Medio Ambiente reconoce que en España no se gestiona bien el agua

Ultima un Plan Nacional de Reducción de Pérdidas en Zonas Regables
Por EROSKI Consumer 23 de agosto de 2006

El Ministerio de Medio Ambiente ha asumido las conclusiones del informe que Greenpeace ha emitido con motivo de la Semana Mundial del Agua y que dice que España es «el país desarrollado que peor gestiona el agua». El secretario de Estado de Aguas, Jaime Palop, enfatizó la legitimidad de la denuncia al enmarcarla dentro de un informe mundial encargado por WWFAdena.

No obstante, Palop matizó las valoraciones del texto, que considera una de las principales causas el «uso sin restricciones, sobre todo en la agricultura». En el departamento encabezado por Cristina Narbona consideran este factor determinante, por lo que se trabaja en la redacción de un Plan Nacional de Reducción de Pérdidas en Zonas Regables. El objetivo es «tratar por todos los medios que a la misma cantidad de agua que se tiene se le saque el máximo rendimiento», precisó Palop.

Política «antigua»

En relación al turismo, que no sale bien parado en el informe de Greenpeace, el secretario de Estado dijo que «más que un sector problemático lo que hay es una forma de gestionar problemática». «Si antes se hacían presas y trasvases por la idea de que sobraba agua, ahora hay que ahorrarla y gestionarla como un recurso escaso», apuntó.

El Ministerio considera que el precio actual de este recurso no se corresponde con el de un bien escaso

Palop calificó la política de estos años como «antigua», y subrayó la necesidad de sustituirla por métodos que desechen que es un recurso infinito. «España necesita reorientar la política del agua», precisó el secretario de Estado. Al margen de las gestiones concretas, para el titular de Aguas el principal problema es «la mentalidad de los ciudadanos; eso es lo que hay que cambiar».

«La mentalidad ha sido pensar que había suficientes recursos para cualquier cosa que imagináramos, y eso es una utopía», afirmó el secretario de Estado de Aguas.

La nueva política de agua implicaría la puesta al servicio público de los recursos hídricos. «El agua tiene que dejar de ser un recurso natural gestionado por especialistas en organismos, es decir, poco transparentes y que traslucen poco su gestión».

Cuestión autonómica

Las pautas del Ministerio de Medio Ambiente supondrían su planificación y gestión adecuada al estado de las autonomías. «Hoy todas las comunidades autónomas tienen apetencia de tener garantizada el agua del presente y también la del futuro», añadió Palop, que señaló como el asunto del agua empieza a aparecer en los debates sobre las competencias en las reformas de los estatutos de autonomía (esta misma semana Murcia proponía una consideración explícita para el abastecimiento dentro de su estatuto).

La mayor eficiencia en la gestión se apoyaría en un intento de reducir el consumo medio de agua por habitante y en la posibilidad de sacar un mayor rendimiento a los recursos naturales ya existentes. Pero no se descarta tampoco la búsqueda de nuevos lugares de los que surtirse de agua.

Aguas subterráneas

Palop aludía así a las aguas subterráneas, un asunto que empiezan a considerar prioritario algunos consejos nacionales y organismos rectores del agua hasta el punto de que hay quien lo considera una revolución silenciosa. «No podemos seguir como estamos, no podemos seguir con las tensiones sociales y territoriales tan grandes provocadas por un desenfoque en la gestión».

Entre las ideas que ha apuntado recientemente Palop para mejorar la gestión hídrica se incluyen los estudios sobre la calidad de los ríos y el esfuerzo para evitar que se desperdicie agua arrojándola directamente al mar, mientras se destaca la necesidad de asumir que el agua es un bien escaso, y que, como tal, no puede pagarse a los precios tan bajos que se marcan en la actualidad.

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