Leche de fórmula para bebés: ¿cómo leer las etiquetas?

Como figura en su envase, la leche de fórmula está elaborada con leche de vaca adaptada a las necesidades y capacidades digestivas de los bebés
Por Cristian Vázquez 24 de abril de 2013
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Imagen: Nana B Agyei

La Organización Mundial de la Salud recomienda la lactancia materna exclusiva al menos durante los seis primeros meses de vida del bebé. Pero, en ciertos casos, esto no es posible o requiere un complemento. Con tal fin, se emplean leches de fórmula. Este artículo explica cómo leer las etiquetas de los envases de las leches de fórmula para bebés para elegir la adecuada y cuáles son los componentes de estas leches, además de las recomendaciones necesarias para su preparación.

Leches de fórmula para bebés: sustituir o complementar la lactancia materna

La Organización Mundial de la Salud recomienda que la lactancia materna sea el alimento exclusivo hasta los seis meses de vida y, a partir de entonces, combinado con otros alimentos, al menos hasta el año de vida, y hasta que la madre y el bebé quieran. Sin embargo, esta situación no siempre es posible, por razones de salud de la madre, entre otros motivos.

La leche de fórmula para bebés contiene proteínas, carbohidratos, grasas, vitaminas y minerales

Por eso, la leche de fórmula para niños pequeños no puede ser de cualquier tipo. El organismo de los recién nacidos no está preparado aún para procesar la leche de vaca normal, rica en proteínas y grasas saturadas. De modo que se debe emplear una leche de fórmula para bebés elaborada a partir de la leche de vaca. La Asociación Española de Pediatría explica que la leche de fórmula sustituye a la leche materna «para los lactantes sanos durante los seis primeros meses de vida», y puede ser utilizada junto a otros alimentos hasta el año o sustituida por preparados de continuación a partir de los seis meses.

Tipos de leches de fórmula para el bebé

Las leches de fórmula para bebés presentan una gran variedad. En principio, en su presentación o forma física: hay leches líquidas listas para usar, leches líquidas concentradas y -las más populares- leches en polvo.

Además, las leches de fórmula se dividen en dos grandes grupos. Por un lado están las de inicio, llamadas de tipo 1, que los recién nacidos pueden consumir desde el primer día. Por otra parte, están las leches de continuación, de tipo 2, aconsejadas a partir de los seis meses de edad. Desde este momento, la recomendación general es empezar a dar al bebé alimentos sólidos, además de la leche materna.

La leche de fórmula de continuación se diferencia de la de inicio por su mayor contenido proteico y de hierro

Las leches de fórmula de continuación son muy parecidas a las de inicio. La diferencia más importante es un contenido proteico máximo más elevado, así como mayores niveles de hierro. Además pueden contener sacarosa, fructosa y miel. Pero si se añaden los alimentos sólidos correspondientes a partir de los seis meses, se puede seguir dando al pequeño leche de tipo 1 con prácticamente los mismos resultados.

En general, todas las leches de fórmula tienen una serie de nutrientes en común y algunos ingredientes en los que se diferencian. El tipo de leche más conveniente siempre dependerá de cada bebé y de cada caso. Su médico será quien debe recomendar, en el suspuesto de que se empleen fórmulas para sustituir o complementar la leche materna, cuál es la aconsejable, en función de sus ingredientes y de las características del propio niño.

Componentes de la leche de fórmula

En todas las etiquetas de los envases que contienen leche de fórmula para bebés, deben estar reseñados los siguientes componentes, que son comunes a todos los tipos de este alimento:

  • Proteínas. En la leche materna, las proteínas son dos sustancias: suero (60%) y caseína (40%). En general, la de fórmula mantiene esta proporción, aunque algunas aumentan el porcentaje de suero de leche, que es más fácil de digerir.
  • Hidratos de carbono. La lactosa es el ingrediente que incorpora los carbohidratos en la leche materna. En la de fórmula, la lactosa debe ser el carbohidrato mayoritario, aunque la etiqueta indica que pueden incorporarse glucosa y dextrinomaltosa.
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    Imagen: m anima
  • Grasas. Es habitual que el listado de ingredientes en las etiquetas de la leche de fórmula apunte el total de grasas. Además, se detalla el porcentaje de las que son saturadas y también la cantidad de ácido linoleico y de ácido alfa-linolénico (en algunos envases aparece como a-linolénico o con la letra griega alfa en lugar de la a).
  • Vitaminas. A menudo, los envases de leche de fórmula para bebés incluyen un listado de nutrientes, aunque sin englobarlos bajo el rótulo de vitaminas. Por ello, puede parecer que solo son vitaminas las que así lo indican en su nombre (vitamina A, C, E, etc.). Sin embargo, también lo son otros nutrientes importantes y presentes en casi todas las fórmulas, como ácido fólico, tiamina (vitamina B1), riboflavina (vitamina B2), niacina (vitamina B3), biotina y ácido pantoténico.
  • Minerales. Al igual que las vitaminas, en ocasiones no se colocan bajo un título que los identifique como minerales. Los principales son el calcio, potasio, fósforo, sodio, yodo, magnesio, hierro, zinc, cobre, manganeso, selenio y cloro. El contenido en sales minerales es reducido, aunque no inferior al de la leche materna. La leche de fórmula para bebés incluye también aminoácidos con funciones nutricionales concretas, cuya cantidad en la leche humana es mayor que en la de vaca (taurina y carnitina).
Preparación de las leches de fórmula: también en la etiqueta

Además de etiquetas y listados de ingredientes y nutrientes, casi todos los recipientes de leches de fórmula aportan cuidados y recomendaciones que se deben tener en cuenta en su preparación. Algunos de los consejos más importantes son los siguientes:

  • Lavarse y secar bien las manos.

  • Esterilizar todos los utensilios (biberón, tetina, rosca, etc), al hervirlos durante cinco minutos.

  • Usar para el preparado agua hervida durante cinco minutos (algunas marcas recomiendan agua mineral natural), y luego dejar entibiar hasta que quede a unos 40 ºC.

  • Emplear cucharas que permitan una dosificación exacta, servir cucharadas rasas y no presionar ni compactar el polvo.

  • Agitar el biberón hasta que el polvo se diluya por completo y dar la leche al bebé de inmediato.

  • Terminada la toma, tirar la leche sobrante y limpiar bien los utensilios . De todos modos, tendrán que ser esterilizados de nuevo la próxima vez.

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