Los avances en la industria de la alimentación están permitiendo crear nuevos productos alimenticios, muchos de los cuales se adaptan perfectamente a necesidades especiales de ciertas personas, como es el caso del jamón cocido light para quienes necesitan limitar la grasa de su alimentación.
Este jamón cocido aporta tan sólo 3 g de grasa por cada 100 de producto, en comparación con el cocido convencional, en el que el contenido graso ronda los 6-8 g por cada 100 g.
Por tanto, debido a su escaso contenido graso y de colesterol, este tipo de jamón está especialmente recomendado en regímenes de control de grasa total, grasas saturadas y colesterol; es decir, para personas que tienen alteraciones de los niveles de colesterol o triglicéridos sanguíneos y también para personas que desean bajar de peso, en caso de sobrepeso u obesidad.