Crece el uso de la bicicleta en los desplazamientos cotidianos

El ‘Barómetro de la Bicicleta en España’ es elaborado cada dos años por la Red de Ciudades por la Bicicleta, una asociación formada por entidades locales que persigue facilitar, hacer más segura y desarrollar la circulación de los ciclistas, especialmente en el medio urbano. El estudio analiza el uso de la bici y la percepción que la ciudadanía tiene sobre ella, tanto como medio de transporte como para la práctica deportiva y de ocio.

Este año los resultados desvelan un espectacular crecimiento de las bicicletas, registrándose máximos históricos desde que se realiza el informe (2008). Estos son los principales datos obtenidos:

• Desde 2008 hasta 2022 los ciclistas habituales se han multiplicado casi por tres. De ser poco más de un 10 %, se han convertido en un 32,5 %.
• Más de 11 millones de personas utilizan la bicicleta cada semana. Respecto a 2019, es un crecimiento de más del 40 %.
• Seis millones usan este medio de transporte alguna vez en sus desplazamientos por trabajo o estudios.
• Casi 21 millones se suben a la bici con alguna frecuencia.
• 22 millones y medio de personas declaran tener una bicicleta para uso personal.
• Más de 32 millones declaran saber montar en bici.

Durante la pandemia, las bicicletas ganaron protagonismo. La lista de espera para comprar algunos modelos de ciertas marcas superaba los seis meses. Haciendo inventario en los hogares, el Barómetro de 2022 evidencia un notable incremento de bicis. Más del 75 % de las familias dice tener una y, aunque las de montaña son las más populares, las urbanas son las que más se han vendido en los últimos años.

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A pesar de que la bicicleta se utiliza en todo tipo de desplazamientos, son los recorridos con destino y origen al trabajo y al centro de estudios los que han aumentado de forma considerable. En el primer caso, la diferencia entre 2019 y 2022 es de un 11,1 %. Por su parte, los movimientos a la escuela o a la universidad han ascendido un 10 %.

La bici también ha ganado protagonismo como compañera en los momentos deportivos y de ocio: ocho de cada diez personas la usan para pasear y hacer deporte.

La bicicleta es más popular entre los hombres que entre las mujeres. Ellos son los que más la utilizan, un 65 %, mientras que el porcentaje de féminas sobre el sillín se queda en el 49,4 %. Esta brecha de género se aprecia en todos los tramos de edad, si bien es menos acusada entre aquellos que tienen entre 25 y 39 años.

En términos generales, los ciclistas con edades comprendidas entre los 14 y los 39 años son los que confiesan ser más probici. Sin embargo, soplar velas no es condicionante para abandonar las dos ruedas: algo más del 58 % de los usuarios tienen entre 40 y 54 años y el 41,2 % de 55 a 70 años.

El hecho de que haya más bicicletas sobre el asfalto no ha supuesto un aumento de los índices de accidentalidad. Prácticamente no han variado en los últimos tres años. En 2022, tan solo un 16,7 % de los ciclistas reconoce haber tenido algún siniestro en los últimos cinco años; en 2019 este porcentaje era del 16,2 %.

Y en lo referente a los robos, apenas se aprecian diferencias respecto a años anteriores. Un 17,7 % de los usuarios ha sufrido, al menos, un robo de la bicicleta en los últimos cinco años (en 2019 el Barómetro situó este porcentaje en un 17,8 %). Las ciudades de más de 450.000 habitantes son las que más hurtos registran.

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• Los beneficios que la bicicleta aporta a la salud es la principal ventaja que las personas ven en el uso de la bicicleta; así lo señalan cuatro de cada diez entrevistados.
• El que sea un medio de transporte ecológico, cero emisiones, es el segundo aspecto más valorado.
• La movilidad que proporciona la bicicleta, permitiendo sortear los atascos y hacer los desplazamientos más rápidos, es el tercer valor reseñable de acuerdo con este informe.

El Barómetro también analiza los motivos por los que la bicicleta no termina de convencer a toda la población. En las ciudades, los principales escollos están relacionados con la percepción de peligrosidad que tiene el ciclista respecto al tráfico motorizado.

Más de la mitad de los encuestados (54 %) señala como los principales inconvenientes de este medio de transporte: el riesgo que supone la circulación, el exceso de tráfico y la falta de facilidades para desplazarse con garantías. De hecho, los carriles bici son las vías de circulación más utilizadas por los ciclistas.

Asimismo, el estudio recoge las opiniones de los españoles sobre las actuaciones llevadas a cabo por las instituciones para integrar la bicicleta en el entono urbano. Valencia, Barcelona y Zaragoza son las tres ciudades mejor consideradas. La ampliación y optimización de las infraestructuras, como los carriles bici o los aparcamientos, y los sistemas de bicis compartidas son bien valorados.

A pesar de poner en valor las iniciativas que los ayuntamientos realizan a favor de las bicicletas, la ciudadanía sigue demandando continuidad a estas políticas públicas. Estas son las medidas sugeridas para ampliar el uso de la bicicleta anotadas en el Barómetro:

• Aparcamiento. Deben adecuarse plazas en las estaciones y paradas del transporte público. Se necesitan más espacios para estacionar bicis en centros públicos y privados. Las comunidades de vecinos deberían habilitar zonas de aparcamiento.
• Infraestructuras. Han de existir más vías de conexión interurbana para circular en bicicleta. Se sugiere implantar calles que, ocasionalmente, sean de uso exclusivo para peatones, patinadores y bicis.
• Intermodalidad. El acceso con bicicletas al transporte público deberá estar permitido.