La cistitis es una inflamación del interior de la vejiga normalmente causada por una infección. Las paredes de la vejiga se irritan e inflaman. Puede ser inicialmente una infección localizada en la uretra, donde las bacterias se multiplican y siguen su camino hacia a la vejiga. Las bacterias inofensivas para los intestinos pueden originar cistitis cuando llegan a introducirse en el aparato urinario, e incluso pueden seguir su invasión pasando por los uréteres y llegar hasta los riñones. La bacteria Escherichia Coli, es la causante habitual de la mayor parte de las cistitis. Situaciones de estreñimiento, la toma de antibióticos y la predisposición individual se relacionan con un mayor riesgo de infecciones urinarias, así como con una ingesta insuficiente de líquidos a lo largo del día. El tratamiento médico y farmacológico, deberá acompañarse siempre de medidas higiénicas y de consejo dietético, incidiendo en la importancia de beber cantidad suficiente de líquidos. Recomendaciones generales: – Llevar a cabo una alimentación variada y de acuerdo a las recomendaciones de alimentación equilibrada. – Forzar la ingesta de líquidos para aumentar la diuresis (producción de orina); 2,5-3 litros al día, de alimentos y bebidas. Esta cantidad debe repartirse a lo largo de todo el día, a razón de dos vasos de agua (unos 400 mL) con cada comida y un vaso de agua (unos 200 mL) cada 2 ó 3 horas (entre 8 y 12 vasos al día), siendo muy aconsejable beber un vaso de agua a la hora de acostarse, e incluso cada vez que la persona se levanta durante la noche para ir al lavabo. – Al menos la mitad del líquido ingerido debe ser agua; pero también se pueden tomar infusiones, zumos, caldos, etc. No son recomendables las bebidas alcohólicas (por su notable aporte calórico y de alcohol) – Se recomienda que el agua sea de mineralización débil, para mejorar la diuresis – El jugo de arándanos o las infusiones de hoja de gayuba, son buenos bactericidas que arrastran a su paso por el aparato génito urinario bacterias indeseables.