Las frutas del bosque consumidas de manera habitual podrían retrasar la pérdida de memoria hasta en 2,5 años

Fresas, cerezas o arándanos contribuyen a mantener la agudeza mental
Por EROSKI Consumer 30 de abril de 2012

La inclusión de frutas del bosque de forma habitual en la dieta puede retrasar en hasta 2,5 años la pérdida de memoria característica del deterioro cognitivo asociado al envejecimiento. Así lo aseguran los resultados de un estudio del Brigham and Women’s Hospital de Boston, que ha analizado los hábitos dietéticos de más de 121.000 mujeres de entre 30 y 55 años y ha comprobado que el consumo habitual de fresas, cerezas o arándanos contribuye a salvaguardar la agudeza mental.

La investigación, publicada en «Annals of Neurology», comenzó en 1976 en Estados Unidos con la realización de varios cuestionarios sobre salud y estilo de vida a las mujeres participantes. Desde 1980, fueron sometidas a cuestionarios cada cuatro años que registraron sus hábitos dietéticos. Posteriormente, entre 1995 y 2001, los investigadores sometieron a las participantes de más de 70 años a pruebas de memoria con frecuencia bianual.

Los resultados del estudio constataron que las mujeres que ingerían cantidades más altas de frutas del bosque, en especial fresas y arándanos azules, experimentaron una ralentización de la pérdida de memoria asociada al envejecimiento, que se retrasó unos 2,5 años de media en relación con quienes no realizaron un consumo tan elevado de estos alimentos.

Los investigadores consideran que este efecto podría estar asociado al papel de los flavonoides, unas sustancias presentes en algunos vegetales y con poderosas propiedades antioxidantes y antiinflamatorias constatadas. El proceso de oxidación del organismo es el pilar fundamental de muchas enfermedades graves, como el cáncer y las patologías cardiovasculares, y hace años que los investigadores estudian la acción de los flavonoides como tratamiento potencial para estos trastornos.

La doctora Elizabeth Devore, autora de la investigación, considera que este nuevo hallazgo tendrá importantes repercusiones en la salud pública. «Incrementar el consumo de frutas del bosque es una modificación dietética simple para reducir el deterioro de la memoria en los adultos mayores», explica Devore. La investigadora considera que la adopción de pequeñas modificaciones dietéticas podría conllevar elevados beneficios en un futuro cercano.

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