Los cítricos poseen un gran poder terapéutico natural que actúa en el sistema inmunológico. Además de su papel como protector contra los resfriados, su alta concentración de vitamina C les hace muy efectivos en el caso de infecciones, ya que consiguen reducir la duración de la enfermedad, al tiempo que alivia los síntomas.
Para asegurar que la ración diaria cumple las necesidades del organismo de vitamina C es recomendable consumir al menos dos cítricos al día -los expertos en nutrición recomiendan que uno de éstos sea un zumo recién exprimido por la mañana- y que se complemente con otros alimentos ricos en vitamina C, como es el caso de los arándanos, los mangos, los pimientos verdes, las espinacas, las acelgas y las patatas.
Gran parte de los beneficios que para el organismo presenta el consumo de cítricos se debe a su acción antioxidante, que actúa previniendo un buen número de enfermedades del aparato respiratorio. Además, las naranjas, limones, mandarinas y pomelos, al igual que otros cítricos menos conocidos como la lima o la cidra, aportan otros elementos igualmente importantes para la salud como: fibra, calcio, magnesio, potasio, ácido fólico y vitaminas A y B.
Déficit de vitamina C
La falta de vitamina C suele generar diversos trastornos, el más común es el escorbuto. Las personas que padecen esta patología presentan encías inflamadas, caída del pelo y de los dientes, además de sequedad de boca y piel.
Heridas que cicatrizan más despacio y patologías de tipo neurótico, son otros de los trastornos que puede general el déficit de esta vitamina.
Exceso
Pero también un exceso puede resultar nocivo. Las causa por las que se puede producir un nivel excesivo de vitamina C en el organismo normalmente se debe a un consumo indebido de complementos de esta vitamina, pudiendo ocasionar dolor de estómago y diarrea.
En caso de que nuestro organismo presente un exceso de vitamina C, no es recomendable suprimir de inmediato el consumo de suplementos ricos en ella, sino que los nutricionistas recomiendan ir disminuyendo progresivamente su ingesta, ya que de lo contrario se pueden producir consecuencias perjudiciales para el organismo.
