Consejos para taladrar sobre azulejos

Conviene marcar con un punzón el sitio donde se ha de taladrar el azulejo y luego cruzar sobre él dos trozos de cinta de carrocero, para que la broca no resbale
Por EROSKI Consumer 12 de febrero de 2003
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Imagen: Peter Huys

Realizar orificios sobre el alicatado de una pared es una tarea que, pese a no ser difícil, puede presentar inconvenientes si no se toman algunas precauciones mínimas. Este artículo reseña varios consejos para taladrar sobre azulejos y la importancia del uso de la cinta de carrocero y de brocas de widia en esta labor. Menciona también la alternativa de una herramienta especializada: el fijador de brocas.

Precauciones para taladrar sobre azulejos

Taladrar sobre azulejos es una tarea que, sin ser demasiado difícil, puede acarrear dolores de cabeza si no se toman las precauciones correspondientes. El principal escollo al que enfrentarse son las características de la superficie del alicatado: muy lisa, dura y frágil. Esto puede hacer que cueste realizar el orificio en el lugar preciso o, peor aún, quebrar el azulejo, en cuyo caso no habrá más remedio que reemplazarlo. A continuación, se dan una serie de consejos para evitar que esto suceda.

Si se realiza un orificio en una juntura, lo más probable es que al menos uno de los azulejos termine agrietado

El primer paso es definir dónde se ha de realizar el agujero.Hay que evitar las junturas. Cuanto más cerca del centro del azulejo, mejor, ya que la zona central es la que mayor resistencia ofrece. Si se realiza un orificio en la juntura de dos (o más) azulejos, lo más probable es que al menos uno de ellos se agriete.

Otra precaución que hay que tomar, no menos importante, tiene que ver con asegurarse de que en la pared que se ha de perforar no hay tuberías ni otras conexiones internas que puedan resultar dañadas por el taladro. Para comprobarlo, se pueden consultar los planos de la casa o, mejor aún, emplear un detector de cables y cañerías.

Una vez definido el sitio exacto, conviene señalarlo primero con un rotulador y luego hacer sobre él una pequeña marca con un punzón y un martillo. Conviene ser muy cuidadoso al efectuar esta señal (muy pequeña, que apenas levante el esmalte), ya que un exceso de fuerza también podría dañar todo el azulejo. Ese punto será la guía para que la punta de la broca no se mueva y el agujero quede en el lugar deseado.

Cinta de carrocero y brocas de widia

El siguiente paso es pegar dos trozos de cinta de carrocero cruzados sobre el azulejo, de tal modo que la intersección entre ambos pedazos de cinta quede justo sobre la marca del orificio. Este material proporcionará estabilidad a la broca y evitará posibles desvíos una vez que se ha comenzado con la tarea de taladrar.

Para taladrar azulejos se deben emplear brocas de un material que por su dureza es llamado widia, «como el diamante»

Antes de coger el taladro, es aconsejable coger un papel, plegarlo hasta formar un sobre o «bolsillo» y pegarlo (se puede usar la misma cinta de carrocero) justo debajo de donde ha de realizarse el agujero. De esta manera, la mayor parte del polvo desprendido de la pared irá a parar allí y facilitará el trabajo de limpieza posterior.

Y en el momento de coger el taladro, hay que tomar dos precauciones. La primera es emplear una broca de un material muy duro llamado widia (nombre coloquial con el que se conoce al carburo de wolframio o de tungsteno, y que deriva de la expresión alemana wie Diamant, es decir, «como el diamante»). Y la segunda, utilizar el taladro en modo normal y no en percusión, ya que el uso en este último podría provocar la rotura del azulejo.

Como recomendación, no deberían realizarse agujeros en el alicatado con una broca de un diámetro superior a 6 milímetros. En el caso de que se necesite un orificio más grande, existe la alternativa de taladrar primero con la broca de 6 milímetros y luego agrandar el diámetro con una broca mayor.

Uso del fijador de brocas para taladrar

Existe una herramienta diseñada específicamente para taladrar sobre azulejos: el fijador de brocas. Su uso no está muy difundido, pero resulta muy útil. Es una pieza plástica cuya forma recuerda al tambor de un revólver, con agujeros circulares de distintos diámetros, para que se adapten a una gran variedad de tamaños de brocas. En uno de sus extremos, el fijador posee una goma que, al presionarla contra el azulejo, produce un efecto ventosa y lo adhiere a la pared.

Aunque se utilice el fijador de brocas, sigue siendo necesario marcar con un punzón el sitio exacto donde se ha de taladrar. Pero luego ya no hace falta usar la cinta de carrocero, ya que el fijador suple sus funciones.

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