Bruselas reducirá el impuesto de matriculación y aumentará el de circulación para los vehículos más contaminantes

El objetivo es igualar los precios en toda la UE y favorecer la compra de coches que emitan menos CO2
Por EROSKI Consumer 23 de agosto de 2002

Cuando termine el verano habrá dos temas importantes en el mundo del automóvil que afectarán a todos los usuarios europeos. Volverán a ponerse en marcha: la posible supresión del impuesto de circulación y la aproximación de los precios de combustibles. Estos dos aspectos harán que España esté más igualada al resto de miembros de la Unión Europea (UE).

En el primer aspecto, se trata de una propuesta para suprimir en la Unión Europea el impuesto de matriculación mediante una reducción paulatina. El objetivo es lograr, al igual que el nuevo reglamento de distribución de vehículos, que los precios de los automóviles sean iguales en todos los países de la UE.

Actualmente, los fabricantes fijan el precio de sus modelos para cada país en función de los impuestos con los que serán cargados, por lo que el precio antes de los mismos es muy diferente en uno o en otro. Precisamente España, en ciertos casos y épocas, se ha convertido en un verdadero paraíso para compradores nacionales y extranjeros, pero esto se acabará en caso de suprimirse este impuesto.

Contaminación

La noticia de una reducción e incluso desaparición del impuesto de matriculación parece positiva pero en realidad poco la notaremos en nuestra cartera. Los problemas medioambientales son cada vez más acuciantes y si bien la industria del automóvil hace un enorme esfuerzo económico y de investigación en este campo, las administraciones no dejan resquicio a su presión.

Así, si bien el usuario puede ver reducido el impuesto de matriculación, deberá enfrentarse a un impuesto de circulación que gravará sobre todo a aquellos vehículos nuevos que tengan mayores emisiones de dióxido de carbono (CO2). Esto sin duda tendrá una consecuencia beneficiosa, pues se tenderá a comprar los automóviles que menos contaminen y los modelos que lancen al aire mayores emisiones verán su vida comercial cada vez más difícil.

Por otra parte, las paulatinas subidas de los combustibles en España nos están aproximando a los precios europeos. Así, en el mes de julio, según un informe de la Comisión Nacional de Energía (CNE), la gasolina sin plomo de 95 octanos y el gasoil han visto incrementado su precio en España en 0,34 céntimos de euro (6 pesetas) frente a la reducción de 0,78 céntimos (13 pesetas) en el resto de la Unión Europea.

Subida camuflada

En España, la subida de precios nos está situando en la cabeza casi sin darnos cuenta. Se trata de un aspecto psicológico ya que cuando se hablaba de subir la gasolina en pesetas todo el mundo reaccionaba, pero ahora con el euro son céntimos: valen lo mismo en definitiva, pero no parecen igual.

Según el Informe de la CNE, en el primer semestre del año 2001 la diferencia de precios entre España y el resto de países de la Unión Europea era de 1,78 céntimos de euro y en el mismo periodo de 2002 es únicamente de 0,36 céntimos de euro.

La propuesta de directiva de la Comisión Europea aprobada el 24 de julio para equiparar la fiscalidad mínima del gasoil a la gasolina supondrá para España un incremento del 22% de los impuestos. La propuesta busca que la totalidad de países de la UE tengan una tasa igual para el gasoil profesional de 350 euros por cada mil litros y termine con diferencias actuales tales como que en Gran Bretaña la tasa sea de 742 euros cada mil litros frente a Grecia que es de 245 euros.

Ante esta situación, la Federación Nacional de Asociaciones de Transporte de España ha pedido al Gobierno que reclame el que la tasa impositiva propuesta por la Comisión Europea para gravar el gasoil profesional sea menor en España dado nuestro menor poder adquisitivo y carácter periférico.

Además, todas las actuaciones van también encaminadas a igualar precios de gasolina y gasoil con el tiempo, al poner los mismos impuestos, ya que en realidad el precio de partida antes de éstos es prácticamente igual mientras que la diferencia de precio en el surtidor es sólo un tema fiscal.

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