La Sociedad Española de Medicina del Deporte (SEMED) ha elaborado unas guías de recomendaciones para deportistas que han padecido infección por SARS-CoV-2. En ellas se detallan, por un lado, cómo debería prescribirse el ejercicio tras pasar la enfermedad y, por otro, qué estudios deberían realizarse antes de retomar la actividad física habitual. Las pruebas varían según el tipo de infección padecida por el deportista, que se clasifican en estas cinco:
- 1. Asintomática: cuando el test SARS-CoV-2 da positivo, pero no hay síntomas clínicos.
- 2. Leve: cuando los síntomas, como fiebre, mialgia (dolor corporal), cefalea, tos o anosmia son leves y no hay dificultad para respirar (disnea) ni alteración radiológica.
- 3. Moderada: cuando hay evidencia clínica o radiológica de neumonía.
- 4. Grave: cuando la saturación de oxígeno es inferior a 94 %, la frecuencia respiratoria es menor de 30 por minuto o hay presencia de infiltrado pulmonar en más del 50 % del parénquima pulmonar.
- 5. Crítica: cuando hay insuficiencia respiratoria, shock séptico o insuficiencia multiorgánica.
Pruebas recomendadas y precauciones generales
Cuando hablamos de covid-19, la mayor parte de las infecciones en personas jóvenes son asintomáticas o leves. Sin embargo, «ello no garantiza que no pueda haber repercusión en el miocardio«, advierte la SEMED. Por esta razón, se recomienda retomar la actividad física de forma moderada y observar si el deportista la tolera.
«Las complicaciones cardíacas suelen aparecer entre la segunda y la cuarta semana tras la infección», detallan los especialistas. De ahí que se aconseje evitar el esfuerzo físico intenso durante cuatro semanas para evitar el desarrollo de complicaciones graves, sobre todo a nivel cardiaco como la miopericarditis.
También se recomienda monitorizar a los atletas que han recibido tratamiento con antivirales, biológicos, anticoagulantes y corticoides, por las posibles repercusiones que haya podido haber en su organismo.
📝 Pruebas médicas para casos asintomáticos y leves
🚴 Deportistas no profesionales
- Los deportistas aficionados que no participan en competiciones, son menores de 35 años, no tienen factores de riesgo cardiovascular y han recibido la pauta de vacunación completa deben acudir al médico a los 7 días tras pasar la enfermedad. El profesional deberá preguntar si presenta fatiga, intolerancia al esfuerzo, disnea, dolor torácico, mareos, cefaleas, pérdida de fuerza, alteración de la sensibilidad, mialgias. También tendrá que hacer una exploración física completa, valorando sobre todo los sistemas cardiovascular, respiratorio, musculo-esquelético y neurológico, y hacer un electrocardiograma.
- Los deportistas aficionados menores de 35 años, sin factores de riesgo cardiovascular, pero sin pauta de vacunación completa, deberán acudir a los 14 días. La visita médica debería ser igual que la anterior.
- Para los deportistas menores de 35 años con factores de riesgo cardiovascular y los mayores de 35 años se recomienda acudir a los 14 días, con una visita médica como en los casos anteriores, con electrocardiograma y ergometría.
🚴 Deportistas profesionales
Los deportistas profesionales (y los no profesionales que compiten a nivel nacional o internacional) deben acudir al médico a los 7 días. Además de las revisiones descritas antes, se recomienda un electrocardiograma, un ecocardiograma y una prueba de ergometría máxima.
📝 Pruebas médicas tras infecciones moderadas y severas
En estos casos, la SEMED recomienda esperar 30 días tras la infección aguda para realizar una visita médica (como la descrita antes). Además, se aconsejan estas pruebas:
- Electrocardiograma.
- Ecocardiograma.
- Ergometría que cumpla criterios máximos con saturación de oxígeno.
- Espirometría.
- Analítica de sangre que incluya hemograma, perfil hepático, perfil renal, coagulación, CPK miocárdica, LDH, ferritina y PCR.
- Analítica de orina.
- Holter de esfuerzo si hay sospecha de arritmias
💡 Los expertos de la SEMED también aconsejan realizar estas pruebas a los deportistas que han sufrido una infección asintomática o leve (los casos anteriores) pero que, al iniciar la actividad física, presentan intolerancia al esfuerzo, disnea, dolor torácico, palpitaciones, mareo o disminución del rendimiento.
Además, para los deportistas de competición, es importante realizar un electrocardiograma a los tres y a los seis meses para evaluar si existen o no efectos a largo plazo, aún hoy desconocidos. Si durante la infección ha habido síntomas clínicos de enfermedad pulmonar o cardiaca, se recomienda examen cardiológico y respiratorio anual durante los dos primeros años, ya que otros coronavirus como el SARS han dejado secuelas durante los dos años posteriores.
Sea cual sea el caso, si existen alteraciones en alguna de las pruebas o el médico sospecha de afectación en alguno de los órganos, tendrá que derivar al deportista a la consulta con especialista.