¿Manual o automático?

En España, y en Europa en general, los vehículos con cambio automático representan un porcentaje mínimo. Sin embargo, aportan varias ventajas que hay que considerar.
Por EROSKI Consumer 19 de junio de 2003

El experto en automóvil y seguridad vial Paco Costas relata en su página web la sorpresa que se llevó al enterarse de que el vehículo particular del campeón de Fórmula 1 Alain Prost tenía cambio automático. Con el tiempo comprobó que casi todos los pilotos en Estados Unidos y Japón elegían esta misma opción fuera de los circuitos

Por lo tanto, habrá que desterrar la falsa idea de que el cambio automático está pensado para conductores con poca habilidad. El avance de la técnica también ha conseguido que el consumo y las prestaciones prácticamente se igualen al de sus «hermanos» dotados de palanca de activación manual, y la aplicación de la electrónica ha generado diversas variantes que las marcas venden bajo nombres comerciales como Tiptronic o Multitronic.

El conductor experto, que disfruta de todas las maniobras de conducción y controla técnicas como el golpe de gas o el punta-tacón, renunciará sin duda al cambio automático, pero en una conducción normal aporta varias ventajas:

Comodidad: especialmente en tráfico urbano y en las maniobras de aparcamiento.

Atención: las dos manos permanecen siempre en el volante.

Seguridad: elimina errores al aprovechar el freno motor o negociar una curva.

Eficacia: en diversas pruebas realizadas en revistas especializadas en circuitos de carreras, algunos modelos automáticos fueron más rápidos que las mismas versiones de cambio manual.

Como curiosidad, una investigación médica realizada en los años 90 por un fabricante italiano determinó que el ritmo cardiaco de un conductor se acelera, respecto a la situación de reposo, entre 11 y 15 pulsaciones en un coche manual y de 3 a 6 en un coche automático.

Sigue a Consumer en Instagram, X, Threads, Facebook, Linkedin o Youtube