Estudiar en verano, ¿solo o acompañado?

Superar determinadas asignaturas en septiembre requiere contar con ayuda externa
Por Marta Vázquez-Reina 5 de agosto de 2009
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Imagen: Steven S.

Tienen vocación de desaparecer, pero los exámenes de septiembre son todavía una pesadilla para miles de estudiantes que, en la época estival, deben compaginar el tiempo de ocio y diversión con duras jornadas de estudio y trabajo. Objetivo: aprobar las materias suspendidas. Profesores particulares, academias, internados o programas de refuerzo gratuitos son algunos de los recursos para superar con éxito las pruebas extraordinarias de septiembre.

Planificar el verano

Julio, agosto y… septiembre. Mientras para muchos estudiantes el noveno mes del calendario se traduce en reencuentro en las aulas y comienzo del curso, para otros constituye la fecha clave que determinará su futuro para el próximo año académico. Son los alumnos que no lograron superar todas las asignaturas en junio y, por tanto, deben volver a examinarse en la convocatoria extraordinaria de septiembre. En algunos casos, lo hacen para pasar de curso. En otros, para no cargar con asignaturas atrasadas en la mochila del siguiente periodo escolar.

Durante el curso el alumno debe combinar el estudio con la asistencia a clase, mientras que en verano dispone de todas las horas del día

Estos estudiantes ven los meses de verano como un túnel oscuro que deben atravesar antes de llegar a la meta. Sin embargo, no tiene por qué ser así. Con una buena planificación y organización, el alumno suspenso puede, además de estudiar, disfrutar de tiempo de ocio. Durante el curso, debe combinar el estudio con la asistencia a clase, pero en verano dispone de todas las horas del día para “hincar los codos”.

Lo primero que debe hacer es marcarse un calendario y un horario, en función de las materias pendientes. Dedicar entre tres y cinco horas diarias a las asignaturas suspensas puede ser suficiente para aprobar en septiembre.

Otra ventaja es que conoce los errores que ha cometido durante el curso. Esto le permite ser consciente de sus puntos débiles y aplicarse más para superarlos. Tras este análisis, el alumno ha de repasar las principales técnicas y métodos de estudio, así como las estrategias fundamentales para preparar los exámenes.

Si el alumno estudió con sus apuntes y no aprobó, debe plantearse si estaban bien tomados. En verano puede aprovechar para pedir los apuntes a algún compañero que haya superado la asignatura y que, además, pueda ayudarle a organizarse mejor.

Estudiar con ayuda

Una de las dudas que se plantean los padres y estudiantes es la necesidad de recurrir a ayuda externa para aprobar. Es habitual que, en asignaturas teóricas, no sean necesarios recursos adicionales. Sin embargo, en materias más prácticas como matemáticas, lengua, idiomas o física y química, la ayuda de un experto es casi imprescindible. Éstas son algunas de las opciones:

En materias más prácticas, la ayuda de un experto es casi imprescindible para que el estudiante supere con éxito las pruebas

Profesor particular: resuelve las dudas y dirige el estudio durante el verano, aunque no es la opción más económica. Se puede consultar en los tablones de anuncios de los colegios y facultades o en Internet. También se puede contactar con empresas que facilitan la búsqueda del perfil más adecuado a las necesidades del estudiante. El precio de las clases oscila entre 7 y 18 euros por hora, según la materia, el nivel educativo o el lugar en el que se desarrolla (en casa del estudiante o en el domicilio del profesor).

Academias: imparten cursos especiales que van desde clases específicas de las distintas materias a programas especiales para preparar selectividad en la convocatoria extraordinaria. El estudiante recibe las clases en grupo, son menos personalizadas, pero puede resultar más motivador. El coste, en función del tiempo de asistencia y de las materias, supone un gasto de entre 160 y 300 euros mensuales.

Internados: son otra opción para los alumnos más jóvenes de ESO y Bachillerato. Los internados de verano reúnen el apoyo académico necesario para superar las asignaturas, un horario y una disciplina estricta. Un mes puede costar entre 1.200 y 2.500 euros.

Programas de refuerzo gratuitos

Los programas de refuerzo escolar implantados en varias localidades o comunidades autónomas son, en la mayoría de los casos, gratuitos. Ofrecen a los estudiantes de Secundaria la posibilidad de acudir durante el periodo estival a un instituto para recibir clases de apoyo y participar en jornadas de estudio bajo la supervisión de un tutor. Los programas de colegios abiertos en verano están centrados en actividades lúdicas, pero algunos incluyen sesiones de estudio tuteladas.

Ofrecen a los estudiantes de Secundaria la posibilidad de acudir durante el periodo estival a un instituto de su localidad para recibir clases de apoyo

Uno de los más recientes es el ‘Recupera’t a l’estiu’, iniciado este verano por la Consejería de Educación de las Islas Baleares. Gracias a esta iniciativa, más de 700 alumnos acuden a 13 institutos públicos donde reciben clases de refuerzo en matemáticas, lengua castellana y lengua catalana. Más veterano es ‘Gente con Clase’, que desarrolla desde hace cinco años el Ayuntamiento de Sevilla en varias zonas de la ciudad. Ofrece clases de apoyo y refuerzo gratuitas a casi 300 estudiantes de 6º de Primaria y a todos los cursos de Secundaria, durante los meses de julio y agosto.

Por otra parte, en la Comunidad Valenciana se estrenó el pasado verano el programa de atención extraordinaria y refuerzo ‘EXIT’, dirigido a alumnos de 3º y 4º de ESO con dificultades en matemáticas, castellano, valenciano e inglés. Estos estudiantes, que reciben clases de apoyo durante el mes de julio en diferentes institutos públicos de la comunidad, cuentan con la posibilidad de realizar al final del mes una prueba. Si la superan, estarán libres de realizar el examen extraordinario de septiembre.

En Castilla y León, los alumnos de 4º de ESO de centros sostenidos con fondos públicos pueden asistir a clases de refuerzo en julio gracias al ‘Programa para la mejora del éxito educativo’. Los estudiantes reciben, como máximo, una hora de lengua castellana y literatura, una hora de matemáticas y dos horas de estudio dirigido, durante cada mañana de lunes a viernes.

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