Pastor australiano: todo lo que debes saber sobre esta raza

Los aussies tiene un aspecto singular y hermoso con un característico manto y unos ojos muy especiales.

Son perros de apariencia sólida, ágil y bien equilibrada. Tienen un tamaño mediano y un cuerpo fuerte y proporcionado, más largo que alto.

Los machos miden de 51 a 58 cm a la cruz (desde el suelo hasta la parte más alta de los omoplatos), y las hembras de 46 a 53 cm. Su peso varía entre 16 y 32 kg.

Los ojos del pastor ovejero australiano son muy expresivos y una de sus señas distintivas. Pueden ser de tonalidades azules, marrones, ámbar, verdes, de una combinación de estos colores o incluso heterocromáticos, de distinto color.

Las orejas son triangulares, de inserción alta. Las lleva dobladas hacia delante cuando está atento. La cola puede ser tanto corta como larga.

Un pastor ovejero australiano tiene una esperanza de vida bastante larga, entre los 12 y los 15 años.

El pelaje del aussie tiene una textura y un largo medios, y puede ser ondulado o liso. La capa exterior es resistente a la intemperie, y la interior varía en cantidad según el clima.

La cualidad más llamativa del pelaje es su coloración variada, que va desde el negro y azul merlé hasta el rojo y rojo merlé. Son bastante comunes las manchas y motas blancas o fuego, que contribuyen a dar un apariencia única a la raza.

El linaje de este perro pastor era autóctono del Norte de España. Existían ejemplares en Asturias, País Vasco y Navarra.

Su salto a otros continentes lo dieron acompañando a sus dueños cuando emigraron a Australia en busca de una vida mejor, donde se cruzaron con otras razas como los collies y los border collies. Desde allí, y después de unos largos años, estos perros pastor pusieron rumbo a EE.UU., más concretamente a California, donde se desarrollaron como la raza que se conoce actualmente a principios del siglo XIX.

En una época en la que la industria ganadera se expandía en el oeste de los Estados Unidos, el pastor australiano resultó ser un gran perro de trabajo en los ranchos, capaz de lidiar con el ganado rebelde y las extensas llanuras.

A finales del siglo XIX la raza ya estaba totalmente establecida y ganó reconocimiento por su eficiencia, inteligencia y sus habilidades únicas en el pastoreo.

Después de la Segunda Guerra Mundial los aussies se hicieron popularmente conocidos por su participación en rodeos y estar muy integrados en ese estilo de vida americano.

El American Kennel Club (AKC) reconoció la raza en 1993 y la Federación Cinológica Internacional (FCI) en 1996.

El mismo dinamismo y vigor que desprende a nivel físico el aussie, conforma una gran parte de su personalidad.

De temperamento equilibrado y seguros de sí mismos, los pastores australianos son perros bondadosos, muy nobles y amables.

Les gusta mucho jugar y mantenerse activos. Encontrarles una tarea con la que estar ocupados es una buena forma de calmar su hiperactividad, haciéndoles estar alerta, atentos y teniendo que usar su inteligencia.

Con su círculo cercano son fieles, amistosos y cariñosos, pero suelen mostrarse reservados con los extraños. Como buenos perros pastor son protectores y guardianes.

Es una raza muy inteligente, voluntariosa y obediente. Estos rasgos de su carácter posibilitan una educación mucho más rápida y sencilla. Todo lo que sea aprender y poner en práctica algo que se les pida, lo van a hacer muy bien. Entender y acatar órdenes con facilidad no va a ser un problema para un pastor australiano.

Tienen un gran sentido del deber y un fuerte instinto para el trabajo. A algunos ejemplares les cuesta parar cuando este ha finalizado, y si no se les adiestra y se les marcan límites, pueden seguir pastoreando a los miembros de su familia o a otros animales de su entorno cercano. Son muy resistentes e inagotables.

Es un perro muy versátil. Además de un estupendo perro de trabajo, con dotes superiores como pastor ovejero y guardián, también es un gran deportista. Su naturaleza enérgica lo hace perfecto para competir en agility, treibball, flyball (especialidad en la que debe correr, saltar obstáculos y recoger una pelota lanzada), o en  freestyle (consistente en hacer una coreografía y trucos al ritmo de la música), entre otras tantas disciplinas caninas. También destaca en obediencia por su amabilidad y sus ganas de complacer.

Además, hoy en día realiza funciones como perro de búsqueda y rescate, detector de drogas, perro guía, de servicio y de terapia.

El pastor australiano es extrovertido, alegre, juguetón y protector. Sin embargo, su instinto puede llevarle a pastorear a los niños, resultando demasiado enérgico con ellos. Hay que adiestrarle enseñándole que no debe perseguirles, ni acosarles, y vigilar cuando estén juntos para que su exceso de vitalidad no suponga un problema.

Al igual que con los niños, también puede resultar impulsivo y pesado con otros animales más pequeños. Es algo habitual que intente agruparles o dirigirles como haría con los miembros de un rebaño. Sin embargo, con una buena socialización temprana puede convivir bien con otras mascotas, incluidos perros y gatos.

El pastor australiano no necesita cuidados especiales para mantenerse en buenas condiciones. Una atención regular bastará para preservar su salud y su bienestar a largo plazo.

Aunque su pelaje no es corto, con un cepillado o dos a la semana se conservará brillante y sano, evitando enredos y eliminando el pelo muerto. En las épocas de muda será necesario cepillarle más a menudo porque se le cae bastante.

Salvo que se ensucie de manera extraordinaria, jugando o realizando alguna actividad en el exterior, los baños deben ser ocasionales y usando un champú para perros.

Hay que revisar y limpiar periódicamente las orejas y los ojos para prevenir infecciones. Eliminar posibles restos de suciedad o cera en los oídos o la acumulación de secreciones en los ojos, usando siempre limpiadores o soluciones específicas.

Además, es fundamental cepillar los dientes varias veces por semana con una pasta de dientes para perros y mantener sus uñas cortas.

Este es un perro que necesita realizar actividades y una gran cantidad de ejercicio diario para gozar de una buena salud general.

Correr, saltar o caminar largo tiempo y practicar deportes caninos de agilidad, pastoreo, flyball o lanzamiento de frisbee son actividades adecuadas para los pastores australianos.

Por su inteligencia también necesitan estimulación mental constante. Los juegos interactivos, los rompecabezas y el entrenamiento de obediencia ayudarán a mantener su mente activa y sana.

El inagotable y movido aussie quema mucha energía y debe tener una dieta equilibrada para compensar ese desgaste calórico. La alimentación tiene que incluir muchas proteínas, grasas saludables, vitaminas y minerales esenciales.

Es recomendable elegir un pienso de alta calidad para razas activas, adecuado a la edad del perro.

A los cachorros, hasta los seis meses, se les puede alimentar, mínimo, tres veces al día, y cuando ya son adultos, pasar a hacerlo una o dos.

En cuanto a las cantidades, deberán establecerse monitoreando el peso del perro en cada etapa de su vida, y adaptarse, según sus necesidades, consultándolo previamente con el veterinario.

El pastor australiano es un perro fuerte que no enferma mucho. Sin embargo, hay una serie de problemas que afectan más a la raza.

• Displasia de cadera y codo: la displasia de cadera y codo son afecciones hereditarias en las que las articulaciones no se desarrollan adecuadamente, provocando problemas de movilidad y dolor.
• Atrofia progresiva de la retina (APR) y otros problemas oculares: la APR es una enfermedad degenerativa progresiva de los ojos que puede causar la ceguera total del perro. También son comunes las cataratas.
• Epilepsia: la genética y otros factores pueden contribuir al desarrollo de esta enfermedad que se manifiesta con convulsiones.

Los aussies con el pelaje merlé y sus distintas combinaciones tienen un aspecto bello y único. Su manto de manchas y motas tiene unos patrones fascinantes especialmente llamativos.

Algunos pastores ovejeros australianos nacidos de cruces de ejemplares de pelaje color merlé o mirlo, tienen riesgo de sufrir sordera y ceguera.

Su naturaleza adaptable les permite vivir tanto en entornos rurales como urbanos, aunque el lugar ideal sería una casa con jardín o con terreno donde puedan correr, saltar y liberar su gran energía. Pueden acostumbrarse a estar en un piso, aunque no les resulte fácil, siempre y cuando hagan todo el ejercicio que necesitan para sentirse bien y conservar su temperamento equilibrado.

Es un perro al que le gusta estar cerca de su familia. No es recomendable dejarle mucho tiempo sin compañía y sin nada que hacer. Hay que intentar evitar el aburrimiento, porque, aunque puede entretenerse solo, lo hará desprendiendo una energía arrolladora a su paso.

Su carácter lo hace ideal como primer perro, pero solo para aquellas personas o familias que puedan seguirle el ritmo y proporcionarle toda la actividad que necesita. Si el estilo de vida es sedentario y tranquilo, no es la raza más adecuada con la que convivir. Los pastores australianos son perros longevos y van a requerir un compromiso a largo plazo. Antes de elegir uno como animal de compañía, es necesario asegurarse que se le va a poder atender y cuidar todo lo que dure su vida. Si esto no es un problema, el aussie será un compañero alegre, muy leal y afectuoso.