Prácticas, sabrosas y fáciles de elaborar, las hamburguesas son uno de los platos más populares y aclamados por el público juvenil. Para los niños y jóvenes, la hamburguesa resulta una propuesta infalible. Lo tiene todo: es informal y divertida, se puede comer con las manos, admite múltiples ingredientes y lleva aderezos y guarnición vistosa. Para los adultos, en cambio, decir “hamburguesa” es hablar de comida rápida, hacer cálculos de calorías y pensar en monotonía. Sin embargo, no tiene por qué ser así. Las hamburguesas pueden convertirse en un estupendo plato casero que aporte salud y variedad, que guste a los adultos e invite a los más jóvenes a probar ingredientes nuevos. El siguiente artículo ofrece varios trucos y ejemplos para ello.
Hamburguesas: más que carne, mayonesa y bacón
La primera imagen que nos genera la palabra «hamburguesa» es una porción de carne picada, ovalada o circular, que se acompaña de algunos vegetales, queso, salsas y pan. Entre los ingredientes que potencian el sabor de la carne están las hierbas aromáticas y las especias; entre los que se usan para compactarla, destaca el huevo; y entre los vegetales que se le agregan, los más clásicos son la cebolla, la lechuga y el tomate. En ocasiones se añaden más elementos proteicos (jamón, panceta, otro huevo…), casi siempre se incluye queso (más o menos graso) en formato de loncha y no faltan en el combinado las salsas típicas: mayonesa y kétchup. Esta idea universal de una hamburguesa se corresponde al modelo estándar que ofrecen las cadenas de comida rápida y los miles de bares y restaurantes que incorporan este plato en sus cartas.
Sustituir la ternera por carnes blancas, pescado o vegetales puede dar como resultado una exquisita experiencia gastronómica
Pero las hamburguesas no solo son una estrella del fast food, ni tienen por qué estar relegadas a un público juvenil o a una comida fuera de casa para salir del paso. Si se preparan en casa y se añaden o sustituyen ingredientes, pueden ser las mejores aliadas para comer (o enseñar a comer) diversos alimentos que no siempre son bienvenidos en la mesa, ya sea porque cuesta masticarlos o porque presentados en su formato original no resultan exitosos, como los filetes de pescado, las legumbres o el arroz. Sustituir la ternera por carnes blancas, pescado, vegetales, legumbres o cereales (como el arroz) puede ser el inicio de una interesante y rica experiencia gastronómica, capaz de sorprender y satisfacer todos los gustos. Los siguientes son algunos ejemplos.
Hamburguesas de carnes blancas
Podemos utilizar carne de pollo o de pavo, mezcladas con un poco de cebolla y ajo en crudo, todo ello muy picado. Para que nos quede una masa unida, pero no demasiado compacta, agregamos un huevo batido, miga de pan remojada en leche y una pizca de sal. El modo idóneo de cocinarlas es en una plancha (o sartén) antiadherente a fuego medio. De ese modo, el calor llegará también al centro de la hamburguesa. Una vez cocinadas, podemos acompañar con un salteado de setas, por ejemplo, y una salsa de yogur. Con esto se consigue un plato original, más digestivo y menos calórico.
Hamburguesas de pescado
Las recetas con pescado -sobre todo, con pescado blanco- también dan buenos resultados. Para compactar la masa podemos agregar una miga de pan remojada en leche o en un caldo de pescado. Tras salpimentar el conjunto, es importante enharinarlo para que no se pegue a la plancha caliente que utilizaremos para cocinarlo con un poquito de aceite de oliva. Como condimentación se puede añadir un poco de cebolla cocinada a fuego suave con aceite (y luego escurrida), junto con un poco de albahaca fresca picada y una pizca de ajo. A la hora de presentar la hamburguesa de pescado, la guarnición puede ser la clásica de lechuga con tomate, o tener un toque más divertido. ¿Una idea? Utilizar unas rodajas de pepinillo, alcaparras y aceitunas en vinagre que, junto con una mayonesa ligera, nos da como resultado una salsa tártara.
Hamburguesas vegetales
Otra opción para enriquecer la mesa son las hamburguesas vegetales, elaboradas con legumbres, arroz o soja texturizada. El único inconveniente es que cuesta un poco más compactarlas y darles textura cremosa, como las cárnicas y de pescado, pero el concepto es bastante parecido.
El punto de partida son las legumbres o arroz ya cocinados y condimentados a nuestro gusto. Para compactarlos bien se puede utilizar un huevo crudo, un huevo cocido, o un poco de pan remojado en caldo de verduras.
El siguiente paso en la preparación de estas hamburguesas es darles una capa de protección para evitar que se desmonten en el momento de cocinarlas. Para ello, en lugar de solo enharinar, podemos empanarlas pasándolas por harina, huevo batido o batido de soja y, luego, pan rallado. Si optamos por este método, en vez de asarlas es preciso freírlas en una sartén con aceite de oliva que no esté en exceso caliente para que el calor penetre en el interior de la hamburguesa.
Para los iniciados en esta práctica culinaria, el recetario de EROSKI CONSUMER ofrece varias propuestas de hamburguesas vegetales fáciles de cocinar. La hamburguesa de soja se mezcla con huevo duro, que se puede sustituir por otro ingrediente si se pretende una hamburguesa por completo vegetal. La receta de hamburguesa de arroz y garbanzos puede servir, además, para aprovechar restos de estos alimentos que han sobrado del cocido del día anterior. El tofu es un ingrediente típico de las hamburguesas vegetales, al igual que la soja texturizada acompañada de salsa de queso. Con mezcla de frutos secos, el resultado es delicioso. Lo mismo sucede cuando se prueban nuevos cereales, como la escanda.
Un último consejo, válido para todas las hamburguesas caseras, es prestar especial atención a los elementos accesorios. En este punto, el pan es muy importante y puede aportar un toque muy especial, ya que existe una gran variedad. Un pan francés, o uno de semillas, es capaz de lograr una experiencia gastronómica muy diferente. Eso sí, cuanto mayor sea la hamburguesa y más guarnición y salsa tenga, necesitaremos un pan más fuerte, que pueda sostener todos los jugos sin deshacerse.