
Barcelona acoge desde el 5 hasta el 14 de octubre el IV Congreso Mundial de la Naturaleza. Organizado por la Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza (UICN), es una de las citas internacionales ineludibles en la agenda de cualquier persona preocupada por la protección medioambiental. En esta edición de la capital condal se han reunido más de 8.000 responsables gubernamentales, de Naciones Unidas, de ONG y de empresas privadas, así como investigadores de todo el mundo, para intercambiar experiencias, ofrecer los últimos datos sobre especies en peligro y proponer medidas para combatir los problemas que afectan a la naturaleza y los seres humanos. Para conocer las principales claves de este congreso, tanto es su aspecto global como en el referido a España, hablamos con la bióloga colombiana Margarita Astrálaga, directora del Centro de Cooperación del Mediterráneo de la UICN, con sede en Málaga.
Uno de cada cuatro mamíferos está en peligroLo más alarmante es que uno de cada cuatro mamíferos está en peligro. Por otra parte, los datos en el Mediterráneo que hemos obtenido nosotros también son muy preocupantes. La situación de las rayas y los tiburones es la más seria del mundo, y hay problemas graves con todas las especies de agua dulce. Asimismo, hay muchísimas especies en peligro y también estamos perdiendo especies que ni siquiera conocemos, lo cual es riesgo muy grande porque el día de mañana podrían ser fuentes de energía o de medicamentos. Por ello hay que tomar medidas urgentes de conservación.
En realidad, nosotros lo vemos como una oportunidad, porque el ser humano busca medidas y soluciones innovadoras para salir de las crisis. Por un lado, consumir menos, sobre todo elementos que no necesitamos, y tener más cuidado con el agua, la luz, la calefacción, para pagar menos a final de mes. Por otro lado, nos hace buscar otras formas de “buscarnos la vida”, ser emprendedores y dedicarnos a conservar la naturaleza. Asimismo, el aumento del precio del petróleo nos obliga a buscar alternativas. Aunque no podemos incidir en los precios, sí podemos decidir qué tipo de energía y transporte vamos a utilizar.
En el Mediterráneo, la situación de las rayas y los tiburones es la más seria del mundo, y hay problemas graves con todas las especies de agua dulceLos consumidores tenemos mucho que aportar, porque podemos promover un mercado distinto cuando por ejemplo decidimos usar menos el coche y más el transporte público o la bicicleta, o cuando compramos bombillas de bajo consumo.
Creo que sí. A modo de ejemplos: hace unos días estuve en un restaurante en Málaga. Cuando estaba lavándome las manos escuché a una madre que le pedía a su hijo que cerrara el grifo, tras explicarle los problemas del agua. El otro día, en el Día de la Bicicleta, tuvieron que cerrar varias calles en Madrid porque hubo miles de personas con sus bicis.
Los consumidores tenemos mucho que aportar, porque podemos promover un mercado distintoLos problemas son muchísimos. La contaminación tanto del agua como la atmosférica, es un problema a nivel mundial en mayor o menor grado según las zonas. El cambio climático con sus diversas consecuencias: hace muy vulnerables a las islas por el aumento del nivel del mar; el incremento de la temperatura permite a especies invasoras adaptarse mejor; la escasez de agua, como en el caso del Mediterráneo, donde aun cuando históricamente siempre ha habido sequías, ahora son más largas y vienen más a menudo; y también las inundaciones y las lluvias torrenciales.
Además de los problemas comunes en todo el mundo, destacaría el problema del tratamiento de las aguas residuales en muchas ciudades costeras. Asimismo, las pérdidas de agua en la agricultura son bastante grandes, y aunque los sistemas de riego se actualizan, consumen gran parte del agua en España, por lo que tenemos que asegurarnos de que sea lo más inteligente posible. Tendríamos que aprender de ejemplos como los de Israel, donde riegan grandes extensiones en medio del desierto con muy poca agua.
En España, las pérdidas de agua en la agricultura son bastante grandes, y aunque los sistemas de riego se actualizan, consumen una gran proporciónPor ejemplo, en el caso de Andalucía, hay grandes áreas protegidas, pero hay un problema: el 40% de las especies en peligro no está en esas áreas. Necesitamos crear corredores biológicos que les permitan migrar a dichas zonas, porque los ecosistemas están muy fragmentados tras años de desarrollo. Y también hay que crear nuevas áreas protegidas identificando dónde están las especies en peligro.
A todas las personas que estamos involucradas en conservación nos gustaría que se hiciese mucho más de lo que se hace.
En Andalucía hay grandes áreas protegidas, pero el 40% de las especies en peligro no está en esas áreasSon varios: el cambio climático y cómo nos vamos a adaptar, el papel que los parques naturales y las áreas protegidas pueden jugar en este problema, así como la importancia de cuidarlos y restaurarlos. También hemos hablado de estrategias innovadoras para reducir la pobreza utilizando los ecosistemas y sus servicios. A veces nos olvidamos de que la conservación de la naturaleza no es sólo proteger una planta o un animal, sino también lo que nos da la vida y genera riqueza para las poblaciones humanas.
Asimismo, ha sido muy novedoso ver cómo se ha involucrado en el congreso el sector privado y ver cómo grandes empresas multinacionales han explicado qué están haciendo para conservar la naturaleza y lo difícil que ha sido para ellas producir elementos ambientalmente amigables y lograr que el consumidor lo entienda y compre estos productos.
La energía también ha sido objeto de debate, tanto en el aspecto del ahorro cómo en la evaluación de cuáles son realmente sostenibles y cuáles podrían tener impactos negativos.
Los países más pobres, en particular africanos, quisieran tener acceso a la energía fotovoltaica, pero es demasiado cara para ellosLos biocombustibles. Hemos detectado que en algunos lugares han provocado la subida de los precios de los alimentos, lo que está teniendo un efecto crítico en las poblaciones humanas que no pueden comprar sus alimentos mínimos de supervivencia. En otros casos, se está destruyendo el bosque para estos cultivos de biocombustibles. Asimismo, hemos visto que se están importando especies de otras zonas con la creencia de que crecen más rápido, pero no se sabe cuál puede ser su impacto como especie invasora.
Se ha hablado mucho de la solar fotovoltaica. Los países más pobres, en particular africanos, quisieran tener acceso a esta energía, pero es demasiado cara para ellos. Por ello, solicitan el apoyo internacional para lograr su desarrollo sin cometer los errores de los países más avanzados.
Prácticamente no hay ningún grupo animal que pueda considerarse a salvoLo triste es que la lista es muy larga; prácticamente no hay ningún grupo animal que pueda considerarse a salvo. No obstante, por destacar alguna especie en estos momentos, una de las que está en mayor peligro es el oso polar. La rapidez con la que se deshacen los hielos en el Polo Norte es brutal, y sin ellos no tiene alternativas. Las rayas y tiburones, como comentaba antes, están desapareciendo, y es un grave problema porque los necesitamos para mantener el balance de otras especies. En España, el lince ibérico, el buitre carroñero o la foca monje del Mediterráneo también son ejemplos destacables.
¡Sí, la esperanza es lo último que se pierde! El año pasado también encontramos en algunos países especies que han mejorado su estado de conservación, lo que no significa que estén del todo bien, al haber pasado del estado “en peligro” a “vulnerables”. Por ejemplo, en isla Mauricio el mico, o el progreso que se ha dado con el lince ibérico. Cuando hay voluntad política y dinero se notan los avances. No obstante, seguimos insistiendo en que los programas de recuperación son muy costosos, por lo que es mejor prevenir antes de recurrir a ellos.