Nuevas normas para la fabricación y reaprovechamiento de vehículos

Las directivas de Bruselas obligan a limitar las emisiones de CO2. Además, requieren que se utilicen elementos más reciclables
Por EROSKI Consumer 8 de febrero de 2006

Cada año, los vehículos fuera de uso generan en la Unión Europea entre 8 y 9 millones de toneladas de residuos. En el último lustro se han producido en España 5,5 millones de bajas de automóviles, que han supuesto cerca de 6 millones de toneladas de aceros y otras materias.

El reaprovechamiento de los materiales de los vehículos evitará la contaminación producida por los turismos al final de su vida útil. A partir del 1 de enero de 2006, la reutilización y valoración ha de equivaler, como mínimo, al 85% del peso medio por vehículo y año y se debe reutilizar y reciclar, al menos, el 80% de este peso medio por vehículo al año.

Objetivos ambiciosos

Para contribuir aún más a la preservación de la calidad medioambiental, la normativa europea se ha hecho más estricta: exige que en 2015 esa cifra llegue a ser superior en diez puntos.

Hoy ya está prohibida en los coches de nueva producción la presencia de mercurio, cadmio, plomo y cromo hexavalente, excepto en algunas piezas como llantas, cojinetes y lámparas, entre otros. Las directivas de Bruselas obligan a limitar las emisiones de CO2. Además, requieren que se utilicen elementos más reciclables.

En el proceso de descontaminación previsto para los vehículos fuera de uso se deben retirar por lo menos los aceites usados del motor, del diferencial y de la caja de cambios; los líquidos de transmisión, frenos de refrigeración y anticongelantes; los aceites hidráulicos, el combustible, el fluido del sistema de aire acondicionado, el depósito de gas licuado y cualquier otro fluido peligroso. También deberán reciclarse las baterías de arranque, los filtros de aceite y combustible, las zapatas de los frenos, que contienen amianto, y el resto de los componentes que posean mercurio.

Pese a que algunas partes de un coche se consideran más contaminantes que otras, en realidad el vehículo en su conjunto es un residuo peligroso al final de su vida útil.

Tratamiento de los residuos de la chatarrería

El reciclaje del acero procedente de las partes metálicas de los automóviles, que suponen el 75% del total de los automóviles, ha alcanzado su madurez. Actualmente la recuperación del metal es una práctica generalizada y el proceso se encuentra en una fase muy desarrollada. Los desguaces han modernizado sus instalaciones y las han adaptado a la legislación vigente.

La chapa recuperada de un coche ya puede ser reutilizada de nuevo para el propio sector del automóvil, una vez lavada y preparada. Luego quedan los residuos del desguace tras la separación del contenido metálico, sobre todo materiales plásticos.

Prácticamente uno de cada dos coches nuevos está provisto en la actualidad de un depósito de carburante de plástico fabricado en polietileno de alta densidad. Estos depósitos presentan dos inconvenientes fundamentales que obstaculizan su reciclaje: dificultad para desmontarlos del vehículo y contaminación a causa del carburante.

Para eliminar estos desechos es preciso reducirlos mediante un proceso de clasificación y tratamiento. Pero tanto la identificación, como la separación, reutilización y reciclaje de estos depósitos y del resto de las piezas no-metálicas son mucho más difíciles y costosas de alcanzar.

Los plásticos poliamídicos representan entre el 15% y el 20% del total de los plásticos empleados en los coches. Ofrecen una gran resistencia al calor y con frecuencia se emplean para usos de alto rendimiento en el motor. El descubrimiento de procesos químicos para tratar estos plásticos de manera que se puedan reutilizar como materia prima para fabricar nuevas piezas es muy reciente.

Por fin se han conseguido desarrollar modos rápidos de desmontar los depósitos y métodos para descontaminar el material de forma que se pueda reutilizar para fabricar nuevos depósitos. Ahora el producto puede emplearse repetidas veces para fabricar el mismo tipo de producto.

No obstante, todavía será preciso un mayor esfuerzo por parte de los constructores de automóviles y de todos aquellos sectores implicados en la industria para lograr el objetivo de un 95% de recuperación/reciclaje del peso de todos los vehículos fuera de uso en 2015. Serán necesarios cambios importantes desde la fase de diseño de nuevos coches para:

·Potenciar la utilización de materiales más fácilmente reciclables.

·Permitir la identificación individual de las piezas con el fin de simplificar el desguace.

·Rebajar el número de materiales compuestos empleados en la fabricación y buscar métodos de posible reciclaje de los mismos.

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