteínas predigeridas y se suelen proporcionar a los bebés que no toleran las proteínas intactas de otras fórmulas.

Se cree que las proteínas predigeridas actúan en el intestino para iniciar el final de una comida, lo que lleva a comidas más reducidas y un consumo de menos calorías. Los autores plantearon que los bebés que se alimentaban con fórmulas hidrolizadas comerían menos y tendrían un patrón de crecimiento alterado en relación con los bebés alimentados con leches basadas en las proteínas de la vaca. En el estudio, los bebés que tomaban la leche hidrolizada ganaron peso a una tasa más baja que los alimentados con la leche basada en la leche de vaca. El crecimiento lineal no fue distinto en los dos grupos, lo que demuestra que las diferencias en el crecimiento eran atribuibles al peso. «Todas las fórmulas no son iguales, estas dos fórmulas tienen la misma cantidad de calorías pero difieren considerablemente en los términos de cómo influyen en el crecimiento infantil», señaló Mennella.

Cuando los datos se compararon con las normas nacionales estadounidenses para los bebés alimentados con leches artificiales, la tasa de ganancia de peso de los bebés que tomaban proteínas hidrolizadas era comparable con los estándares de leche materna, mientras que los niños alimentados con fórmulas basadas en leche de vaca ganaron peso a una tasa superior que los alimentados con leche materna. «Una de las razones por las que los bebés que tomaban proteínas hidrolizadas tenían patrones de crecimiento similares a los alimentados con leche materna es que consumían menos cantidad durante una toma en comparación con los que tomaban la fórmula basada en leche de vaca», explicó Mennella.

Los autores indicaron que estos descubrimientos subrayan la necesidad de comprender las influencias a largo plazo de la composición de la leche artificial infantil sobre la conducta de alimentación, crecimiento y salud metabólica. Además, apuntan que en futuros estudios se utilizarán medidas de metabolismo y gasto energético para examinar cómo las fórmulas individuales influyen sobre el crecimiento y cómo difieren de la leche materna.

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