Ideas para minimizar los residuos de alimentos

Acciones sencillas como planificar la compra o leer las etiquetas de los alimentos ayudan a reducir los restos de comida en el hogar
Por María Manera 6 de enero de 2012
Img comida mesa
Imagen: dailymatador

En una época de dificultades económicas como la actual, datos como el siguiente sorprenden: en la Unión Europea, cada persona desperdicia 180 kilos de comida al año. Estas pérdidas hacen referencia tanto a alimentos crudos como cocidos, ya sea a partir de su preparación en el hogar, así como de los alimentos que se rechazan durante la producción, fabricación y distribución o en las actividades de los servicios minoristas y mayoristas. De no poner remedio a esta situación, se estima que para el año 2020 las pérdidas de alimentos pueden llegar a 126 millones de toneladas (un aumento del 40% respecto a las 89 toneladas actuales). Pero esta tendencia puede frenarse con medidas fáciles de aplicar en el ámbito doméstico.

El 39% de los alimentos desperdiciados proviene de los procesos de fabricación (sobreproducción o productos en mal estado o defectuosos), el 14% de los servicios de restauración y catering (estimación inadecuada del tamaño de las raciones, dificultad para prever el número de clientes, lo que genera excedencias y también determinadas actitudes o preferencias, como no querer llevarse las sobras) y el 5% de la distribución (ineficiencia en la cadena de suministro, sensibilidad a la temperatura de los productos o mala administración de los stocks, entre otros).

Sin embargo, el 42% de las pérdidas proviene de los hogares y se debe a la falta de conciencia y de conocimientos sobre eficiencia en la utilización de los alimentos, por actitudes culturales o de subestimación o bien por el hecho de no planear la compra. Hasta un 60% de los residuos alimentarios que proceden del hogar se podrían evitar.

Ideas prácticas para reducir los restos de comida

No saber cómo utilizar los alimentos de forma eficiente conduce al despilfarro

La sensibilización sobre el derroche de alimentos es aún muy baja. Por ello, en primer lugar, es necesario incrementar la concienciación sobre esta problemática para lograr un cambio de conducta a largo plazo, que permita reducir de forma importante el desperdicio de alimentos.

El hecho de no saber cómo utilizar los productos de manera eficiente es una de las causas del despilfarro de alimentos en el hogar. Acciones sencillas, como la planificación de la compra, la lectura de las etiquetas de los alimentos o trucos para aprovechar mejor los restos de comida contribuyen a minimizar los desperdicios alimentarios.

Para reducir la pérdida de alimentos, ahorrar dinero y proteger el medio ambiente, se aconseja:

  • Planificar la compra: diseñar los menús de la semana, revisar los ingredientes disponibles en la nevera y la despensa y escribir una lista de la compra con lo imprescindible. Ir a comprar sin hambre para evitar hacerse con productos innecesarios y, una vez en la tienda, no dejarse llevar por las ofertas. Siempre que sea posible, adquirir sueltos los alimentos como frutas y hortalizas, en lugar de envasados, para evitar comprar más de lo necesario.
  • Leer la fecha de caducidad para no comprar productos con fechas cercanas. Tener en cuenta que la denominación «consumir preferentemente antes de» solo significa que el producto puede que no conserve la calidad esperada a partir de esta fecha, pero es seguro para el consumo.

  • Revisar que la temperatura de la nevera esté entre 1ºC y 5ºC para una mejor conservación de los alimentos.

  • Colocar los alimentos recién comprados en la parte trasera de la nevera y los armarios para evitar que los adquiridos con anterioridad queden fuera de la vista y acaben por caducar o echarse a perder.

  • Conservar los alimentos según las instrucciones del envase.

  • Servir raciones pequeñas de comida y, si es necesario, después se puede repetir.

  • Aprovechar las sobras como ingrediente para las siguientes comidas o congelarlas para otra ocasión. Las frutas maduras pueden convertirse en batidos y las verduras, en sopas o cremas.

  • Congelar las sobras: el pan que no se ha consumido puede congelarse cortado en rodajas y los alimentos cocidos, en raciones individuales.

  • Reutilizar los residuos para crear abono para las plantas con el uso de cubos de compostaje y compostadores.

OPTIMIZAR LA CADENA ALIMENTARIA

A pesar de que la mayoría de residuos alimentarios procedentes de los procesos de fabricación son de difícil eliminación, la Comisión Europea ha lanzado una iniciativa emblemática para llegar a una Europa que utilice de forma eficaz los recursos, en el marco de la estrategia Europa 2020. Se ha comenzado a analizar, con todas las partes interesadas, incluso la industria alimentaria, cómo se podría minimizar la pérdida de alimentos y optimizar su envasado sin comprometer la seguridad alimentaria.

La Comisión Europea ha iniciado un diálogo con varios de los actores que participan, a distintos niveles, en el proceso de fabricación, distribución y consumo de alimentos, ya que para garantizar el éxito es fundamental involucrar a todos los participantes de la cadena alimentaria.

En el ámbito municipal, iniciativas como los bancos de alimentos tienen un papel central, ya que recolectan los excedentes alimentarios de empresas y fábricas, vendedores mayoristas y minoristas, mercados y hornos, plataformas de logística y distribución, así como de los hogares, a través de las campañas de recogida de alimentos que, a la vez, contribuyen a concienciar sobre la prevención de residuos y del hambre.

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