Boston Terrier: todo lo que debes saber sobre esta raza

El boston es pequeño, pero también atlético y estilizado, con apariencia de fortachón.

De estatura reducida, cuerpo corto, cuadrado y muy bien definido. El pecho es profundo y ancho, las extremidades rectas, fuertes y musculadas. Cabeza y hocico cuadrados.

No hay muchas diferencias entre machos y hembras. Suelen medir de 30 a 40 cm y su peso ideal es de 7 a 11 kg.

Los ojos del boston terrier son redondos, grandes y de color oscuro, de marrón a negro. Expresan alerta e inteligencia. Las orejas son pequeñas, erguidas y de forma triangular. La cola es corta, de inserción baja y la lleva recta o ligeramente curvada.

La esperanza de vida de los boston es de 11 a 13 años.

El pelaje es corto, liso, brillante y de textura fina.

Los colores más comunes son negro con marcas blancas, atigrado y seal (negro con matices rojizos). El color blanco suele aparecer en zonas del cuerpo como la línea entre los dos ojos, el hocico, el pecho, el collar y las patas delanteras.

La raza apareció en Boston, Estados Unidos, en 1870. Fue el resultado de cruzar las razas bulldog inglés y terrier blanco inglés, de las que heredó su característica apariencia y su temperamento equilibrado.

Sus antepasados, que eran más grandes y pesados, se criaron para cazar roedores, y en algunos casos, para ser usados como perros de pelea. Con el tiempo y una cuidadosa cría selectiva, se estilizó la raza y se consiguieron ejemplares tenaces como sus ancestros, pero más sociables y cariñosos. Hoy en día se valoran por ser espléndidos animales de compañía.

En 1891 se fundó el Club Americano del boston terrier y el American Kennel Club (AKC) reconoció oficialmente la raza en 1893. La Federación Cinológica Internacional (FCI) lo hizo décadas más tarde, en 1955.

El pequeño boston terrier tiene buen carácter y una gran personalidad con rasgos marcados de terrier.

De temperamento tranquilo, amable y equilibrado. El boston es un perro cariñoso y familiar al que le gusta estar cerca de los suyos y reclamar atención.

Quedarse solo en casa no le gusta demasiado. Aunque esté acostumbrado desde cachorro y sea un espacio corto de tiempo, puede llegar a comportarse mal y morder y destrozar cualquier cosa a su alcance que encuentre por casa.

La raza es alegre, amistosa y sociable. Son perros vivarachos y disfrutones, siempre dispuestos a jugar y a pasar momentos divertidos con sus dueños y, en especial, con los niños.

El boston es muy inteligente y fácil de educar, pero también tiene naturaleza terrier, y por eso puede ser bastante terco y sensible. El método de aprendizaje debe ser coherente, firme y estar basado en refuerzos positivos, usando palabras amables y premios o golosinas. Con constancia y paciencia aprende rápido lo que se le pide y obedece.

Pueden ser algo manipuladores y valerse de su ingenio y sus  encantos para conseguir lo que quieren, ya sea una chuchería, una buena dosis de mimos y caricias, o que no se les reprenda porque se han portado mal.

Aun siendo pequeños, los boston pueden ser buenos perros guardianes. Si detectan cualquier cosa inusual alertarán a sus seres queridos.

Sociables, amistosos y juguetones los boston terrier pueden ser excelentes perros de terapia en hospitales, centros de rehabilitación y hogares de ancianos.

Es un perro extrovertido y juguetón que establecerá sin problemas muy buenas relaciones con los niños, con otros animales domésticos con los que conviva y con sus congéneres.

No obstante, para aprender a comportarse correctamente en distintos entornos, con las personas y otros animales, su gran carácter también debe moldearse y tiene que ser bien socializado desde cachorro.

Cuando se tiene una rutina de cuidados bien establecida, la higiene general del boston terrier es muy sencilla.

El pelaje corto y liso de la raza tiene un mantenimiento fácil. Uno o dos cepillados semanales bastarán para que conserve su brillo, eliminando los restos de pelo muerto y una posible suciedad acumulada.

En primavera y verano, que son las épocas de muda, puede ser preciso cepillarlo más frecuentemente.

Los boston terrier no necesitan baños muy frecuentes. Con uno cada mes y medio o cada dos meses, salvo que se ensucien antes, suele ser suficiente. Para no perjudicar su piel debe utilizarse un champú suave y específico para perros.

Las oídos del boston tienen que revisarse frecuentemente para eliminar un posible exceso de cera y suciedad que provoque infecciones. Pueden limpiarse con un paño o un algodón húmedo.

Sus ojos grandes y redondos suelen ser muy sensibles al polvo, la suciedad y la acumulación de lágrimas y secreciones. Para evitar molestas irritaciones es importante limpiarlos a menudo con una solución oftálmica y una gasa suave y limpia.

La salud dental de los boston terrier, como suele ser frecuente en las razas pequeñas, es delicada, y pueden padecer problemas en su boca. Como prevención contra la formación de la placa dental y la aparición de sarro, es recomendable cepillar sus dientes varias veces a la semana. Los juguetes masticables son también un buena manera de contribuir a mantener los dientes limpios.

Además, hay que examinar y cortar las uñas siempre que sea necesario para garantizar que caminen con comodidad.

El boston terrier es dinámico pero, para sentirse feliz y mantener un temperamento equilibrado, no va a necesitar dosis elevadas de actividad. Aunque el grado de energía puede variar de un ejemplar a otro.

Por lo general, la raza se caracteriza por ser muy adaptable y seguir el ritmo que lleve su propietario. Son perros que estarán igual de a gusto jugando, explorando y olisqueando al aire libre, que tranquilos y tumbados en casa.

A diario deben salir a pasear al menos tres veces. También disfrutarán con los juegos de lanzamiento de pelotas, que deban perseguir y recuperar, los de olfato o búsqueda, para encontrar un juguete o una golosina escondida, con juguetes interactivos, como los dispensadores de comida, en los que tengan que usar su inteligencia para obtener un premio, o practicando algún deporte canino como el agility, en un circuito en el que sortear diversos obstáculos, siguiendo las indicaciones de sus dueños.

Lo recomendable es que se mantengan activos y que el ejercicio y los juegos que realicen les estimulen no solo a nivel físico sino también mental.

Al boston terrier le encanta comer, y su glotonería puede provocar sobrepeso si no se cuida bien su alimentación y no se ejercita lo suficiente.

Es especialmente importante no excederse con los premios que se usan al adiestrar porque pueden contener muchas calorías. Por eso es fundamental llevar un control del peso, y ajustar la dieta a las necesidades que tenga cada perro en función del mismo, de su edad y su nivel de actividad.

La mejor opción alimentaria para la raza es la comida comercial, basada en pienso seco o croquetas y alimentos húmedos en lata. Lo importante es que sea de alta calidad, esté formulada para perros pequeños y sea equilibrada. Es decir, formada por una distribución adecuada de nutrientes esenciales que cubran las necesidades nutricionales de cada perro.

Para que los niveles de energía se mantengan estables y evitar que el perro tenga hambre entre comidas, se puede dividir la cantidad diaria en dos raciones, con la proporción de alimento que indiquen los fabricantes en sus envases o la que recomiende el veterinario.

La gran mayoría de las enfermedades o problemas que perjudican a la raza tienen que ver con sus características físicas.

• Luxación patelar o de rótula: se produce cuando la rótula se desliza fuera de su posición normal, causando dolor y cojera en la pata afectada.
• Problemas oculares: a menudo sus grandes y salientes ojos son una fuente de problemas y suelen padecer muchas irritaciones y conjuntivitis. También pueden ser propensos a desarrollar cataratas, una opacidad o pérdida de transparencia en el cristalino del ojo que puede afectar la visión.
• Problemas respiratorios: por su hocico corto y su cara plana, los perros de la raza pueden sufrir el síndrome braquicefálico. Condición que les hace roncar mucho y tener dificultades para respirar en climas extremadamente calurosos y húmedos, o al hacer ejercicio intenso.
• Alergias cutáneas: algunos ejemplares desarrollan alergias ambientales, a alimentos, productos químicos  o a las picaduras de parásitos e insectos. Se manifiestan con picazón, inflamación, rojeces y pupas o heridas en la piel.

El boston terrier es la primera raza canina que se desarrolló en Estados Unidos. En 1979, en honor a Boston, su ciudad de origen, fue designado como el perro oficial del estado de Massachusetts.

Los partos suelen complicarse por el tamaño de su cabeza y muchas hembras tienen que ser sometidas a cesáreas para dar a luz.

En el mundo de los perros es conocido como el «american gentelman” (caballero americano) por su naturaleza amable y amistosa y porque, por los colores de su pelaje, parece que viste un elegante esmoquin.

El boston es un perro de tamaño compacto ideal para vivir en un piso en la ciudad. Es muy hogareño y permanecerá muy a gusto dentro de casa sin necesidad de contar con un gran espacio.

A los boston terrier les puede costar regular su temperatura corporal con mucho calor y mucho frío. Bajo estas condiciones ambientales es importante que no haga mucho ejercicio, se le proporcione refugio a la sombra o dentro de casa y tenga agua fresca disponible en todo momento.

No es un buen nadador. Es importante prestar atención cuando se encuentra cerca de un río, de una piscina o en la playa para evitar disgustos.

El boston terrier, con su tamaño compacto y manejable, es un perro extraordinario. Su carácter afectuoso, gracioso y alegre, unido a su inteligencia y su docilidad, hacen de él una mascota de lo más completa con la que compartir la vida.