Cavalier King Charles spaniel: todo lo que debes saber sobre esta raza

La raza tiene una apariencia distintiva y elegante en la que destacan sus   expresivos ojos y su exuberante pelaje.

De tamaño pequeño-mediano, bien equilibrado, cabeza pequeña y hocico corto pero bien definido.

Los cavalier King Charles spaniel suelen medir entre 26 y 33 cm a la cruz (desde la base del cuello al suelo) y su peso ideal está entre los 5 y los 8 kg.

Sus ojos son grandes, redondos, de color oscuro y contribuyen a su característica mirada tierna y amable. Las orejas son largas, bien pobladas de pelo y flecos. De implantación alta, enmarcan la cabeza cayendo con una ligera ondulación hacia las mejillas.

La cola es de longitud moderada, proporcionada con el cuerpo y la lleva alta, pero nunca más arriba de la línea dorsal.

Tienen una esperanza media de vida de 10 a 14 años. La mayor o menor longevidad de cada ejemplar dependerá de factores como la genética y los cuidados.

El pelaje del cavalier King Charles spaniel es largo, sedoso y con muchos flecos. La raza tiene cuatro variedades de colores o patrones reconocidos en el estándar:

• Blenheim: blanco con manchas color castaño rojizo.
• Tricolor: manchas negras sobre blanco y marcas fuego en los ojos, en las mejillas, parte de abajo de la cola y en el interior de las orejas.
• Ruby: color rojo sólido.
• Negro y fuego: negro con marcas de color fuego en el hocico, la parte interna de las orejas, las cejas, las mejillas, el pecho y las patas.

La historia del cavalier King Charles spaniel está vinculada a la de la realeza europea. Existe la convicción de que el origen de la raza se encuentra en los antiguos spaniels toy, que eran populares entre la nobleza durante el Renacimiento en Europa. Perros de agua de juguete apreciados por su tamaño compacto, su temperamento amistoso y sus habilidades para la caza.

Sin embargo, la versión moderna del cavalier King Charles spaniel, tal como se conoce actualmente, se desarrolló en Gran Bretaña en el siglo XVII. Fue durante el reinado del Rey Carlos II de Inglaterra (1660-1685), pasando a ser la raza favorita de la aristocracia hasta principios del siglo XIX.  

El Rey Carlos II sentía debilidad por estos perros, y se dice que rara vez estaba sin uno de ellos a su lado. Se representaban frecuentemente en las pinturas de la época, lo que contribuyó a consolidar aún más la fama de la raza. Eran conocidos como «spaniels de juguete» o «King Charles spaniels«.

A lo largo de los siglos el King Charles spaniel experimentó algunos cambios en su apariencia física. Se cree que por cruces con otras razas como el pekinés y el carlino. El resultado fue un perro con el hocico muy corto y un cráneo más abombado. Pero, a principios del siglo XX, un grupo de criadores británicos comenzó a trabajar para recuperar y preservar la versión más antigua y estéticamente pura de la raza, que se parecía más a los perros de la época del Rey Carlos II con hocicos más alargados. Surgió así el cavalier King Charles spaniel actual.

El primer estándar de la raza se estableció en 1928, el Kennel Club británico la reconoció oficialmente en 1945 y la Federación Cinológica Internacional (FCI) en 1955.

Su cola, casi siempre en movimiento, es la señal más clara del estado de ánimo feliz y jovial que caracteriza a la raza.

De temperamento equilibrado, sociable y alegre. También curioso, intrépido, vivaracho, pero sin ser nervioso. Puede ser el perro más activo ejercitándose o jugando, para pasar a estar tranquilo y calmado tumbado a los pies de su cuidador.

Con sus seres queridos es muy cariñoso y establecerá un vínculo muy fuerte. Adora la compañía humana y disfruta de la interacción constante con los miembros de su familia. Tanto que puede sufrir ansiedad por estar separado si se le deja solo en casa durante largos períodos de tiempo y tener un comportamiento destructor.

El cavalier es inteligente y relativamente fácil de adiestrar, aunque por su naturaleza vivaz puede costar que se centre en lo que se le pide. Es necesario educarle con firmeza y constancia desde cachorro, pero también amablemente y utilizando refuerzos positivos que llamen su atención, hagan que colabore y eviten que se disperse cuando se le está enseñando.

El cavalier King Charles spaniel es un perro de exposición, un asiduo de los concursos caninos como el afamado Westminster Kennel Club Dog Show de Estados Unidos.

También es inteligente y un gran deportista, y, bien entrenado, puede destacar en competiciones de agility, rally y obediencia. Además, por su gran temperamento como perro de compañía y su naturaleza amigable y cariñosa, son extraordinarios perros de terapia. A menudo se utilizan en entornos terapéuticos, escuelas, hospitales y residencias, para ayudar a personas con problemas físicos o emocionales.

Son un raza estupenda para familias con niños, siempre dispuestos a jugar y a compartir momentos divertidos con los más pequeños de la casa.

Por su carácter sociable y adaptable son perros que también se van a llevar muy bien con otros animales domésticos y otros perros.

Sin embargo, la educación y la socialización temprana son fundamentales para el desarrollo de un cavalier King Charles spaniel bien equilibrado. Hay que dedicar tiempo a enseñarles órdenes básicas y exponerlos a otras personas, animales y situaciones distintas para que aprendan a comportarse.

La higiene general de la raza no es compleja, pero hay aspectos en los que va a ser necesario invertir más esfuerzos para preservar su salud y su bienestar.

Mantener en buen estado el pelaje largo y sedoso del cavalier King Charles spaniel requerirá de un buen cepillado al menos dos o tres veces por semana, más frecuentemente durante la época de muda, para eliminar el pelo muerto. Es importante poner énfasis en los flecos de las orejas y las extremidades, que son zonas más propensas a enredarse.

Se recomienda un baño al mes o cada mes y medio, usando un champú neutro para perros, aclarándolo muy bien y secando el pelaje después, para prevenir posibles irritaciones en la piel.

Debido a sus orejas largas y caídas, los cavalier King Charles spaniels son más propensos a desarrollar infecciones de oído si no se mantienen limpios y no se secan adecuadamente.

Los ojos grandes y redondos también son otro punto débil en la raza porque pueden irritarse con facilidad. Su correcto cuidado va a precisar de una limpieza regular con una gasa o paño suave que elimine restos de suciedad, lágrimas o legañas. Se puede utilizar una solución oftálmica prescrita por el veterinario.

La acumulación de placa y sarro es el origen de la mayoría de los problemas dentales y de encías. El cepillado de los dientes debe hacerse varias veces a la semana para garantizar que permanecen limpios.

Las uñas largas causan molestias al caminar, por eso tienen que revisarse frecuentemente y, si no se desgastan de manera natural, cortarlas cuando sea necesario.

Por su pelaje largo y sedoso, estando al aire libre, el cavalier puede coger pulgas y garrapatas. Para prevenir una molesta y problemática infestación, es fundamental revisarle bien al volver del exterior a casa, y usar de manera frecuente productos antiparasitarios.

El cavalier es un perro activo que tiene que hacer ejercicio moderado y jugar para sentirse feliz y bien físicamente.

En su rutina diaria no pueden faltar los paseos dinámicos, cerca de casa, en un parque o en áreas naturales, donde pueda desfogarse.

Con un buen adiestramiento lo pasará en grande realizando deportes caninos como el agility y el rally. Y también se le puede entrenar en obediencia para que aprenda trucos y comandos básicos que le sirvan en su día a día al interactuar con sus cuidadores.

Conserva algo del instinto de caza de sus antepasados, por eso, los juegos donde deba buscar y encontrar un premio o juguete, o perseguir una pelota o un frisbee para recuperarlo para su dueños, son alternativas que disfrutará practicando en casa y al aire libre.

Los cavalier son inteligentes y los juegos interactivos como los puzzles, los rompecabezas y los juguetes dispensadores de comida que les pongan a prueba y supongan un desafío que deban resolver, les mantendrán concentrados y estimulados a nivel mental.

Los cavalier son perros bastante glotones y con tendencia al sobrepeso si no tienen una alimentación controlada y no se ejercitan lo suficiente. La dieta debe ser equilibrada y adaptada al tamaño, el metabolismo, la edad y el nivel de actividad de cada ejemplar.

Es una raza que responde muy bien al adiestramiento con golosinas, pero es importante no excederse con ellas para no incrementar la ingesta de calorías diarias. Para cuidar su peso y preservar su salud dental, se les pueden dar premios que ayuden a limpiar los dientes.

El cavalier King Charles spaniel se puede alimentar con comida comercial de alta calidad, específica para razas pequeñas (croquetas o latas), con comida casera e incluso con alimentos crudos o la llamada dieta BARF. Para hacerlo sin errores, es esencial seguir las indicaciones dadas por los fabricantes en los envases, en relación a la cantidad y la frecuencia de las comidas, y contar con el asesoramiento de un veterinario o nutricionista canino que ayude con las recetas elaboradas en casa.

Por lo general, los cavalier cachorros pueden necesitar ser alimentados tres o cuatro veces al día, mientras que con los perros adultos se puede pasar a dos, una por la mañana y otra por la noche.

Es una raza que puede padecer diversos problemas de salud. Muchos de ellos de tipo genético.

• Enfermedad de la válvula mitral (EVM): enfermedad cardíaca común en los cavalier King Charles spaniels y primera causa de muerte en la raza. Consiste en un deterioro de las válvulas del corazón, que comienza con soplos cardíacos y puede llevar a una insuficiencia cardíaca congestiva. Es importante realizar controles cardíacos regulares con un veterinario para detectarla en un estadio temprano.
• Siringomielia: enfermedad neurológica muy dolorosa que afecta a la médula espinal. Se caracteriza por la acumulación anormal de líquido dentro de la médula. Está asociada con la forma y el tamaño pequeño del cráneo de los cavalier.
• Problemas oculares: como la displasia de la retina, que genera un deterioro en la visión del perro y las cataratas. Ambas de carácter hereditario.
• Luxación de rótula: provocada por causas genéticas o un traumatismo, implica que la rótula se desplace de su posición normal, causando debilidad, dolor y cojera.
• Displasia de cadera: enfermedad degenerativa que produce una malformación en la unión del fémur con la pelvis, y, en consecuencia, un desplazamiento de la cadera. Origina dolor y problemas de movilidad.

La raza recibió su nombre en honor al Rey Carlos II de Inglaterra, quien tenía una gran devoción por los estos perros y los mantenía como compañía constante en la corte, teniendo siempre alguno a su lado.

En la famosa serie de televisión americana «Sex and the City” o “Sexo en Nueva York”, una de las protagonistas, “Charlotte”, tiene una cavalier King Charles spaniel llamada “Elizabeth Taylor”.

Celebridades de todos los ámbitos como Coco Chanel, Frank Sinatra y  Ronald Reagan, eligieron cavaliers como perros de compañía.

Por su tamaño perfecto, más bien pequeño, el cavalier puede adaptarse a vivir tanto en un piso como en un casa con jardín, en un entorno urbano o en uno más campestre.

Su naturaleza activa y el instinto de perro de caza, que conserva de sus ancestros spaniel, puede hacer que salga corriendo detrás de cualquier estímulo que despierte su interés. Siempre que no se encuentre en una zona segura o vallada, es recomendable sacarlo a pasear con correa para evitar problemas y situaciones incontrolables.

El cavalier King Charles spaniel es un perro noble, entrañable y afectuoso, recomendado para personas de cualquier edad y familias que le puedan dedicar tiempo de calidad y proporcionarle la suficiente estimulación mental y física diaria, sin descuidar su educación.