La localidad alicantina de Denia pone en marcha una planta de compostaje pionera en Europa

Convertirá en abono las miles de toneladas de algas que cada año se retiran de las playas de este municipio
Por EROSKI Consumer 27 de mayo de 2003

El Ayuntamiento de Denia, en Alicante, acaba de poner en marcha una planta de compostaje pionera en Europa, que ha costado 1,8 millones de euros. El objetivo: convertir en abono orgánico las miles de toneladas de algas que cada año retira de sus playas. La planta ocupa 16.300 metros cuadrados y tiene capacidad para tratar 165.000 metros cúbicos de residuos verdes y 8.000 toneladas de algas al año.

El destino habitual de las algas suele ser el vertedero o la incineración, actividades prohibidas ya en muchas comunidades autónomas, al tratarse de un residuo contaminante, según la Unión Europea (UE). Por esta razón, Denia pidió un estudio a la Universidad Politécnica de Valencia, que aportó la solución de mezclar las algas, una vez desecadas y liberadas de la sal marina, con otros residuos vegetales procedentes de las podas de mantenimiento en agricultura, limpieza de parques y jardines municipales y privados, para producir abono. Esta iniciativa ha necesitado una inversión de 1,8 millones de euros, de los cuales un 22% ha sido aportado por la Generalitat de Valencia y otro 33% por el programa comunitario Life-Medio Ambiente, ya que este proyecto sirve de demostración al resto de localidades europeas del litoral mediterráneo que sufren el problema de las algas.

En principio, la cantidad de algas y residuos vegetales que se recogen en el municipio alicantino parecen suficientes para garantizar el suministro a la planta, aunque el Ayuntamiento tiene previsto recurrir a los residuos de localidades vecinas si hiciera falta. La planta proporcionará un abono totalmente vegetal muy demandado en la zona y que, por lo general, se suele importar.

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