Las maderas duras son muy cotizadas por su gran resistencia y belleza, pero también por lo costoso de su producción, ya que se obtienen de árboles que necesitan décadas o siglos de maduración. Sus usos no son solo hogareños, como en muebles y revestimientos, sino que también se emplean para instrumentos musicales y embarcaciones. Este artículo describe las características y usos de las maderas duras, enumera algunos de los árboles más comunes de los que se obtienen y explica la estructura y el aprovechamiento de este material.
Características y usos de las maderas duras
Las maderas duras son, como su nombre indica, las más densas y resistentes. Provienen de árboles de crecimiento lento y, debido al tiempo que demanda su producción y a su mayor escasez, son más caras que las blandas. De todos modos, las ventajas que representan a menudo compensan la inversión.
Las maderas duras se pueden usar en cocinas y cuartos de baño, ya que se adaptan a niveles elevados de temperatura y humedad
Entre las cualidades de las maderas duras, una de las principales es que se adaptan a condiciones adversas, como pueden ser los altos niveles de temperatura y humedad. Por eso, estas maderas son óptimas para muebles que deben permanecer a la intemperie, como los de jardín, o en estancias como el cuarto de baño y la cocina. En estas habitaciones también se pueden usar para los suelos o como revestimiento para techos y paredes.
Las maderas duras han tenido y tienen también otros usos, como la ebanistería (una disciplina que construye muebles mucho más elaborados), vigas y columnas en casas y edificaciones, embarcaciones e instrumentos musicales.
Árboles de los que se obtienen maderas duras
Los árboles de los que proceden las maderas duras son en general de hoja caduca y tardan décadas e incluso siglos para que su madera alcance la madurez necesaria. A continuación, se enumera un listado con algunos de los árboles más comunes de los que se obtiene la madera dura.
Ébano. Es una madera negra que fue considerada preciosa en la antigüedad y de la que deriva el nombre «ebanistería». Es producida por varios árboles del género Diospyros, originarios de África, aunque a menudo se llama también ébano a maderas parecidas pero de orígenes diferentes. Además de su gran densidad (que la convierte en una de las pocas maderas que se hunden en el agua), se caracteriza por su textura suave y su capacidad de pulido, que la hacen muy valiosa para esculturas y adornos.
Roble. Su madera es una de las que mejor resisten condiciones de humedad no solo muy altas sino también muy bajas. Es de color rojizo o pardo claro y también se pule muy bien. Originario del hemisferio norte, este género de árboles ofrece bloques de madera de hasta 40 metros de alto y tres de diámetro. Su desarrollo tarda unos 200 años, y se han conocido casos de ejemplares de hasta 1.600 años de edad.
Nogal. Es una de las especies más apreciadas en ebanistería, debido a su belleza, su capacidad de pulido y a que es muy fácil de trabajar. Su color es rojo oscuro o negro. La especie de nogal más extendida es la Juglans regia, de la que se aprovechan sus hojas aromáticas y su fruto comestible, la nuez, además de que en muchas ocasiones se planta de manera ornamental.
La alta demanda de teca, llamada «la reina de las maderas», ha puesto en riesgo su equilibrio ecológico
Haya. Al igual que ocurre con otros nombres de árboles, el de haya es empleado para denominar a varias especies diferentes, desde la Fagus sylvatica (la más común en Europa) hasta los del género Nothofagaceae, que habitan la Patagonia y Oceanía, o la faya, un ejemplar canario. El color de la madera de haya va del blanco anaranjado al rosado claro. Este árbol es valorado por sus tonos, su buen acabado y su facilidad para barnizar y entintar. Además, sus precios son más bajos que los de otras maderas duras.
Teca. Es llamada «la reina de las maderas», dado que se embellece con el paso de los años y no se deteriora al entrar en contacto con metales. Es originaria del sudeste asiático (Tailandia, Laos, Birmania e India) y en la actualidad se cultiva también en vastas regiones de África y América Latina. El problema es que la demanda de esta madera ha crecido tanto que los bosques y plantaciones no son suficientes para satisfacerla, lo que pone en riesgo el equilibrio ecológico y aumenta sus precios de modo considerable.
Lapacho. Su madera es muy apreciada para muebles de exteriores, debido a que presenta una gran resistencia a las inclemencias del tiempo, los golpes, las plagas y, algunas especies, al fuego. En cambio, es poco dúctil para trabajos delicados. Su color es amarillo verdoso, y su origen está en la zona intertropical de América, desde México hasta Paraguay y el norte de Argentina.
La madera se obtiene de los árboles, pero los troncos tienen diferentes partes y características. La corteza es la capa externa y visible. Luego vienen una capa llamada cámbium, la albura (que es la madera más joven y blancuzca, a través de la que viaja la savia que alimenta al árbol) y el duramen, del que se obtiene la madera que se procesa para la construcción de muebles y otros objetos. El centro del duramen es atravesado por la médula vegetal.
Para su aprovechamiento, la madera es sometida a un proceso que incluye la tala, traslado, aserrado y secado. En el caso específico de las maderas duras, las piezas se venden por lo general sin cepillar, debido a lo que, en el momento de comprar, hay que tener en cuenta la porción de madera que se perderá tras esta tarea.