Un alimentación sana ayuda a envejecer con salud
Una buena alimentación contribuye a una mejor calidad de vida y sensación de bienestar en las personas mayores.
- Autor: Por maitezudaire
- Fecha de publicación: viernes 12 abril de 2002
¿Qué relación tiene la salud con
la alimentación?
Hoy día se sabe a ciencia cierta que determinadas alteraciones y enfermedades
se relacionan con desequilibrios en la alimentación, ya sea por exceso
(obesidad, problemas de tensión, colesterol elevado…) o por defecto
(falta de vitaminas y/o minerales, etc.). Por tanto, alimentarse no sólo
consiste en comer para vivir o para saciar el hambre, es algo mucho más
complejo e influyen numerosos factores; ambientales (costumbres y cultura del
lugar en que vivimos, modas y medios de información, entorno familiar…)
y otros personales como el sexo, la edad, las preferencias, la religión,
el grado de actividad (sedentaria, ligera, moderada), el estado de ánimo
y de salud (enfermedades o problemas de salud). Por todo ello, se considera
que una alimentación es adecuada si en verdad es capaz de cubrir las
necesidades del organismo; de acuerdo a las características personales,
con el fin de alcanzar o mantener un buen estado nutricional y de salud.
Necesidades de alimentos en las personas mayores
No existe una modalidad dietética que sirva para todo el mundo, la dieta
debe ajustarse a las necesidades particulares en función de factores
muy diversos. Sin embargo, existen una serie de recomendaciones generales que
se pueden llevar a cabo y permiten cubrir las necesidades de energía
y sustancias aprovechables por el organismo (nutrientes) de todas las personas
mayores, con el fin de promocionar una mejor calidad de vida.
ENERGIA (hidratos de carbono y grasas):
es necesaria para poder realizar las funciones vitales (bombeo del corazón,
respiración, etc.) y la actividad física. A partir de cierta edad,
en torno a los 50 años, las necesidades de energía disminuyen
considerablemente. Esto es debido a que se producen cambios en la composición
del cuerpo (parte de músculo se convierte en grasa) y a una disminución
del grado de actividad. Por tanto, la alimentación debe aportar menos
calorías que en etapas anteriores de la vida, y si no es así,
fácilmente y de forma progresiva se tiende a engordar. A partir de los
65-70 años, el nivel de azúcar en sangre es más elevado
de lo normal y por ello es preferible que consuma menor cantidad o con menor
frecuencia dulces, repostería, bebidas con azúcar... No es el
caso de alimentos como los cereales (pan, arroz, pasta…), patatas y legumbres;
la base de nuestra alimentación, los cuales deben estar presentes en
cada una de las comidas del día. Trate de no abusar de alimentos grasos
de origen animal (mayonesa, nata, mantequilla, quesos curados, carnes grasas,
embutidos, fiambres y patés...) ya que se relacionan con niveles altos
de colesterol y otras grasas (triglicéridos) que tienen que ver con las
enfermedades cardiovasculares.
Por otro lado, puede ocurrir que no tome calorías suficientes por falta
de apetito, malestar u otras causas. Para combatir esta situación elabore
platos completos, de poco volumen, pero muy nutritivos (puré con pollo
o pescado blanco, etc.)
MATERIAL DE CONSTRUCCION (proteínas): es necesario incluir
alimentos ricos en proteínas completas que contribuyen a mantener nuestros
órganos, tejidos (músculos, huesos…) y sistema de defensas
en buenas condiciones para combatir eficazmente infecciones y enfermedades.
Para ello basta que tome cada día cantidad suficiente de leche y lácteos,
carne o pescado o huevo como segundo plato en las principales comidas y sus
derivados (yogures, quesos poco curados, fiambres, jamón, etc.), en menor
cantidad en almuerzos y meriendas.
ELEMENTOS REGULADORES (vitaminas, minerales, agua y fibra): son
sustancias que regulan todos los procesos que tienen lugar en el organismo.
Por ello, es recomendable que coma diariamente algo de verdura y fruta fresca.
Por otro lado, no descuide tomar cantidad suficiente de líquidos, especialmente
en temporadas de calor intenso. Si incluye agua, zumos de frutas, infusiones,
caldos y sopas, gelatinas de sabores… a lo largo del día, esto le
ayudará a limpiar su organismo, conseguirá evitar la deshidratación
y reducir el riesgo de infecciones respiratorias y urinarias.
RECOMENDACIONES GENERALES
* Variar al máximo la alimentación
* Mantener unos horarios de comidas de un día para otro
* Distribuir la alimentación en 5-6 tomas/día, conviene comer
más a menudo pero menores cantidades
* Técnicas culinarias y condimentación: prefiera las más
sencillas y suaves; cocido, vapor, horno, plancha, papillote, guisos y estofados
con poco aceite y quitando la grasa visible del alimento antes de su cocinado…
Para condimentar puede emplear gran variedad de especias y hierbas frescas que
enriquecen en aromas y sabores el menú de cada día
* Consuma ocasionalmente o en poca cantidad alimentos que aportan muchas calorías
pero que no nutren: dulces, repostería, bebidas azucaradas, bebidas alcohólicas,
etc.