La práctica inadecuada de un deporte competitivo aumenta el riesgo de lesiones dorsales en los niños

El hueso inmaduro de los menores es más sensible a la carga, advierte la Fundación Kovacs
Por EROSKI Consumer 5 de septiembre de 2003

El ejercicio físico es necesario para la espalda, pero la práctica inadecuada de un deporte competitivo aumenta en un 50% la posibilidad de padecer dolor de espalda en niños y adolescentes, alertó ayer la Fundación Kovacs, entidad especializada en dolencias dorsales.

Según la Fundación, el hueso inmaduro de los niños y adolescentes es más sensible a la carga, por lo que el entrenamiento excesivamente intenso en edades tempranas puede llevar a alteraciones en la columna vertebral como la hipercifosis (chepa) o la escoliosis (desviación lateral de la columna).

A juicio de Margarita Martín, directora médica de la Unidad de Espalda de la Fundación Kovacs de Madrid, es necesario planificar el programa de entrenamiento, que debe incluir calentamiento previo e intensidad progresiva, uso de un estilo correcto, que cumpla las normas de higiene postural, y ejercicios de fortalecimiento de la musculatura de la espalda y el abdomen.

Más perjuicio que beneficio

Bajo el título «Deporte y salud de la espalda en los adolescentes», la Fundación Kovacs ha iniciado varias acciones para prevenir los dolores de espalda entre los escolares. Francisco Manuel Kovacs, presidente de la entidad, insistió en que los deportes de alta competición, donde «priman otros intereses que el del ejercicio en sí», los perjuicios son más numerosos que los beneficios.

Kovacs señaló como deportes más recomendables aquellos en los que se «mueve todo el cuerpo», como la natación, aunque dentro de ella hay estilos más saludables (crol y espalda) que otros (braza y mariposa). En estas dos últimas modalidades se realizan movimientos que «no benefician a la columna», precisó este experto.

Según estudios recientes, al cumplir los 16 años el 70% de los adolescentes ya ha sufrido dolor de espalda, lo que aumenta el riesgo de padecerlo de forma crónica al llegar a la edad adulta. Entre los efectos positivos del deporte («siempre que se practique regularmente y de forma moderada») se encuentran el crecimiento óseo adecuado y una correcta formación de la columna vertebral.

«Se ha demostrado que los elementos cotidianos, como los colchones o los pupitres, influyen muy marcadamente en la salud de la espalda, pero pese a los mensajes publicitarios todavía no se ha valorado el efecto de los distintos tipos de equipos deportivos», puntualizó Kovacs.

Los deportes más practicados entre los adolescentes varones españoles son el fútbol (43,4%), futbito (18,2%), baloncesto (15,5%), voleibol (4,1%) y balonmano (2,2%). Entre las chicas, el más practicado es el baloncesto (8%), seguido del voleibol (6,4%), fútbol (3,7%), futbito (1,3%) y balonmano (1%).

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