Un estudio de la Universitat de Barcelona apuesta por integrar en la dieta los helados como postre y merienda

El helado de base láctea destaca por su aporte nutricional de calcio y proteínas
Por EROSKI Consumer 28 de julio de 2004

Nutricionistas de la Universitat de Barcelona han presentado un estudio que destierra algunos de los «falsos mitos» del helado, como que engorda o que es una golosina, al señalar que los helados de base láctea, por su aporte nutricional de calcio y proteínas, se pueden integrar en la dieta como postre y merienda.

Este trabajo, realizado por Abel Mariné, catedrático de Bromatología y Nutrición de la Facultad de Farmacia de la Universitat de Barcelona, y Teresa Veciana, profesora titular de Bromatología y Nutrición de ese mismo centro, pone de manifiesto que el helado puede ser un postre ocasional, con una posición intermedia en cuanto a valor calórico entre los derivados lácteos y otros productos de pastelería, y una merienda habitual, ya que permite su combinación con frutas.

Según el estudio, los helados de base láctea tienen un valor calórico medio de entre 150 y 250 kilocalorías, un contenido proteico que en algún caso llega al 5%, similar al de la leche.

Fuente de calcio

Durante la presentación del informe, Veciana aclaró que «las grasas de los helados son fundamentalmente las de la leche o las vegetales», y que pueden considerarse como una buena fuente de calcio, especialmente los de leche, con un contenido medio de 148 miligramos por cada 100 gramos. Añadió que 100 g de helado pueden representar entre un 5% y un 12% de las calorías recomendadas diariamente, entre un 10% y un 19% de la ingesta de calcio, y entre el 6% y 7% de la cantidad diaria recomendada de proteínas en adultos y ancianos.

En cuanto a su inclusión en la dieta, Veciana apuntó que los helados pueden ser una buena alternativa para el postre si en el resto de las comidas predominan las verduras, «aunque no debe sustituir a la fruta, porque ésta es desde una perspectivas nutricional el postre de elección en primera instancia».

En la merienda, «un helado de base láctea aporta menos calorías que las que proporciona un vaso de leche con galletas o una ración de magdalenas, con la ventaja de que aporta calcio», subrayó la experta.

Integrarlo en la dieta

Por su parte, Abel Mariné explicó que el contenido energético de los helados es de tipo medio y que no es lo mismo añadir un helado a la dieta que integrarlo en la misma. Además, dijo que es un alimento que aporta «contenidos interesantes de nutrientes, como proteínas de alto valor biológico, calcio y vitamina B2».

El nutricionista agregó que la cantidad de azúcar es perfectamente asumible en una dieta correcta, que con una buena higiene bucal no es un alimento que genere más caries que otros, que no es una fuente «especialmente significativa de colesterol», y que al calentarse en la boca no ejerce un efecto irritante.

Finalmente, indicó que cuando el helado llega al estómago sólo tiene unos pocos grados por debajo de la temperatura corporal, y que puede ser consumido por diabéticos, «siempre y cuando se incluya en una dieta controlada por un médico».

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