Crisis de deuda: principales consecuencias en la economía española

La crisis puede obligar a particulares y autónomos a contratar créditos más caros en los próximos meses
Por José Ignacio Recio 15 de julio de 2011
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Imagen: Lyfetime

La principal preocupación entre particulares, autónomos, emprendedores y pequeños y medianos empresarios es que la crisis de la deuda en los países periféricos les obligue en los próximos meses a contratar créditos más caros. Sería una de las principales consecuencias de los problemas de financiación de España, cuyos bonos a 10 años han disparado su rentabilidad en un histórico 6%, lo que ha propiciado que la prima de riesgo se haya elevado hasta los 315 puntos básicos. Esta situación planteará serios problemas de financiación si se mantiene en estos parámetros durante las próximas semanas.

Prima de riesgo, por las nubes

Pánico vendedor, hundimiento de la Bolsa, crisis en el sistema económico, dudas sobre la viabilidad del euro… Todos estos ingredientes han formado un cocktail de imprevisibles consecuencias para las economías periféricas (Italia, España…), pero que en esta ocasión está aliñado con un componente aún más peligroso para los intereses de España: por primera vez desde que el euro está integrado como medio de pago, la prima de riesgo de nuestro país se ha disparado hasta los 315 puntos básicos tras haber alcanzado en la mañana del 12 de julio los 380 puntos.

¿Qué significa el término de prima de riesgo que está en todos los medios de comunicación? Es el sobreprecio que exigen los inversores por comprar la deuda de un país frente a la alemana. ¿Por qué la germana? Se utiliza su precio como referencia al considerarse la economía más segura y menos expuesta a sufrir desfases coyunturales o endémicos; es la más solvente. Cuanto mayor sea la prima de riesgo, los rendimientos deben ser mayores para que la gente quiera invertir en ese producto.

A partir de 300 puntos, empieza a haber serios problemas de financiación

Los países que han sido objeto de un rescate económico por parte de la Unión Europea (Grecia, Portugal e Irlanda) tienen una prima de riesgo superior a 1.000 puntos básicos.

Pero el problema de España no es menor, ya que a medida que aumenta, a partir de 300 puntos, empieza a haber serios inconvenientes de financiación. Desde los 400 puntos básicos, se corre el riesgo de ser intervenido. Este hecho ha ocurrido porque España tiene que pagar un rendimiento del 6% en los mercados secundarios por sus bonos a 10 años, su máximo histórico, lo que ha elevado el diferencial con el bono germano. De ahí que desde una agencia de calificación como Moody’s los consideren «bonos basura».

Para que los mercados se calmen, los expertos estiman que España debería volver a la barrera de los 200 puntos básicos -donde se ha movido en los últimos meses-, ya que significaría que los problemas de financiación se han relajado.

En caso de aumentar los problemas de financiación, afectarán de modo directo al consumo y al empleo

¿Cómo afecta a los consumidores nacionales? Si España tiene problemas de financiación, también los tienen bancos y cajas, ya que deben pagar más para financiarse en el mercado interbancario. Ello incide en los préstamos que ofrecen a sus clientes, quienes incrementarán sus intereses y, por tanto, serán más caros para los usuarios bancarios (particulares, emprendedores, autónomos y pequeños empresarios). Estos necesitarán hacer un mayor desembolso económico para acceder a las vías de financiación tradicionales. Además, en caso de aumentar los problemas de financiación, se verán «tocados» el consumo y el empleo.

Repercusiones en la Bolsa

Los primeros damnificados de la subida espectacular de la deuda de los países periféricos (España e Italia, sobre todo) son los pequeños y medianos inversores que, desde que comenzó el mes, han perdido algo más del 10% de su patrimonio bursátil.

Para calibrar la magnitud de la caída de estos días, basta con fijarse en que el Ibex-35 ha pasado en pocas sesiones bursátiles de la barrera de los 10.500 puntos hasta los 9.600 en que cotizaba el martes, tras agudizarse las dudas sobre Italia y dispararse la deuda de los países periféricos.

Ante esas cifras, el pánico vendedor se apoderó de los mercados bursátiles en unas jornadas en las que todos los valores del selectivo español cayeron con especial virulencia, aunque los bancos lideraron los decrecimientos más acentuados del «lunes negro» que asoló la renta variable española y otras periféricas, como la italiana o la portuguesa.

Pequeños y medianos inversores han perdido en lo que va de mes algo más del 10% de su patrimonio bursátil

Los bancos caían a plomo: CaixaBank (5,29%), Popular (4,28%), BBVA (4,06%), Sabadell (3,97%), Santander (3,16%) o Bankinter (3,08%), pero también de otros sectores, inclusos tildados de defensivos, como Endesa (4,16%), Ebro Foods (3,87%), Gamesa (3,58%), Iberdrola (3,27%) o Telefónica (2,20%). Caídas generalizadas, sin una sola empresa en positivo, fue el panorama de la citada jornada.

Otras plazas internacionales resistieron mejor los envites del nuevo frente abierto en Europa, con descensos más moderados: Frankfort (-2,33%), Nueva York (-1,20%), Londres (1,03%) y Tokio (0,67%). Con respecto al asunto griego, el mercado se ha dado cuenta de que los programas de asistencia no resuelven el problema, sino que lo posponen.

Efectos sobre la salida a Bolsa de Bankia y Banca Cívica

Ante el terremoto registrado por la situación de la deuda en los países periféricos de la Unión Europea y su traslado a las Bolsas, son muchos los posibles suscriptores de las Ofertas Públicas de Suscripción (OPS) de Bankia y Banca Cívica que se preguntan qué pasará con estas operaciones que en principio iban a aterrizar en el parquet bursátil para el próximo 20 de julio. ¿Se aplazarán de manera definitiva?, ¿experimentarán solo algún retraso?…

La primera en mover ficha ha sido Banca Cívica, que ha decidido retrasar un día su salida a Bolsa, que se registrará el próximo jueves 21 de julio, en vez del miércoles 20 de julio, tal y como estaba previsto, según ha informado la entidad a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).

El temor es que en las condiciones actuales del mercado la demanda, sobre todo la institucional, sea escasa, “a no ser que se rebajen aún más las acciones”, como apuntan algunos analistas. En virtud del nuevo calendario, la entidad mantiene el plazo para formular solicitudes vinculantes de suscripción de acciones hasta hoy, 15 de julio. Ya en la próxima semana, el día 20 concluirá el periodo para confirmar las propuestas de suscripción de acciones por los inversores cualificados y se adjudicarán las acciones a los inversores. Se empezará a cotizar el 21 de julio.

Según el folleto de su oferta pública de suscripción (OPS), Banca Cívica prevé colocar acciones en el mercado a un precio de entre 2,7 y 3,8 euros por título.

Por lo que respecta a Bankia, mantiene sus plazos y no prevé un cambio en las fechas (salida a Bolsa el 20 de julio), aunque se han entablado conversaciones con la ministra de Economía, Elena Salgado, y el Banco de España.

Ante ello, son muchos los inversores de esta oferta pública de suscripción que se preguntan si también la nueva entidad decidirá aplazar su salida, ante el difícil contexto actual. La banda de precios de la nueva entidad que integran Caja Madrid, Caja Segovia, Caja Ávila y Bancaja, entre otras, está situada entre 4,41 y 5,05 euros, aunque a última hora ha fijado de modo provisional en la parte más alta (5,05 euros) el precio máximo del tramo minorista de su próxima salida a Bolsa.

Entre sus principales atractivos destaca el hecho de que la cuenta de valores donde se depositarán los títulos no tiene gastos de mantenimiento.

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