Entrevista

«Cuantas más marcas incluyan el Nutri-Score, más fácil y útil será para el consumidor»

Marta Iguacen, responsable del área de Ciencia y Nutrición de Danone Iberia
Por Natalia L. Pevida 14 de marzo de 2020
marta iguacen danone

Marta Iguacen, bióloga especializada en ingeniería y química alimentaria, es responsable del área de Ciencia y Nutrición de Danone Iberia. La división española de la multinacional anunciaba a principios de año la intención de incorporar el etiquetado Nutri-Score a todos sus productos, convirtiéndose, junto a EROSKI, en una empresa pionera en su implantación. Conversamos con ella sobre las principales características y ventajas de este código de colores que permite reconocer con más facilidad la calidad nutricional de los alimentos procesados.

¿Qué razones motivaron a la compañía a apostar por Nutri-Score?

Aprobar Nutri-Score es casi una obligación, dada la sólida evidencia científica con la que cuenta y porque creemos que el apoyo de las empresas puede crear un efecto halo que haga que otras vayan detrás. Cuantas más marcas lo incluyan en sus empaquetados, más fácil y útil será para el consumidor. Queremos que sea una herramienta que se consolide de forma transversal. Existen sistemas como NOVA (evalúa el grado de procesamiento) o el chileno (basado en cuatro sellos negros que alertan cuando un alimento sobrepasa la cantidad saludable de calorías, azúcares, grasas saturadas o sal).

¿Qué opina de ellos?

Apoyamos Nutri-Score porque es el que se está consolidando en Europa y cuenta con más estudios científicos, además de ser el más apoyado por asociaciones de consumidores. Hemos de evitar que haya muchos sistemas distintos con mensajes contradictorios, como puede suceder con los de Italia u Holanda. Esa es nuestra petición a gobiernos y agencias de salud pública.

¿Nutri-Score debería adaptarse a la cultura alimentaria de cada país?

Más que a la cultura, debe adaptarse a las recomendaciones nutricionales de los países. Felicitamos a la Agencia Española de Seguridad Alimentaria por promover este cambio del aceite de oliva [se etiquetará con una C]. Ha de ser una herramienta muy transversal. Adaptarse a la cultura de cada país y región va a ser complejo, pero puede abarcar diferentes contextos y dietas. Hay quien dice que este sistema favorece a la industria alimentaria. Sabemos que estos mensajes llegan al consumidor. Pero es la evidencia científica quien avala Nutri-Score, un sistema impulsado por sociedades científicas independientes, sin ningún tipo de conflicto de interés, además de agencias de salud pública y organizaciones de consumidores. Y son estos los actores que lideran su implantación, no las empresas.

¿De quién debería depender la implantación de los sistemas de etiquetado frontal? ¿Del fabricante? ¿Del Ministerio? ¿De la UE?

Lo ideal sería una regulación continental, teniendo en cuenta la libre circulación de productos en Europa. El reto debería ser conseguir que se imponga un único modelo, de ahí la importancia de la iniciativa ciudadana Pro-Nutriscore para impulsar la medida.

En la encuesta realizada por Hispacoop, los consumidores demandan transparencia de ingredientes y procesos de producción, mientras aumentan las alertas sobre ultraprocesados y contenido de azúcar. ¿Modela ese escenario el futuro de la industria alimentaria?

En una empresa que ha cumplido 100 años, debemos estar del lado del consumidor, evolucionando, yendo de la mano. Y esa exigencia está haciendo que el tiempo en la toma de decisiones sea menor, pero nuestra agenda sigue siendo la misma: apostar por el consumidor, aportando herramientas como Nutri-Score y apostando por la sostenibilidad. Estos son los dos aspectos que están marcando nuestra agenda a corto y medio plazo.

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