El césped suntuario es el estéticamente más atractivo de cuantos existen. Es el sueño de cualquier aficionado a la jardinería, puesto que la sensación que ofrece es similar a la de un manto verde aterciopelado.
Uno de los aspectos fundamentales que determinan el tipo de césped son las semillas. Pues bien, un césped suntuario, de tipo ornamental, requiere una composición de semillas que sea en un 80% de Festuca rubra y el otro 20% de Agrestes, eliminando así las gramíneas de hoja ancha y dejando sólo las más compactas y de hoja fina.
Si quiere disfrutar de un césped suntuario debe sembrarlo en zonas donde no vaya a ser pisado, puesto que, como ya se ha comentado en otras ocasiones, este tipo de césped está indicado para ser admirado, pero nunca para caminar sobre él.
Además de no poder ser pisado, este césped tiene otra serie de inconvenientes, como que requiere unos cuidados continuos y muy especiales, sobre todo en cuanto el segado (nunca deben crecer más de 2 centímetros). Es costoso de implantar, puesto que las semillas que se utilizan son caras y se necesitan en grandes cantidades para lograr la tupidez deseada. Además, existen cuestiones particulares, como la lentitud de su crecimiento o la exquisita preparación que requiere el suelo.
En conclusión, cada uno debe valorar si lo gratificante de tener un césped excelente como el suntuario le es rentable, ya que sólo podrá admirarlo y requiere de un mantenimiento mucho más constante que el césped utilitario o deportivo, cuya presencia es mucho más común en los jardines de nuestras casas.
