La desconocida cocina noruega

Un país donde es posible descubrir sabores desconocidos como el de los huevos de gaviota, la carne de foca o el del pez gato
Por EROSKI Consumer 26 de mayo de 2005

Noruega invita al visitante a recorrer sus pueblos, contemplar sus paisajes de increíble belleza natural, donde confluyen en pocos kilómetros cuadrados, altas montañas, espaciosos valles, impresionantes acantilados que conforman los conocidos fiordos. Y además, Noruega deleita al visitante a degustar su desconocida gastronomía. La refinada cocina que este país ofrece en la actualidad, es el resultado de la fusión entre su patrimonio culinario más tradicional inspirado en sus tesoros naturales, muchas veces silvestres, y los sabores innovadores descubiertos en las últimas décadas.

Pescado y caza

Los pescados son, sin duda, los reyes de las mesas noruegas. En cualquier local se pueden degustar ejemplares de merluza, bacalao y salmón exquisitos que forman parte de platos tan tradicionales como el «laks», salmón ahumado a la plancha, o el original «lutefisk», plato en el que el bacalao se empapa en una gelatina y que no puede faltar en las casas noruegas durante la Navidad.

El ciervo y el reno son algunas de las carnes más frecuentes en los menús noruegos. Pueden prepararse tanto en guisos elaborados con diferentes verduras como en originales albóndigas, siendo en cualquier caso perfectamente acompañadas con una deliciosa guarnición de frutas del bosque y bayas. Estas carnes también pueden emplearse para elaborar embutidos denominados «spekemat», que además pueden prepararse con carne de cordero o cerdo. Estos embutidos resultan deliciosos si se acompañan de huevos revueltos y de una rebanada de pan o «flatbrod».

Además del pan, las patatas constituyen uno de los acompañantes indispensables para las carnes, creando así algunos de los platos noruegos más conocidos, como el reno asado con patatas o la «betesupe», sopa elaborada con verdura, carne y patatas.

Postres con un sabor especial

Para elegir un postre sin complicarse y acertar de lleno, sobretodo si se es un amante de los quesos, nada como el «brunost», un queso de cabra noruego que posee un sabor extraordinario y un agradable y llamativo color café.

Los paladares más amigos de los dulces han de saber que la cocina noruega permite degustar innumerables variedades de bayas y frutos que los bosques noruegos ofrecen durante los meses de otoño. Los arándanos, las «molte», un tipo de zarzamora ártica, y las fresas noruegas, forman parte tanto de tartas y pasteles como de zumos, mermeladas, e incluso de licores y aguardientes típicos noruegos.

Para acabar…

Una buena jarra de cerveza, la bebida nacional desde tiempos de los vikingos, es la mejor forma de regar cualquier plato noruego. Pero para terminar, nada comparable a un vaso de aguardiente elaborado con patatas y comino. Éste se conoce con el nombre de «aquavit», y se bebe helado o templado en vasos pequeños para poder disfrutar mejor de todo su aroma.

Disfruten de Noruega y velbekomme!!

Sigue a Consumer en Instagram, X, Threads, Facebook, Linkedin o Youtube