Contaminación atmosférica de los aviones

El incremento de los viajes aéreos está contribuyendo a empeorar los efectos sobre el efecto invernadero y el cambio climático
Por Alex Fernández Muerza 17 de julio de 2006

El Parlamento Europeo aprobaba recientemente una resolución que abre el camino para que la legislación comunitaria contemple los efectos del aumento de la contaminación de los aviones sobre el clima. Aunque las emisiones de gases de efecto invernadero del sector aéreo no llegan al 3% del total, – está libre de cumplir el Protocolo de Kyoto – la continua bajada de los precios ha propiciado el incremento de los vuelos, una tendencia que continuará en los próximos años.

Las emisiones contaminantes de la aviación han crecido un 85% entre 1994 y 2004
Los datos ofrecidos por diferentes instituciones llaman la atención sobre el gran aumento del número de vuelos y las consecuencias negativas para el medio ambiente. Según la Agencia Europea del Medio Ambiente, las emisiones contaminantes de la aviación han crecido un 85% entre 1994 y 2004. El Panel Internacional de Expertos en Cambio Climático (IPCC), estima que el sector podría ser el causante del 15% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero a mediados de siglo. Según otras fuentes, como el movimiento Airport Watch, en el que participan algunas de las principales organizaciones ecologistas, el impacto en el clima podría ser aún mayor, al considerar que en 2030 podría ser causante de una cuarta parte de la contaminación atmosférica.

El paquete de propuestas aprobado en la Eurocámara de Estrasburgo contempla la aplicación de una tasa sobre el queroseno utilizado en los aviones, la reducción o abolición de las exenciones sobre el IVA y la creación de un mercado de derechos de emisión para la aviación independiente del actual sistema general al menos para el periodo 2008-2012. Asimismo, los responsables europeos consideran que de esta manera se potenciaría la utilización de transportes alternativos menos contaminantes que los aviones. Por su parte, la Asociación Internacional de Empresas de Transporte Aéreo ha afirmado que la resolución se encuentra alejada de la «realidad económica.»

Además de las emisiones producidas por el combustible, las estelas en forma de nube blanca alargada que dejan tras de sí los aviones son otro motivo de preocupación medioambiental. Las estelas pueden persistir durante horas y los científicos creen que contribuyen al calentamiento global, al comportarse de la misma manera que las nubes de gran altura, atrapando el calor en la atmósfera. Asimismo, algunos estudios indican que los vuelos nocturnos podrían tener un efecto aún mayor en este fenómeno.

La suspensión de los viajes aéreos durante tres días en Estados Unidos tras los atentados del 11 de septiembre del 2001 mostró que sin las estelas la diferencia de temperaturas entre el día y la noche fue 1 grado centígrado más alta que el día anterior a la medición. Sin embargo, el inusual clima despejado durante aquellos días también podría haber sido el causante de dichas diferencias.

A la hora de evitar en lo posible los efectos de las estelas, algunos expertos recomiendan diseñar aviones más eficientes que puedan volar a alturas más bajas, y que se tengan en cuenta a la hora de hacer las rutas aéreas las condiciones atmosféricas que influyen en la persistencia de las estelas.

Nuevos aviones menos contaminantes

El desarrollo de nuevas tecnologías más eficientes y menos contaminantes podría contribuir a la disminución de los efectos negativos de los aviones para el medio ambiente. La Asociación Británica de Aviación Sostenible, integrada por British Airways, Virgin Atlantic, Airbus y el operador aeroportuario BAA, está diseñando un nuevo modelo de avión que reducirá las emisiones de CO2 a la mitad, y contempla otros proyectos para reducir las emisiones de óxidos de nitrógeno en un 80% y en un 50% la contaminación acústica.

El Departamento de Ingeniería Civil y Medioambiental y el Departamento de Física del Imperial College de Londres trabajan con simulaciones del tráfico aéreo para predecir la formación de estelas e identificar las maneras de reducirlas.

El Instituto Tecnológico de Georgia, en Estados Unidos, ha desarrollado una nueva cámara de combustión que apenas emite óxido de nitrógeno y monóxido de carbono (CO), dos de los principales gases contaminantes para la atmósfera. Según sus creadores, el prototipo está pensado para motores de aviones y turbinas de gas generadoras de electricidad, pero se puede adaptar con un coste muy bajo a aplicaciones domésticas como los calentadores de agua de los hogares.

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