La camelia, una flor venida de Oriente

Para un óptimo crecimiento, la tierra debe permanecer húmeda y el agua de riego ha de ser dulce, no calcárea
Por EROSKI Consumer 16 de abril de 2002
Img camelia blanca
Imagen: Eric Perrone

La camelia es una planta arbustiva de la familia de las teáceas. Llegó a Europa procedente de Asia Oriental, por lo que también se conoce como rosa del Japón. Entre sus múltiples variedades destacan la camelia japónica, la más habitual en los jardines, y la camelia sinensis, especie cuyas hojas y brotes se utilizan para elaborar té.

Características y cuidados

Las camelias son plantas arbustivas muy frondosas que pueden alcanzar una altura de 50 a 80 centímetros. Sus hojas de color verde oscuro brillante, son coriáceas y terminan en punta. Las flores son grandes y pueden estar aisladas o agrupadas, ser simples o dobles. Pueden ser blancas, rojas, rosas, amarillas o bicolores, y carecen de fragancia. La floración se extiende entre enero y abril.

Para una óptima floración, deben crecer en lugar claro, protegidas de la acción directa del sol. Soportan bien las temperaturas frescas entre 8ºC y 18ºC grados. Si están en maceta, deben ubicarse en el exterior en primavera y verano, y en una habitación fresca, en los días más fríos del invierno.

Soportan bien las temperaturas frescas, siempre que no haya variaciones bruscas

El suelo ha de ser ácido y poroso. También es recomendable que tenga un buen aporte de materia orgánica, como turba o compost.

En cuanto a las necesidades de riego, la tierra debe permanecer húmeda, en porcentajes superiores al 60%. No hay que encharcarla ni dejar que se seque por completo. Se debe vaporizar de forma periódica el follaje con agua dulce, no calcárea y respetar el periodo de reposo desde que termina la floración, por lo que durante esa época se deben reducir los riegos.

Hay que abonarlas una vez por semana, de junio a septiembre. La fertilización se debe interrumpir cuando terminan de formarse los botones florales.

Si se quieren trasplantar, se debe hacer tras la floración, en un sustrato ligero y permeable.

En caso de poda, es aconsejable suprimir los brotes jóvenes en invierno y equilibrar el conjunto cada tres o cuatro años.

Enfermedades y plagas

La camelia es una planta propensa al ataque de diversas plagas. Sus principales enemigos son las cochinillas, ácaros, gusanos, pulgones y arañuelas.

Las cochinillas y las arañuelas se desarrollan en plantas que hibernan en lugares demasiado cálidos y secos. Las primeras se eliminan una a una, aunque si la invasión es agresiva, se debe rociar la planta con preparados oleosos. Para deshacerse de las arañuelas, hay que rociar la planta con agua tibia.

Los pulgones se asientan en los tallos tiernos y en el envés de las hojas para chupar su jugo. Para eliminarlos, en general basta con aplicar un fuerte chorro de agua sobre los insectos. Respecto a las enfermedades, su origen está en la acción dañina de diversos tipos de hongos.

Las cochinillas y las arañuelas se forman en plantas que hibernan en lugares demasiado cálidos y secos

Las secreciones dulces y viscosas de cochinillas y pulgones son un excelente caldo de cultivo para el hongo negrilla, por lo que como medida preventiva es indispensable combatir a estos insectos. Si en las hojas y tallos ya se ha formado una costra negra, ésta se puede eliminar con un trapo o un chorro de agua.

Otro hongo típico de las camelias es la phyllosticta camelliae. El moteado que ocasiona en las hojas no se puede eliminar, pero sí prevenir con tratamientos fungicidas. Para evitar que se propague a zonas sanas de la planta, es necesario retirar las hojas afectadas.

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