Cómo pintar azulejos

Es recomendable utilizar esmaltes específicos para estas superficies ya que no precisan imprimación
Por EROSKI Consumer 10 de julio de 2007
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Imagen: María T. Combe

Pintar los azulejos del baño y de la cocina es una solución económica y sencilla para redecorar estos espacios del hogar. Alicatados poco vistosos, colores que “cansan” o que no se encuentran en armonía con el nuevo aspecto de la estancia después de una renovación ya no son un problema. Gracias a esta técnica, se cambia el aspecto de la vivienda sin necesidad de realizar obras.

Además de cierta dosis de creatividad, si se desea realizar una composición artística de varios colores o que incluya diferentes cenefas, hay que contar con esmalte sintético resistente al agua (específico para azulejos) y un rodillo pequeño de espuma. La ventaja principal de este tipo de pintura es que, a diferencia de otros esmaltes tradicionales, no es preciso aplicar una capa de imprimación, por lo que se ahorra tiempo y dinero. Otra opción es recurrir a los esmaltes tradicionales, cuyas posibilidades cromáticas son mayores, pero exigen una o varias capas de imprimación previas.

Antes de aplicar el producto conviene hacer una prueba de color en un azulejo que no esté a la vista

Asegurar el agarre

Se recomienda emplear esta técnica sobre azulejos lisos, sin motivos o detalles en relieve, para que el acabado sea regular. En todo caso, antes de empezar a colorear las piezas, hay que limpiarlas para asegurar que el esmalte se agarre con fuerza a la base. Basta pasar por la superficie un paño humedecido en agua caliente con jabón, para retirar cualquier resto de suciedad o grasa. Descuidar la limpieza de las juntas sería un error ya que el efecto final puede verse deslucido si están sucias o contienen restos de polvo y otras sustancias. Frotarlas con un cepillo de dientes o aplicar con pincel un fijador específico para juntas de baldosas será suficiente. El último paso consiste en secar la superficie con un paño limpio.

Para evitar sorpresas, se recomienda hacer una pequeña prueba de color en algún azulejo que no esté a la vista. Las ubicaciones adecuadas suelen ser detrás de las puertas, bajo el lavabo o en los espacios que quedan entre las baldas y los armarios. Una vez que se confirma que el color cumple con las expectativas, es el momento de aplicarlo.

Para asegurar un buen acabado, es apropiado remover el producto de manera que los componentes se mezclen y el color sea regular. Conviene prestar atención y leer la información que el fabricante de la pintura proporciona sobre los tiempos de secado, así como las recomendaciones sobre la aplicación de las capas.

Algunas ideas

La elección del color de los azulejos no debe fijarse sólo en los gustos. En primer lugar, debe estar en armonía con el resto de elementos de la decoración. Deben tenerse en cuenta las cortinas, los muebles, el color del techo y el material empleado en el suelo.

Si es la primera vez que se pintan los azulejos, conviene iniciarse en esta técnica con un diseño sencillo. Para decorar el baño, se puede pintar una línea de azulejos a modo de cenefa. Si se busca un acabado más llamativo, las plantillas de cartón recrean motivos y cenefas. En este caso, no se debe descuidar el encuadre y la alineación de los dibujos. Es aconsejable emplear cinta de carrocero para fijar la planilla antes de comenzar a pintar.

Las figuras geométricas permiten intercalar colores y azulejos con diferentes imágenes. La improvisación o la falta de planificación pueden arruinar el trabajo, por lo que siempre que sea posible, interesa dibujar sobre papel un boceto previo a escala. En él, se recoge la distribución de las piezas que se quieran colorear.

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