Un grupo de científicos granadinos está tratando de encontrar la forma de enriquecer algunos productos lácteos con lactosuero, un subproducto sobrante en la elaboración del queso, que tiene proteínas lácteas que, debidamente tratadas, resultan eficaces en la prevención de algunos tipos de cáncer, como el de colon, lengua y pulmón.
Hasta ahora, este producto se desechaba en el proceso de elaboración del queso. Pero hace unos meses, investigadores holandeses descubrieron que contenía una serie de proteínas que podían actuar como calmantes del dolor y agentes quimiopreventivos, aunque estaban en una concentración muy baja.
El equipo de Granada está tratando de buscar un método eficaz de fraccionar las proteínas sin alterarlas. «Diferentes estudios han demostrado que determinadas proteínas séricas que están en la leche en poca cantidad pueden darle un valor aditivo a los alimentos», explicó Emilia Guadix, una de las investigadoras.
«Muchas de estas proteínas son nutricionales y tienen propiedades farmacéuticas al mismo tiempo, como la latoferrina bovina, que aumenta la capacidad de absorción de hierro y tiene propiedades antibacteriales y antivíricas, además de su potencial quimiopreventivo en el cáncer de colon, lengua y pulmón», comentó Guadix.
Asimismo, el equipo de investigadores está estudiando la hidrolización de proteínas séricas, aquellas que se encuentran en los sueros lácteos, con el fin de obtener péptidos. Los péptidos, creados a partir de la unión de los aminoácidos de una proteína, han demostrado tener actividad opioide y, por tanto, son capaces de calmar el dolor.
Estas investigaciones pueden ayudar en el futuro tanto a la creación de nuevos productos alimentarios lácteos con mucha mayor riqueza proteínica, como productos de alimentación infantil más completos y otros que ayuden en la prevención de diferentes tipos de cáncer.
