Lactancia materna en verano, cinco consejos contra el calor

La leche materna permite al bebé hidratarse durante el verano, aunque la madre debe vigilar su alimentación de un modo especial
Por Marta Vázquez-Reina 7 de agosto de 2013
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Imagen: hugabub

Las altas temperaturas, el sudor y la pérdida de hidratación natural en verano pueden dificultar la lactancia materna. Sin embargo, la leche de la madre es el alimento más adecuado para que el niño crezca sano y fuerte. En este artículo se dan cinco consejos para tener muy en cuenta durante la época estival: ofrecer el pecho a demanda del bebé, atender sus señales, optar por una dieta sana para la madre e hidratarse, encontrar un lugar fresco para amamantar y conservar con cuidado la leche materna.

«La lactancia materna exclusiva durante seis meses es la forma de alimentación óptima para los lactantes», recuerda la Organización Mundial de la Salud. Entonces, ¿qué hacer cuando la época de amamantar al bebé coincide con las altas temperaturas del verano?

Algunos consejos y pautas ayudan a protegerse contra el calor, mientras se da al bebé la leche materna que precisa.

1. Lactancia materna a demanda, también en verano

El Comité de Lactancia Materna de la Asociación Española de Pediatría recuerda que en la época estival también hay que ofrecer al niño leche materna a demanda, es decir, cuando el bebé lo pida y todo el tiempo que desee.

Los horarios o tomas estrictas de una duración determinada no funcionan. Y menos aún en verano, cuando hay que cuidar de forma extrema que el pequeño se mantenga bien hidratado.

La leche materna proporciona al bebé el agua que necesita en verano

«El bebé no necesitará ningún otro líquido cuando la lactancia materna es a demanda», afirma Alba Padró, asesora del grupo de apoyo a la lactancia Alba. «Con las tomas de pecho a demanda recibirá la hidratación adecuada», asegura.

La leche materna es la comida y la bebida del pequeño, por lo que si las tomas no son a petición del bebé, le limitamos el acceso a su alimentación e hidratación. María José Aguilar, autora del libro ‘Lactancia Materna‘ (Elsevier, 2005), recuerda que la leche materna contiene un 85-87% de agua, suficiente para satisfacer su sed.

2. Lactancia materna en verano: atender las señales del bebé

El verano provoca que el niño transpire y sude más, y pierda su hidratación natural de forma más acusada que en otras épocas del año. «Por eso los bebés suelen mamar con mayor frecuencia, aunque menor cantidad de leche en cada toma», asegura Padró. La razón es que la primera parte de la toma la leche materna contiene más agua, de modo que calma antes su sed. De este modo, el bebé siempre se mantendrá bien hidratado, a pesar de las altas temperaturas.

Por ello, no conviene esperar a que el pequeño llore para ponerle al pecho, sino atender las señales que el bebé hace para indicar que quiere comer y beber. Algunas de estas alertas son los cabeceos, sacar la lengua, llevarse la mano a la boca o hacer sonidos de llamada.

3. Madres que amamantan en verano: hidratación

La madre lactante debe mantenerse hidratada en verano, y beber todo el agua que precise
La lactancia materna durante el verano puede resultar una tarea dura para una madre: el sudor y la falta de hidratación se acrecientan con la llegada de la estación estival. Por ello, debe seguir una dieta sana y variada. «La mujer lactante no debe descuidar la ingesta de líquidos, ya que de ello depende que mantenga un adecuado nivel de hidratación», advierte Aguilar.

En verano, cuando la necesidad de hidratación es mayor, la madre se debe guiar por su sed y tomar líquidos en función de su cuerpo. Lo recomendable es beber, al menos, dos o tres litros diarios, aunque forzar una ingesta de líquidos más allá de la sed no es conveniente, ya que podría afectar de forma negativa a la producción de leche.

La necesidad de beber agua mientras que el bebé se alimenta de la leche materna puede ser aún mayor en el verano. Por eso es conveniente dejar siempre a mano un gran vaso de agua e, incluso, una botella para rellenarlo.

4. Lactancia materna en verano: buscar un lugar fresco

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Imagen: Mothering Touch

El lugar donde se amamante hay que prepararlo o buscarlo con antelación. La temperatura debe ser agradable, tanto para el bebé como para la madre. Sin embargo, cuando la lactancia se ofrece en el interior de una vivienda o local cerrado, hay que evitar el aire acondicionado directo sobre el pequeño.

Además, se deben buscar posiciones frescas y cómodas para dar el pecho. ¿Otro consejo? Colocar entre la piel de la mujer y la del niño una gasa o tela de algodón (muselina) para evitar la sudoración excesiva.

5. Leche materna en verano: conservación

La conservación de la leche materna durante el verano es un aspecto relevante al que hay que prestar especial atención, si se extrae para ofrecérsela al bebé más adelante.

Las altas temperaturas reducen el tiempo medio que puede estar la leche materna sin refrigerar (ocho horas).

Lactancia materna en verano, datos

Tanto la Organización Mundial de la Salud como los profesionales de la pediatría recomiendan la lactancia materna exclusiva para los bebés, al menos, durante los seis primeros meses de vida.

Sin embargo, en España solo la mitad de las madres (52%) opta por la lactancia materna exclusiva una vez que sus hijos cumplen tres meses, según la última Encuesta Nacional de Salud, del Instituto Nacional de Estadística (INE).

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