La estenosis del canal lumbar es una enfermedad que aparece cuando los nervios, que se ramifican desde el conducto raquimedular hasta las extremidades inferiores, están comprimidos. Esta compresión puede originar dolor lumbar, pesadez, adormecimiento, e incluso, pérdida de sensibilidad en las piernas que obliga a los afectados a detenerse tras andar unos pocos metros. De ahí que a esta enfermedad también se la conozca como ‘síndrome del mirador de escaparates’. Actualmente, se puede tratar satisfactoriamente con una nueva cirugía que es realizable a través de una microinsición, según destaca Francisco Villarejo, jefe de la Unidad de Neurocirugía de la Clínica de la Luz y del Hospital del Niño Jesús.
En las vértebras del final de la columna, las lumbares, los nervios y la parte de la médula se comprimen, porque el canal o conducto por el que pasan es más estrecho de lo normal.
Estos nervios comprimidos causan dolor primero en los miembros inferiores, pérdida de fuerza y hormigueo. Y este dolor se produce cuando el paciente camina, de modo que le obliga a pararse; por esta razón, también se conoce la estenosis del canal lumbar como el síndrome del escaparate.
Sí, también. Lo que ocurre es que estamos hablando del mismo síntoma, que se presenta tanto en la enfermedad arterial periférica como en la estenosis del canal lumbar. Ambas enfermedades tienen un diagnóstico diferencial fácil. La enfermedad arterial periférica suele afectar a fumadores empedernidos y el diagnóstico médico se efectúa palpando al paciente las arterias, cuya claudicación es el origen del síntoma. En este caso, las arterias no se palpan o cuesta mucho palparlas. En cambio, la estenosis del canal lumbar tiene una causa neurológica; las arterias se palpan muy bien y los pacientes afectados no suelen ser fumadores. Además, al pedir a los pacientes que flexionen el trono hacia adelante, disminuye el dolor. En cambio, en la enfermedad arterial periférica no sucede.
A partir de los 65 años, 8 de cada 10 personas la presentan radiológicamente, aunque clínicamente sólo sufren síntomas un 50% de los afectados. Esto significa que es un síndrome relativamente frecuente.
Relativamente. El ejercicio que permite fortalecer la musculatura ayuda a fortalecer la columna lumbar. Un ejemplo de ello es hacer bicicleta.
A partir de los 65 años, presenta estenosis del canal lumbar el 80% de la población aunque sólo la mitad sufre los síntomas
Se puede hacer rehabilitación, aunque no tiene mucho efecto cuando los síntomas son muy claros. El tratamiento principal es quirúrgico, puesto que se trata de un problema de espacio. En la estenosis del canal lumbar no hay sitio para que pasen los nervios y, para remediarlo, se practica una cirugía descompresiva, que consiste en extraer la parte posterior de las vértebras para hacer sitio a los nervios y se coloca una pequeña prótesis entre las vértebras. Lo que hacemos es crear un espacio en la columna para abrir progresivamente el canal vertebral. Alrededor del 40% de los pacientes necesitan pasar por quirófano.
La nueva cirugía, respecto a la clásica, destaca porque no entraña riesgos, es rápida, limpia y efectiva y se puede practicar de forma percutánea (a través de la piel), abriendo con una microincisión.
Llevamos colocando espaciadores desde hace dos años y medio y hemos operado a más de 400 pacientes.
A más del 80% de los pacientes, les desaparece el dolor; el resto de enfermos mejoran y entre un 1% y un 3% sufren alguna complicación infecciosa o la técnica resulta insuficiente, por lo que hay que practicar una laminectomía (la técnica clásica) y colocar unas fijaciones.
Se está desarrollando de forma amplia. De ahí que hayamos celebrado este V Simposio Internacional de la Patología de la columna Vertebral, estenosis de canal y tumores raquimedulares en la Clínica de la Luz, en Madrid.
Los pacientes que suelen llegar a la cirugía presentan dolor, pérdida de fuerza y se les duermen las piernas y, tras caminar, 20, 30, 40 y 100 metros, se detienen. Muchos vienen remitidos por otros compañeros u otro enfermo. Una vez que se les diagnostica estenosis del canal lumbar, el único tratamiento efectivo que hay es el quirúrgico. El postoperatorio es sólo de dos días y, entre tres y cuatro semanas después, el paciente puede estar trabajando.
Cuando colocamos las prótesis, con cirugía abierta, aplicamos anestesia general. Pero, cuando la cirugía es percutánea, la anestesia es local o con sedación.
La nueva cirugía se puede practicar en unos quince minutos, mientras que la anterior (la clásica) duraba entre una hora y una hora y media.
Es una mejora sustancial, en realidad diría que impresionante.
Buena parte de los pacientes con estenosis del canal lumbar, sobre todo si es severa (lo que significa que no pueden andar más de 500 metros sin detenerse), acaban precisando cirugía. La laminectomía o cirugía tradicional consiste en extirpar la parte posterior de la vértebra -para eliminar las láminas y así aumentar el espacio para los nervios- pero, según Francisco Villarejo, «no está recomendada en pacientes que presentan edad avanzada, diabetes o hipertensión arterial severa porque entraña riesgos».
La aparición, en los últimos años, de la nueva cirugía de la estenosis del canal lumbar permite hacer un abordaje individualizado de cualquier tipo de paciente. Villarejo la considera un avance importante, ya que puede aplicarse a personas que no podrían intervenirse por el procedimiento convencional. En este tipo de cirugía, se colocan por vía percutánea unas fijaciones interespinosas o espaciadores que, de modo progresivo, permiten la obertura del canal por donde se sitúan los nervios, para eliminar la compresión, que es la causa del dolor y el entumecimiento de las extremidades inferiores. Asimismo, este tipo de prótesis también se pueden emplear en caso de hernias discales lumbares muy voluminosas, en discos degenerados y en pacientes con inestabilidad vertebral por discopatías degenerativas, entre otras.