¿Quemado en el trabajo? 6 consejos que pueden ayudarte

Estar quemado por el trabajo no es solo una sensación pasajera, sino un síndrome con graves consecuencias
Por Eva San Martín 13 de septiembre de 2018

¿Se levanta cada lunes agotado? ¿Tiene la sensación de que es incapaz de ir a trabajar? ¿La monotonía se ha apoderado de su mesa de trabajo? ¿Incluso ha perdido la ilusión por un empleo que antes le apasionaba? Pues bien, no es ni mucho menos el único. Según uno de los estudios más extensos sobre la satisfacción laboral realizado en 140 países por el proyecto de investigación Gallup, solo el 13 % de los empleados confiesa estar feliz en su puesto de trabajo. Mientras, el 63 % reconoce que no siente ningún tipo de motivación en su empleo y uno de cada cuatro abiertamente lo detesta. Sepa si tiene el llamado síndrome del burnout o síndrome del quemado y qué hacer en esta situación.

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Uno de cada cuatro trabajadores se plantea cambiar de empleo en los próximos seis meses y siete de cada diez miran, por si acaso, mejores ofertas laborales

Según una investigación publicada en la revista estadounidense ‘Forbes’, el 40 % de los trabajadores se plantean cambiar de empleo en los próximos seis meses y siete de cada diez miran, por si acaso, mejores ofertas de trabajo. Quienes en este sondeo responden «sí» a algunas de esas preguntas sufren algún grado de desgaste profesional. Se trata de una afección cada vez más común, conocida como el síndrome del burnout o síndrome del quemado. Este problema, dice el psicólogo social Pedro R. Gil-Monte, de la Universidad de Valencia, «es una respuesta al estrés laboral crónico derivado de la actividad laboral» y es más frecuente si usted trabaja con personas. El síndrome del quemado, sigue el experto, se caracteriza por que el afectado percibe su oficina, e incluso las personas con las que trabaja o las propias funciones que desarrolla, de forma negativa.

¿Cómo saber si está quemado en el trabajo?

Agotamiento, desmotivación y cambios repentinos del estado de ánimo, con sentimientos que incluyen tristeza, pena y hasta angustia. Esta lista resume los síntomas destacados por el psiquiatra Herbert Freundenberger, el primero en definir el síndrome del burnout en 1974.

El síndrome del trabajador quemado comienza a desenmascararse a través de diferentes signos, como cambios en el estado anímico, agotamiento mental ante el estrés -lo que hace que se bloquee ante el mínimo estímulo de ansiedad-, desmotivación en el trabajo -lo que explica que olvide sus metas-, falta de energía y de rendimiento a causa del agotamiento mental. Pero es que, además, el síndrome del quemado en el trabajo causa alteraciones psicosomáticas, como problemas gastrointestinales, afecciones de la piel e incluso dolores de cabeza debido a la exposición al estrés.

El síndrome del burnout aparece porque el empleado se ve desbordado, dice Gil-Monte, y se siente impotente para hacer frente a los problemas en el trabajo, en especial los que proceden de su entorno social. Y eso, claro, desgasta. Este agotamiento es consecuencia de percibir una presión continuada en el puesto laboral.

Y si usted está quemado en el trabajo…

Pero a pesar de que el burnout se extiende en muchas profesiones, no siempre hace falta dramatizar. Hay que distinguir entre tener un mal día y estar quemado, afirman los expertos. En cualquier caso, también hay pequeñas soluciones para ahuyentarlo.

1. Tómese en serio.

Sea lo que sea lo que logre rebajar su ansiedad, practíquelo. Hay quien opta por la meditación, mientras que otros se relajan escuchando un buen disco de música, leyendo o paseando. Piense en serio qué le relaja, y resérvele un hueco en su agenda.

2. No todo es el trabajo.

Encuentre cosas fuera del trabajo que le apasionen. Puede ser una afición, realizar ejercicio o convertirse en voluntario en una asociación protectora de animales. Igual que antes, reserve un espacio de tiempo para esta actividad.

3. Desconecte.

La tecnología le ayuda a aumentar la productividad, pero aceptémoslo: también agota. Ponga límites y apague sus redes sociales digitales durante la hora de la cena y reserve una franja horaria concreta para responder a los correos electrónicos.

4. Duerma lo suficiente.

Dormir menos de seis horas incrementa el riesgo de quemarse en el trabajo, apuntan los científicos. La falta de sueño agrava la fatiga y reduce su productividad. Y lo contrario también es cierto: dormir puede aumentar su memoria.

5. Organícese.

La falta de orden es agotadora e implica dedicar tiempo y energía a preocuparse de no olvidar algo que debe hacer más tarde. Y, al contrario: organizarse permite despejar la mente. Pruebe a hacer una lista con las tareas que debe terminar y, después, priorice.

6. Vigílese.

Es importante reconocer las señales del estrés antes de quemarse: entre ellos, más dolores de cabeza, tensión en el cuello y los hombros e incluso malestar digestivo. Si los síntomas empeoran, busque ayuda profesional.

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