Entrevista

Cristina Pérez Lázaro, Unidad de Ictus del Servicio de Neurología del Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa (Zaragoza)

Ante los síntomas de un ictus, hay que avisar al 061
Por Clara Bassi 7 de enero de 2014
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Imagen: CONSUMER EROSKI

El 68% de la población no es capaz de identificar los síntomas del ictus, lo hace de manera incorrecta e, incluso, lo confunde con un infarto de corazón. Además, solo el 23% llamaría a los servicios de emergencias a través del 061 o del 112, cuando esta es la mejor opción para atender este accidente cerebrovascular. La atención al ictus siempre debe considerarse una urgencia puesto que, cuanto antes se trate, mayores son las probabilidades de sobrevivir y, además, de hacerlo sin secuelas. Sin embargo, solo el 22% de los encuestados afirma que iría al hospital por sus propios medios, el 32% avisaría a su médico de cabecera y algunos alertarían a un familiar o conocido o, lo que es más peligroso todavía, pedirían cita con el médico de familia y esperarían en casa. Estas son algunas de las conclusiones del “Estudio sobre el conocimiento de los síntomas de alarma del ictus en la población del Área III de Salud de Zaragoza”, que se estima que pueden ser extrapolables al resto de la geografía española, según expone en esta entrevista Cristina Pérez Lázaro, jefa de la Unidad de Ictus del Servicio de Neurología del Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa (Zaragoza) y miembro de la Sociedad Española de Neurología (SEN).

La SEN ha elaborado un estudio sobre el grado de conocimiento del ictus y de sus síntomas. ¿En qué ha consistido y cuál ha sido el perfil de la población consultada?

Se ha realizado un estudio epidemiológico, dentro de la Comunidad Autónoma de Aragón, en la provincia de Zaragoza, a partir de 583 encuestas telefónicas: 354 de ellas en el medio rural y 229 en el medio urbano. El perfil de los entrevistados correspondía a personas con una edad media de 36 años, pero también había de 65 años y más. Al analizar la muestra por género, el 65% eran mujeres y el resto, hombres.

¿Cuáles son las principales conclusiones de este estudio?

“El ictus siempre requiere una ayuda inmediata”

La principal conclusión es que la población tiene un escaso conocimiento de la enfermedad vascular cerebral, del ictus, y de sus síntomas de alarma. Además, llama la atención que muchas personas esperan a tomar la decisión de hacer algo hasta varios días después, es decir, que están varios días con los síntomas, hasta que piden ayuda y no de manera urgente. Hay que tener en cuenta que el ictus siempre requiere una atención inmediata; hay que avisar al 061, que es la mejor opción. Pero mucha gente decide consultar al médico de cabecera o esperar con tranquilidad en casa para ver si se les pasa.

¿También podrían llamar al 112?

Sí, es lo mismo. El objetivo es llamar para que envíen una ambulancia especializada que se desplace rápido. Dentro de la ambulancia, hay medios para atender al paciente, hasta que llegue al centro de referencia dentro de su comunidad y en su provincia. En la fase aguda, el tratamiento consiste en fibrinólisis o un procedimiento por cateterismo.

¿Cuáles son los síntomas de alarma del ictus?

Las señales de alarma más importantes y frecuentes son la pérdida de fuerza o sensibilidad en la mitad del cuerpo, la desviación de la comisura bucal hacia un lado, dificultades para hablar o entender, alteraciones visuales o pérdida del campo visual.

¿Qué porcentaje de las personas entrevistadas ha sido capaz de identificar alguno de estos síntomas?

Solo el 32% de las personas entrevistadas ha identificado algún síntoma de forma correcta, mientras que el 68% no ha contestado o ha identificado de manera incorrecta las señales del ictus y confunde el infarto de corazón con el infarto cerebral.

¿Qué actitud tendría la población ante un eventual ictus?

Solo el 23% dice que avisaría de entrada al 061, que es la mejor opción, ya que este servicio tiene capacidad para activar el Código Ictus, que implica la coordinación de profesionales extra e interhospitalarios para atender al paciente que sufre el ictus y ofrecerle el mejor tratamiento y atención posibles. El 22% de las personas consultadas iría al hospital por sus medios, que no es lo más idóneo, y el 32% avisaría al médico de su centro de salud, que tampoco es la decisión apropiada, aunque le transmita la percepción de que es una urgencia, porque se produce un retraso hasta que el médico de cabecera va al domicilio, lo valora, ve que es un ictus y llama al 061. Un 4% pensaba que alertaría a un vecino, un familiar o un conocido y otro 4% pediría cita médica y esperaría tranquilo.

¿Se han observado diferencias en el conocimiento y actitud del ictus según la edad, el sexo y el nivel cultural de los entrevistados?

“Cuanto más joven es la persona y mayor nivel cultural tiene, mejor reconoce los síntomas de alarma del ictus”

Sí, se ha visto que hay una relación estadísticamente significativa entre la edad joven y el conocimiento del ictus y de sus síntomas, así como entre tener un mejor nivel cultural y el conocimiento de las señales de alarma. Es decir, cuanto más joven es la persona y mayor nivel cultural tiene, mejor reconoce los síntomas del ictus. Asimismo, las mujeres tienen una actitud más correcta ante el ictus. También en el ámbito rural hemos constatado que se tiene una mejor actitud y mayor percepción de urgencia del ictus, quizás porque la distancia que le separa del hospital es más larga y, por lo tanto, se tiene una mayor sensación de inseguridad. Por eso, los habitantes del medio rural interpretan una mayor alarma ante lo que les pasa.

Por los datos obtenidos a través de este estudio, ¿cree que se tendría que hacer alguna campaña informativa a la población sobre el ictus?

Sí, ya hemos hecho alguna acción en los pueblos de la comarca. Pero ahora, con estos resultados, creo que deberíamos diseñar una campaña informativa, porque estas conclusiones se pueden extrapolar al resto de la población.

Conocimiento del ictus en España

El “Estudio sobre el conocimiento de los síntomas de alarma del ictus en la población del Área III de Salud de Zaragoza”, junto con otro trabajo realizado en Extremadura, con resultados similares, se presentó en el LXV Reunión Anual de la SEN. Puesto que la muestra “no llega a 600 personas, debemos realizar otro estudio de muestra más amplia”, señala Cristina Pérez-Lázaro.

A falta de un informe más amplio, el coordinador del Grupo de Enfermedades Cerebrovasculares de la SEN, Jaime Gállego Culleré, ha afirmado que “aunque los estudios presentados se han llevado a cabo en dos zonas concretas (Zaragoza y Extremadura), estimamos que los datos obtenidos pueden ser extrapolables al resto de España”.

De hecho, Pérez-Lázaro dice que estos datos coinciden con las tendencias halladas en otros sondeos sobre el ictus, como uno hecho por el Hospital de la Vall d’Hebron, de Barcelona, cuyos resultados han sido algo mejores, aunque se sitúan en la misma línea; u otro realizado en Albacete, con una muestra poblacional bastante numerosa.

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