¿Compartir trabajo y sueldo?

Llega a las empresas el trabajo compartido y flexible, en el que dos empleados se reparten las tareas y responsabilidades, el horario y el salario
Por Blanca Álvarez Barco 28 de mayo de 2019

En Europa, sobre todo en departamentos gubernamentales y en universidades de Alemania, Reino Unido y Suiza, cada vez se estila más el job sharing (trabajo compartido). ¿Puede ser una realidad en España? Aún no está implantado, pero en nuestro país las empresas y empleados buscan cada vez mayor flexibilidad laboral, precisamente la principal ventaja de esta modalidad de trabajo. ¿Su mayor inconveniente? La disminución de tareas conlleva la reducción de salario, a lo que muchos trabajadores españoles no estarían dispuestos. Conoce con este artículo en qué consiste el job sharing, sus ventajas y desventajas y si sería factible en nuestro entorno.

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Qué es el job sharing o trabajo compartido

Los empleados, al valorar qué necesitarían para conseguir una salud mental óptima en su entorno de trabajo, demandan mayor flexibilidad horaria (34 %), más tiempo libre para sus intereses personales (24 %), una semana laboral más corta (21 %), mayor seguridad laboral (20 %) y la posibilidad de poder trabajar desde casa (18 %). Son datos del último estudio de la aseguradora Cigna, ‘360 Wellbeing Survey 2019: Well and Beyond’. Estas peticiones podrían convertirse en realidad de aplicarse el job sharing, un modelo de trabajo donde los empleados comparten las tareas, el horario… ¡y el sueldo!

Img job sharing grandeImagen: Free-Photos

Los trabajadores están dispuestos a tener más tiempo libre, pero ¿lo querrán a costa de compartir empleo y salario? «Por supuesto, muchos trabajadores no estarán dispuestos a entrar en una dinámica así, como no lo estarán de momento muchas empresas», señala Carlos Martínez, presidente de IMF Business School.

El ‘job sharing’ está dirigido a los empleados que, por cualquier motivo, no pueden trabajar en un horario de jornada completa

El job sharing está dirigido a empleados que, por razones de conciliación familiar o cualquier otro motivo, no pueden trabajar en un horario de jornada completa. Una persona que opta a un puesto de estas características debe saber a la perfección la descripción de la vacante, los objetivos del proyecto y cómo se llevará a cabo el seguimiento.

Por su parte, las empresas tienen que entender que cada vez hay más profesionales que desean trabajar, pero no pueden mantener esos horarios. Ese es el camino por donde se podría poner en práctica «y donde puede llegar a triunfar en España», añade Martínez.

Una modalidad laboral apta para todos los sectores

¿Cómo se aplica este sistema de trabajo? Hay dos modalidades generales:

  • Responsabilidad compartida: los dos trabajadores comparten todas las responsabilidades.
  • Responsabilidad dividida: se aplica cuando hay proyectos o casos que se pueden dividir. En este caso, cada empleado se encarga de su proyecto.

Este sistema laboral, si se aplica con profesionalidad y competencia, puede tener un buen impacto en todos los sectores. Un buen ejemplo de ello -apunta Martínez- lo dan los políticos Sian Berry y Jonathan Bartley, que comparten el liderazgo del Green Party (Partido Verde de Inglaterra y Gales).

Es importante, además, que los trabajadores que compartan tareas sean compatibles y con una perfecta comunicación. El secreto para que el job sharing resulte eficaz en una empresa está «en encontrar los perfiles adecuados y una correcta gestión de este equipo». El director de IMF Business School puntualiza, además, que la pregunta que debe hacerse una compañía «no es si mi sector o empresa se puede beneficiar del job sharing, sino cómo puedo aprovecharlo de mejor forma para mi sector o empresa».

Img trabajo varios grandeImagen: rawpixel

Muchas ventajas y un gran inconveniente

La principal ventaja del job sharing está en una mayor flexibilidad laboral al tener que escoger los horarios de trabajo, lo que permite a ambos empleados conciliar sus vidas profesionales y familiares con más facilidad. Por ejemplo, pueden decidir si trabajan turnándose las semanas.

Pero no solo resulta favorable para escoger los mejores horarios, ya que también posibilita obtener mejores resultados en menos tiempo, si la sintonía entre ambos empleados es buena. Además, las sinergias que se generan entre dos personas diferentes es también otro buen factor para tener en cuenta.

Este sistema permite obtener mejores resultados en menos tiempo, si la sintonía entre ambos empleados es buena

¿Y sus inconvenientes? El reparto del sueldo es el principal. En este tema «obviamente no todos los empleados están de acuerdo, por lo que esta modalidad no se recomienda a quienes no están dispuestos a dejar de ganar dinero a cambio de más horas de descanso», comenta Carlos Martínez.

Otro inconveniente consiste en que es necesario que haya comunicación y química entre la empresa y los trabajadores, y entre los dos profesionales. Y esto no siempre es fácil. Hay aspectos de la organización que hay que tener en cuenta, como la comunicación con el resto de la empresa, la definición de tareas para cada empleado y el supuesto en el que uno de ellos tenga que coger la baja, por ejemplo. Y si la comunicación y la relación entre ambos trabajadores no es perfecta, es muy difícil que su trabajo llegue a buen puerto.

La situación de España

En nuestro país, en este momento no está implantado este método de trabajo, informa Carlos Martínez, presidente de IMF Business School. Pero sí que hay una clara tendencia a flexibilizar horarios, “lo que supone un principio de cambio cultural”. Es lo que marcan las tendencias europeas, cuyo camino España acabará recorriendo, asegura el economista, quien también reconoce la gran responsabilidad en esta transformación desde las escuelas de negocio, “ya que en ellas formamos a directivos y profesionales”.

Si hubiera que señalar uno de los factores que condicionan esa evolución, “sin duda, se trataría del nivel salarial”, apunta el experto. El salario mínimo interprofesional (SMI) español apenas supera los 900 euros mensuales, “mientras que en Francia llega a los 1.520 euros”. Sin embargo, la calidad de vida de nuestros vecinos franceses no es mucho mayor que la nuestra, lo que a priori les beneficia al tener que implantar esta metodología.

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