El Ayuntamiento de Bilbao no halla el foco contaminante del agua

El cloro ha podido impedir la llegada del germen a los domicilios
Por EROSKI Consumer 28 de marzo de 2003

El Ayuntamiento de Bilbao ha abierto dos frentes para intentar localizar la fuga incontrolada que ha contaminado las aguas que atraviesan el canal de Ordunte, que abastece a buena parte de la ciudad vasca. Dos equipos de técnicos, uno encargado del exterior de las conducciones y otro de las galerías subterráneas, recorren desde el miércoles los 20 kilómetros que separan la depuradora de Sollano, en la localidad vizcaína de Zalla, y el depósito bilbaíno de Elejabarri.

De momento, sus inspecciones no han dado ningún resultado. Aunque el Consistorio baraja distintas hipótesis, ayer admitió que podría levantarse la prohibición sin hallar el foco bacteriano. Para ello, los resultados de los últimos análisis -que se harán públicos esta tarde- deberían corroborar que la «Escherichia coli» ha desaparecido del agua.

Hasta entonces, 240.000 bilbaínos y más de 15.000 vecinos de la comarca de Las Encartaciones -Zalla, Güeñes y Gordexola- tendrán que hervir el agua del grifo durante diez minutos o consumir el líquido embotellado. El Ayuntamiento insistió ayer en que estas recomendaciones son de «carácter preventivo» y que el cloro ha podido impedir la llegada del germen a los domicilios. Aun así, el agua se mantendrá bajo la certificación de «no potable» hasta esta tarde como mínimo. La restricción no afecta a los residentes en los barrios de San Ignacio, Arangoiti, Txurdinaga, Otxarkoaga, La Peña, Santutxu, Bolueta y la parte alta de Uribarri, porque se abastecen del río Zadorra, en Álava.

Trabajos subterráneos

Un equipo de técnicos regresó ayer al interior de las galerías del pantano burgalés de Ordunte para intentar localizar el origen de la contaminación fecal. Dirigidos por David Velasco, jefe del grupo municipal de presas y conducciones, recorrieron a pie siete kilómetros de canales subterráneos en las cercanías del monte Artigas. El miércoles inspeccionaron otros cinco próximos a los depósitos de Elejabarri. Su minucioso trabajo aún no ha rendido frutos. «Será muy complicado encontrar la filtración. La posibilidad más factible es que se trate de una grieta muy pequeña, pero que haya permitido la entrada de un reguero con una contaminación alta», detalla el técnico.

Los esfuerzos de los dos grupos que comanda Velasco -uno de ellos inspecciona las conducciones desde la superficie-, se centraron en un tramo que atraviesa Bilbao y los municipios de Zaramillo y Alonsotegi. Equipados con linternas, los miembros de su equipo rastrearon un túnel de 1,70 metros de alto y 80 centímetros de ancho. Paso a paso iluminaron las paredes en busca de la filtración. Según el Ayuntamiento, lo más probable es que la contaminación fecal proceda de una explotación agrícola o de un pozo séptico.

Entre hoy y mañana esperan completar la decena de kilómetros que restan hasta la depuradora de Zalla, el final de la zona puesta «en cuarentena» por la filtración. Los especialistas descartan que los regueros hayan podido penetrar por los sifones, tramos de tuberías metálicas en los que el agua viaja a presión para poder salvar la orografía del terreno.

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