La mancha tóxica generada tras la explosión de una planta química en la ciudad china de Jilin ha llegado a territorio ruso en las aguas del río Amur, según ha informado el ministro de Emergencias de este país Sergueï Choïgou. Choïgou señaló que la toxicidad de las aguas no excedía los límites permitidos en Rusia, aunque no dio datos concretos al respecto.
A pesar de esto, el pasado miércoles, las autoridades medioambientales chinas encontraron niveles de nitrobenceno en Fujin, a 65 kilómetros del río Amur siete veces superiores a los del día anterior.
El ministro ruso añadió que restringirá el consumo de agua en la ciudad siberiana de Khabarovsk, de 600.000 habitantes, donde se espera la llegada del vertido en unos días, sólo en caso de urgencia. Las autoridades rusas han decidido emplear carbono orgánico para la absorción de los elementos contaminantes.
Según Choïgou, la mancha recorre 30 kilómetros al día y se extiende ya a lo largo de 180 kilómetros. Durante la primera cumbre Rusia-ASEAN (Asociación de Naciones del Sudeste Asiático), el presidente ruso, Vladimir Putin, y el primer ministro chino, Wen Jiabao, se reunieron para acordar medidas comunes contra el vertido.
Considerado uno de los peores desastres ecológicos en el gigante asiático, el accidente se produjo el pasado 13 de noviembre cuando la explosión en una planta petroquímica de la ciudad de Jilin, en la provincia del mismo nombre, realizó un vertido de benceno y nitrobenceno, sustancias muy cancerígenas, a las aguas del río.