El nuevo incremento el pasado 1 de octubre de la factura de la luz, en plena crisis, supone un nuevo golpe sobre la economía de los españoles. Para soportar esta etapa, marcada por las elevadas tasas de paro y las subidas de impuestos, son indispensables unas pautas de uso de los aparatos eléctricos en los hogares, con las que lograr un ahorro en el consumo de esta energía. Como se explica en el siguiente artículo, el mantenimiento periódico de los equipos, su eficiencia energética y su utilización en determinados horarios ayudarán a disminuir el importe del recibo de la electricidad.
Discriminación horaria
Apagar o desconectar los aparatos que no se están utilizando; disponer de electrodomésticos de bajo consumo; intentar disminuir el gasto innecesario con unos hábitos de uso responsables; y buscar la modalidad de suministro eléctrico más adecuada a las necesidades de cada hogar son las principales reglas que hay que tener en cuenta para preservar el medio ambiente y conseguir un ahorro significativo en el importe doméstico de la factura de la luz.
El frigorífico es el electrodoméstico que más energía consume del hogar, con un 30,6%
La tarifa con discriminación horaria puede suponer para las familias un desahogo considerable en el precio de su recibo eléctrico, al establecer costes diferentes en función del momento del día en que se realiza el consumo. Así, hay un tramo en el que la luz es más barata (periodo valle) y otro en el que se factura a un importe superior (periodo punta).
El periodo valle o de consumo moderado comprende el tramo horario que va desde las 22:00 horas hasta las doce de la mañana en invierno y desde las 23:00 horas hasta las 13:00 horas en verano.
El periodo punta o de máximo gasto abarca el intervalo horario en que el consumo eléctrico es más habitual en hogares y empresas. Comprende desde las doce de la mañana hasta las 22:00 horas en invierno y desde las 13:00 horas a las 23:00 horas en verano.
Para poder contratar esta tarifa, el usuario tiene que solicitar a su compañía distribuidora la instalación de un contador que permita distinguir a qué horas hace su consumo.
Cómo usar los electrodomésticos y a qué horas
Desenchufar:
Los aparatos con algún indicador luminoso encendido o en modo «stand by» (en reposo) consumen electricidad, por lo que, si no se están utilizando, lo idóneo es desenchufarlos de la red. Evitar este estado ayuda a ahorrar hasta un 6% de la factura doméstica.
Consumo energético:
Al adquirir los electrodomésticos, hay que escoger los de menor gasto energético. Aunque su precio es superior, la inversión se rentabiliza enseguida al compensarse con el ahorro de luz a lo largo de la vida útil del aparato.
Frigorífico:
La nevera es el electrodoméstico que más energía consume del hogar, con un 30,6%. Por ello, hay que cerciorarse de que la puerta quede bien cerrada, para evitar que el motor trabaje demasiado. Además, no conviene abrir el frigorífico muchas veces y tiene que estar libre de polvo y suciedad. Lo más apropiado es que esté situado en zonas ventiladas y lejos de fuentes de calor, como la luz solar, el horno o la calefacción.
Televisores y ordenadores:
En cuanto a las pantallas y los monitores de equipos informáticos, hay que procurar elegir los de cristal líquido o LCD, ya que gastan menos que los de tubo de rayos catódicos. El televisor consume un 12,2% de la energía doméstica y los ordenadores un 7,4%. Por ello, mientras no se están utilizando, es conveniente tenerlos apagados.
Lavadora y lavavajillas:
Estos electrodomésticos suponen un 11,8% y un 6,1% de la factura eléctrica, respectivamente. Además, si no son de carga regulable, deben usarse cuando estén llenos y a temperaturas moderadas o bajas, ya que la mayor parte de la energía se utiliza para calentar el agua. Encenderlos en horario nocturno y con programas de media carga permiten un gran ahorro de agua y energía.
Horno:
Se recomienda no abrir el horno de forma innecesaria mientras está encendido, ya que, cada vez que se abre la puerta, se pierde un mínimo del 20% de la energía acumulada en su interior. Además, el horno consume un 8,3% del total de la factura energética del hogar, por lo que hay que intentar cocinar de una vez el mayor número de alimentos.
Calefacción y aire acondicionado:
Se debe utilizar la calefacción y el aire acondicionado a temperaturas moderadas y solo cuando sea necesario.
El aire acondicionado es un electrodoméstico que consume mucha energía (un 2,3%), por lo que conviene encenderlo a temperaturas superiores a los 24 ºC y cerrar bien puertas y ventanas para que sea más eficaz el proceso de refrigeración de la vivienda. Asimismo, es recomendable colocar el aparato de tal forma que le dé el sol lo menos posible y donde haya buena circulación de aire.
Por su parte, la calefacción eléctrica supone un 7,4% del consumo. Los acumuladores almacenan el calor necesario para el día siguiente, durante la noche y parte de la mañana, cuando el precio de la electricidad es más barato.
Secadora:
Si el clima es bueno, hay que aprovechar la luz del sol para secar la ropa y no encender la secadora, que es uno de los electrodomésticos que más luz gastan. Asimismo, es conveniente centrifugar la ropa al máximo en la lavadora para ahorrar energía durante el secado, y ponerla por la noche. La secadora supone un 3,3% del consumo eléctrico doméstico.
Cocina:
Aprovechar el calor residual de la cocina eléctrica o vitrocerámica, al apagarla cinco minutos antes de finalizar un guiso, ayuda a ahorrar energía. Asimismo, para que el gasto de luz sea menor, se puede cocinar a primera hora de la mañana o a última de noche.
Plancha:
Entre los pequeños electrodomésticos, los que producen calor suelen tener altas potencias y dan lugar a consumos significativos. La plancha es uno de los que más energía necesita. Por ello, a la hora de planchar, hay que juntar la mayor cantidad de prendas que se pueda, para hacerlo de una vez.
Secador:
En la medida de lo posible, conviene secarse el pelo al aire. Además de que pueden estropear el cabello, los secadores consumen una gran cantidad de electricidad. Tener en cuenta este dato ayuda a racionalizar su uso.