La gestión del agua será el hilo conductor de la Expo Zaragoza 2008

La ciudad española fue elegida ayer para organizar este acontecimiento internacional
Por EROSKI Consumer 17 de diciembre de 2004

La asamblea de la Oficina Internacional de Exposiciones (BIE) eligió ayer en París la candidatura española de Zaragoza para la celebración de la Expo 2008, que llevará por título «Agua y desarrollo sostenible». La capital aragonesa competía con otras dos ciudades, la italiana Trieste, que presentaba el proyecto «La movilidad de los conocimientos», y la griega Tesalónica, con el tema central «Tierra Madre».

«Zaragoza ofrece unas excelentes condiciones para celebrar la Expo 2008: su posición geográfica, sus infraestructuras, su carácter acogedor, su rico patrimonio intercultural, o la diversidad de sus paisajes», dijo el alcalde de la ciudad, Juan Alberto Belloch, en su discurso ante la asamblea del BIE.

La primera gran exposición que acogerá España después de Sevilla 92,y en la que la capital aragonesa lleva trabajando ya más de cuatro años, con el respaldo del Gobierno actual y del anterior, atraerá a unos siete millones de personas a Zaragoza y supondrá una inversión de 1.500 millones de euros en infraestructuras y una auténtica revolución urbanística, según los primeros cálculos realizados.

Internacional, no Universal

A diferencia de la Expo 92, la de Zaragoza no se considera Universal, sino Internacional, de acuerdo con la actual reglamentación del BIE. Ello supone que no se trata de una muestra generalista, como la sevillana, sino temática -«Agua y desarrollo sostenible»- y que la superficie del recinto expositivo queda limitada a 25 hectáreas, que estarán situadas en el meandro de Ranillas, un terreno en forma de herradura rodeado por el Ebro y situado a apenas tres kilómetros de la Plaza del Pilar y enfrente de la nueva estación del AVE. De hecho, se trata de la primera Exposición internacional según las nuevas normas del BIE, ya que, aunque había una prevista en Manila el pasado año, no se pudo llegar a celebrar por problemas de financiación. Para 2005 y 2010 hay dos universales previstas, en Aichi (Japón) y Shangai (China), respectivamente.

Uno de los aciertos del proyecto zaragozano es que apuesta por que el recinto que acogerá la Expo no se convierta en un espacio infrautilizado tras su finalización, como ocurrió en Sevilla. Por ello, las infraestructuras que se acometerán están pensadas con vocación de permanencia. Entre las construcciones más emblemáticas figuran la Torre del Agua, un edificio de 19 plantas con forma de gota de agua, el puente-edificio sobre el Ebro o el puente del milenio. La exposición tendrá una estructura temática, de manera que los países participantes se instalarán en los pabellones dedicados a cada una de estas áreas ecogeográficas: hielo y nieve; desiertos, oasis y estepas; praderas y sabanas; bosques templados; selvas tropicales; altiplanos y montañas; grandes ríos y llanuras aluviales, e islas y costas.

Esta exposición supone para España un nuevo escaparate ante el mundo, en esta ocasión en un asunto de la relevancia de la gestión del agua, para el que la capital aragonesa, en los tres meses que dure la Exposición, puede ser una referencia en el futuro. No en vano, la gestión de este preciado bien es un problema de importancia estratégica en el siglo XXI que cada vez está más presente en las relaciones internacionales y las políticas de cooperación al desarrollo. En este sentido, muchos países ven en el proyecto español una puerta abierta para resolver sus problemas hídricos.

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