Pesadillas durante el embarazo, ¿son normales?

Los sueños recrean preocupaciones, temores e ideas que se han tenido a lo largo del día, y que durante la gestación se viven a flor de piel
Por Cristian Vázquez 8 de septiembre de 2014
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Imagen: Alagich Katya

Muchas mujeres expresan sufrir pesadillas o sueños inquietantes durante el embarazo. Si bien cada caso es diferente, los expertos explican que es normal, debido a que la sensibilidad psíquica aumenta en una etapa de auténtica crisis vital como es la gestación. A continuación se describe que los sueños son una forma beneficiosa de afrontar las ansiedades del embarazo, se detallan algunos intentos por hallar interpretaciones o significados a la actividad onírica y se aborda cómo se debe actuar ante estas situaciones.

Sueños y pesadillas durante el embarazo: afrontar la ansiedad

Muchas mujeres embarazadas aseguran que, durante la gestación, tienen pesadillas o que sueñan mucho más de lo que recuerdan haberlo hecho antes. Pero ¿realmente durante el embarazo hay una mayor actividad onírica? ¿O se trata de uno más de los tantos mitos que se cuentan relacionados con este periodo?

Las pesadillas durante el embarazo son frecuentes y pueden denotar ansiedad

La experiencia de cada persona es única e irrepetible. Pero sí está claro que la gestación es una etapa muy especial, con muchos cambios, sentimientos a flor de piel, expectativas y temores.

En un periodo de crisis vital como eta, «es frecuente experimentar un efecto de mayor sensibilidad psíquica, en el que los sentimientos, miedos y conflictos surgen con más facilidad«, afirma la psicóloga Ana Kovacs, quien forma parte del grupo de trabajo de psicología perinatal del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid y de la Asociación Española de Psicología Perinatal. «Los sueños de las embarazadas no son arbitrarios», explica Kovacs, sino que «suelen hablar de preocupaciones, ideas, recuerdos, pensamientos y vivencias que experimentamos a lo largo del día». Es decir, los sueños tienen un motivo y es algo lógico que, en el caso de las gestantes, expresen su ansiedad y sus conflictos en relación con el hijo que está en camino.

Pesadillas durante el embarazo, ¿son normales?

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Imagen: Alyssa L. Miller

Los sentimientos varían entre sensaciones de felicidad y de inseguridad al mismo tiempo, de apego por el bebé y miedo o rechazo a la pérdida de la autonomía, fantasías sobre el pequeño, ansiedad o miedo al parto.

Además, el embarazo se suele ver como una «etapa regresiva». Afloran recuerdos del pasado lejano, relacionados con la experiencia que la mujer haya tenido como hija, sobre todo conflictos, faltas de cuidado u otros aspectos que se quieran evitar repetir, ahora desde el rol de madres.

A menudo, también la falta de modelos o referencias positivas acarrea inseguridades. Pero «los sueños en la gestación son formas habituales y beneficiosas de afrontar estas ansiedades», puntualiza la experta.

¿Qué significan las pesadillas durante el embarazo?

Algunos investigadores han buscado supuestas interpretaciones o significados en estos sueños de las embarazadas. Basadas en numerosas entrevistas a gestantes, las estadounidenses Sindy Greenberg, Elyse Kroll y Hillary Grill, en su libro ‘Dreaming for two‘ (‘Soñando por dos’, Dutton, 2002), establecen cinco grandes tipos de sueños recurrentes en ese periodo: animales o seres extraños, la salud del bebé, agua, la pareja e, incluso, exparejas.

Más allá de estas hipótesis e intentos de «comprender los sueños de la embarazada», es importante no perder de vista que los sueños son construcciones del inconsciente.

Estoy embarazada y tengo pesadillas, ¿qué hago?

Compartir las pesadillas son la pareja o amigos ayuda a disminuir la posible angustia de la embarazada

¿Se debe actuar de alguna manera en particular ante la recurrencia de estos sueños? Kovacs destaca que es «fundamental contar con un entorno que cumpla las funciones de una red de apoyo: pareja, familia, amigos». Compartir los sueños con ellos puede ayudar a entender el origen o el motivo del malestar y, de esa manera, disminuir la posible angustia.

Pero si la intranquilidad permanece y el conflicto resulta muy intenso, conviene buscar ayuda profesional especializada. Atender las necesidades específicas en estos momentos previene futuras dificultades de salud física y psíquica en el niño y la madre.

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